Caleruega, epicentro de la espiritualidad y ahora también con olor a lavanda

Como pueblo ‘más bonito de España’ Caleruega es uno de esos lugares en los que da igual la estación del año, la visita siempre merece la pena, pero desde hace unos años el mes de julio se alza con una invitación muy especial: el olor de los campos de lavanda. 200 hectáreas que trabaja con esmero la cooperativa y que convierten a esta localidad en el municipio con mayor extensión de este cultivo en la provincia de Burgos.

Conscientes del reclamo turístico que supone, el Ayuntamiento ha dado un paso más con la primera edición del Lavanda Fest, un evento que promete convertirse en toda una experiencia los días 13 y 14 de julio. Al escenario se subirán artistas de renombre como Soleá Morente y Siloé y también emergentes con proyección nacional como UnderWallace, Jean Pierre y Arroz Catalina.

El programa se completa con un mercado de artesanía que estará animado por la Charanga Estraperlo mientras que los más pequeños podrán disfrutar de la magia y el humor de la actuación de malabares y clown de la Cia Kicirke.

En tierra castellana no podían faltar los bailes tradicionales, fiel reflejo de la herencia de nuestra tierra. Además, para los amantes de la lavanda, habrá rutas, cursos, exposiciones y talleres, gracias al impulso de la Fundación Oxígeno. Para saciar el apetito habrá una zona variada de foodtrucks con una amplia oferta gastronómica, desde platos tradicionales hasta opciones más modernas y variadas. Todas las actividades del festival se desarrollarán entre las plazas de San Sebastián, Santo Domingo, calle Santo Domingo de Guzmán, calle Obispo y la campa de la plaza del Cid.

Pero Caleruega es mucho más, es el rincón de la espiritualidad y como cuna de Santo Domingo de Guzmán atesora un legado histórico que se aprecia en cada esquina.

Su historia se remonta a los siglos X y XI con la Reconquista del Valle del Duero, que entonces estaba en manos de los musulmanes, pero si ha habido un capítulo que ha marcado su devenir fue el nacimiento de Santo Domingo de Guzmán, el fundador de la orden de los dominicos y uno de los burgaleses más célebres.

Su importancia fue tal que el rey Alfonso X El Sabio creó señorío político y espiritual en la villa para gloria del santo. Ordenó el traslado a Caleruega de las monjas, ya dominicas, desde San Esteban de Gormaz al convento que, por encargo suyo, había construido el obispo de Osma sobre las casas solariegas de los Guzmanes. El propio rey acudió a Caleruega y otorgó fuero, convento, villa y términos a la priora de las dominicas.

De esa época quedan dos testimonios heráldicos: la musealizada torre de los Guzmanes y la picota de Justicia. A mediados del siglo, hacia 1950, la Orden de los Dominicos favorece a Caleruega como lugar santo de la orden valorando el ambiente de silencio y de cristiandad de la tierra; un espíritu que a día de hoy continúa. ¿Qué hay que ver? Todo: el Convento de Santo Domingo de Guzmán y Torreón de los Guzmán; el Real Monasterio de Santo Domingo de Guzmán, el monumento al Labrador, el museo-lagar de Valdepinos, las bodegas tradicionales y la peña de San Jorge.

Naturaleza

Para los amantes de la naturaleza Caleruega reserva el centro de interpretación Las Loberas, espacios circulares que los pastores utilizaban para dormir y protegerse de los ataques de los lobos, que hoy sirven de epicentro para descubrir el paisaje y la fauna del entorno.

Si el calor del verano aprieta, como suele ocurrir en la Ribera del Duero, las piscinas están abiertas con el césped recién mejorado. Para comer hay dos opciones: el hotel Prado de las Merinas y el centro de turismo rural Las Peñas. Si buscan pinchos y tapas, la plaza es una buena alternativa.