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Así consiguen tres pueblos de la Ribera desafiar a la despoblación en la España Vaciada

Fuentespina, Gumiel de Izán y Roa logran mantener el crecimiento pese a las muchas dificultades

Imagen de archivo de la escuela infantil de FuentespinaLoreto Velázquez

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Aranda

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Aunque la despoblación es un problema común en la mayoría de pueblos de la España Vaciada, en la Ribera del Duero hay excepciones que animan al optimismo. Es el caso de Fuentespina que con un crecimiento progresivo en los últimos cinco años, ha logrado incrementar su población en 52 vecinos hasta alcanzar los 809 actuales. ¿Su secreto? Según la alcaldesa hay dos causas principales: la cercanía con Aranda de Duero y los servicios que ofrece, “que son muchos”.

María Josefa Mato lo tiene claro: Fuentespina funciona así por los 5 kilómetros que lo separan de Aranda de Duero, pero no es una ciudad dormitorio. “Aquí hay mucha vida y se vive muy bien”, afirma.

Según detalla, los vecinos tienen cubiertas la mayoría de necesidades como el servicio médico, farmacia, guardería, colegio, comedor, biblioteca, actividades culturales, el bar y próximamente el bar de la piscina, que estrenaron hace dos años. Además cuentan con el restaurante Tudanca y con muchas alternativas deportivas a las que se sumará en breve el nuevo rocódromo sin cuerdas. “Las piscinas las abriremos a mediados de junio, pero todo dependerá de cómo venga el tiempo. Si hace muy bueno se podría adelantar”, informa.

Convencida de que el mantenimiento es el mejor aliado, el Ayuntamiento de Fuentespina continúa con el arreglo de calles. “Con los nuevos planes provinciales rehabilitaremos las que quedan, con aceras y todo”, señala sin olvidar un proyecto que le hace especial ilusión: la renovación de todos los columpios de dos parques. “El presupuesto ronda los 40.000 euros pero contamos con una subvención del Fondo de Cohesión de 8.000”, detalla.

Con los planes provinciales aprovecharán además para arreglar el acceso a las bodegas.

En cuanto al parque de viviendas, en venta a día de hoy hay una docena de casas, pero se ampliará próximamente con la construcción de 4 viviendas unifamiliares que firma la constructora Tasio.

Gumiel de IzánLoreto Velázquez

Gumiel de Izán

El segundo pueblo de la Ribera que logra desafiar a la despoblación es Gumiel de Izán. Con 594 vecinos ha logrado sumar en el último lustro 38 nuevos. “Estamos aguantando, que no es poco, pero no hay que olvidar que Gumiel de Izán fue un pueblo grande y hace 50 años tenía 2.000 habitantes”, explica el alcalde, Jesús Briones.

En su opinión, además de ser uno de los pueblos más bonitos, Gumiel de Izán cuenta también con tres factores determinantes: estar a pie de la autovía A-1, a pocos minutos de Aranda y con servicios importantes para las familias. “Tenemos médico, guardería, que actualmente cuenta con 6 niños; el colegio, con más de 40 alumnos, así como cuatro bares y tres restaurantes en la periferia: el Castillo, el Gomellano y Portia”, destaca con la mirada puesta en la Iglesia de Santa María, que también suma. “Desde que la compararon con Petra el turismo ha aumentado muchísimo”, agradece a sabiendas de que la concentración parcelaria ha permitido la venta de todas las naves que había.

Gumiel de Izán puede presumir de haber inaugurado una de las piscinas más completas de la Ribera del Duero en las que hay hasta toboganes. “Las obras del bar ya están terminando, estamos viendo la equipación y vamos a empezar a trabajar en el pliego para adjudicar el servicio lo antes posible”, adelanta.

Decidido a seguir mejorando la calidad de vida de los vecinos, el Ayuntamiento cuenta los días para firmar el convenio con la Junta de Castilla y León, que posibilitará la construcción de la ansiada depuradora de aguas sucias. “Es un proyecto conjunto con otros pueblos como Milagros y Villanueva y va a ser una mejora importantísima”.

David Colinas, alcalde de Roa. L. V.

Roa

En tercera posición se encuentra Roa, el municipio más numeroso después de Aranda de Duero. Con 2.220 habitantes ha sumado en los últimos cinco años, 37, de los que 19 se han censado en el último ejercicio. “El padrón tiene altibajos sobre todo por la población inmigrante pero por ahora logramos mantenernos”, afirma el alcalde, David Colinas, convencido de que a diferencia de los municipios que lindan con la autovía y los grandes núcleos o ciudades, Roa lo tiene más complicado. “Aquí no estamos cerca de la autovía ni de un AVE, pero tenemos un pueblo maravilloso y gente muy buena”.

Roa es además un municipio privilegiado dentro de la Ribera del Duero y cuenta con casi todos los servicios, desde el ámbito sanitario, que mejorará con el proyectado nuevo centro, hasta el educativo, social y deportivo. “Las urbanizaciones que crecen al lado de las ciudades posiblemente tengan menos servicios que nosotros, pero lamentablemente hay mucha gente que prefiere tener cerca el centro comercial que el campo. Nosotros desde luego trabajamos cada día para mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos pero hay que ser realistas: mantener la población en el entorno rural no es fácil”.

Escalafón

El escalafón de los pueblos que crecen, pese a todo, se completa con Quintanamanvirgo (Pedrosa de Duero), con 138 vecinos; Fresnillo de las Dueñas (688 vecinos); Fuentelcésped (266); Anguix (157) y Fuentecén, con 232, 20 más que en 2019.