Gumiel de Mercado, el pueblo de la Ribera del Duero que hoy triunfa con la mejor gastronomía

Podíamos guiarnos por los atractivos naturales, patrimoniales o históricos, pero hoy nos vamos a dejar llevar por el paladar para visitar un municipio que últimamente no para de acaparar titulares gracias a su buena gastronomía. Es Gumiel de Mercado, una localidad que sin duda merece una visita.

Ubicada a 14 kilómetros de Aranda de Duero y a 72 de Burgos cuenta con una superficie de 58 kilómetros cuadrados y unos 395 vecinos. Además puede presumir de tener 1.587 hectáreas de viñedo de Ribera del Duero, una cifra solo superada por Roa.

El río Gromejón ha marcado parte de su historia así como la nobleza y episodios tan curiosos, como su separación de Sotillo de la Ribera y La Aguilera, con los que formó un gran concejo hasta el siglo XII, o cuando el rey Alfonso X se lo cedió como dote a don Diego López de Haro por su matrimonio con Doña Violante, otra figura clave en el desarrollo de la Ribera del Duero y concretamente en la vendimia ya que, fue ella quien ideó las reglas que luego adoptó el propio Consejo Regulador para toda la Denominación de Origen.

Para conocer su historia lo mejor es concertar una cita con Paulino, el voluntario de ‘Te Enseño Mi Pueblo’, una iniciativa puesta en marcha por la asociación ADRI Ribera que está siendo todo un éxito. Y es que, no hay mejor forma de descubrir los secretos de un destino que de la mano de un vecino enamorado de su tierra.

La ruta se activa el segundo fin de semana de cada mes en el barrio de Santa María. Hay dos horarios posibles: de 10.00 a 11.45 horas o de 12.00 a 13.30 horas. Lo mejor es reservar cita en la página web de Adri Ribera.

Con él podrán hacerse a la idea de la importancia histórica de un municipio repleto de blasones y escudos. Cuenta con dos iglesias góticas maravillosas, la de San Pedro, del siglo XVI, y la parroquia de Santa María, del siglo XV; un casco medieval con sus dos puertas que invita al pasado, un cementerio muy peculiar y el paisaje típico ribereño de las cerceras y bodegas subterráneas en el cerro del castillo.

Pero hoy nos guía la gastronomía y aquí hay mucho donde elegir. Gumiel tiene tres bares: la vinoteca, el bar San Pedro (en la plaza, que también suma una pequeña tienda con pan diario), y el de Las Pradas, en la calle del mismo nombre, y dos restaurantes que, ya lo advertimos, conquistan a todo el que va.

Empezamos periplo por el histórico y familiar Mesón El Viso (calle El Viso, 45). Eusebio y Julia pusieron la semilla con sus famosos cocidos y hoy su hijo, Javier, se alza con la mejor tortilla de patatas de la provincia y, no lo digo yo, lo garantiza el jurado de las dos únicas ediciones que ha celebrado, en 2023 y 2024, el Campeonato de Burgos Alimenta. En la primera conquistó en la categoría de tortilla tradicional y en la segunda, en tortilla con morcilla IGP. En las otras quedó finalista.

No es el único plato que merece la pena probar (y reservar) en una carta marcada por los buenos pescados y carnes. Las croquetas merecen especial atención. De hecho la versión de torrezno de Soria y dulce de membrillo ganó el concurso ‘Croquetea en Burgos 2022’, al que aspiraron 61 hosteleros de la provincia. En el mismo certamen quedó tercero en 2019 con su croqueta de bacalao y compota de manzana.

De un tiempo a esta parte, ha surgido una sana competencia en pleno corazón de la finca Real Sitio de Ventosilla, en el palacio convertido hoy en Posada rural, que en su día dio cabida a personajes tan ilustres como Juana La Loca, Lope de Vega o Rubens.

El nuevo chef de Pradorey, Ricardo Martín, ha convertido este bello espacio en un punto culinario a tener muy en cuenta. Al igual que el Mesón El Viso, Ricardo se ha alzado también como ganador en las dos ediciones del concurso que busca la Mejor Tortilla de Burgos (el año pasado en la versión con morcilla y este en la tradicional). Además como Javier, quedó finalista en las otras. Por otro lado Ricardo ganó hace unos días el Concurso de Tapas de Aranda con su particular ‘Lechazo Alvino’: uvas falsas rellenas de mousse de lechazo, acompañadas de bizcocho de especias y tierra de torta de Aranda y jamón.

La carta de la Posada de Pradorey se completa con platos de caza, trucha y un toque de cocina creativa con platos muy decorados. También hay menú degustación.

Comer en el palacio siempre es una experiencia pero además puede tener premio y si se lo piden podrán acceder a la Iglesia de San Andrés y contemplar el fantástico retablo. Con la llegada de julio, Prado Rey se convierte además en cita cultural con su esperado teatro barroco.

Junto a Pradorey, Gumiel de Mercado cuenta con otras dos bodegas importantes: Valduero, un hito en enoturismo, y Arrocal que ha hecho un notable esfuerzo por rehabilitar dos lagares tradicionales en los que además de enseñarlos pretenden elaborar vino como se hacía en el siglo XV. Si hace demasiado calor, no hay problema, las piscinas de Gumiel abren el 21 de junio.