Una iglesia de Aranda aprovecha su cercanía al Sonorama para evangelizar

Más allá de ser uno de los festivales mejor valorados del país, Sonorama Ribera se alza cada año como una oportunidad para la hostelería, los hoteles, las casas rurales y también para la Iglesia. Aprovechando la ubicación de la emblemática Iglesia de Santa María, como paso obligado entre los escenarios urbanos del casco histórico, la parroquia organizó un programa de visitas interpretativas para dar a conocer, en clave creyente, el mensaje de salvación esculpido en piedra en la fachada del templo, obra de Simón de Colonia y su hijo Francisco.

Según explica la Archidiócesis de Burgos, es una iniciativa “dirigida especialmente a quienes, atraídos por la belleza, han dejado de tener las claves culturales y de fe para entender el mensaje de salvación que encierra el arte religioso”.

En total participaron 150 personas gracias a la colaboración desinteresada de una veintena de voluntarios y cuatro guías: Amparo, Charo, Elena y Marisa. “El resultado ha superado todas las expectativas”, agradece el párroco de Santa María, Javier Valdivieso, con la mirada puesta ya en una segunda edición.

Los pases, de aproximadamente media hora, se llevaron a cabo mientras a escasos metros del templo se celebraban los conciertos de mediodía, con un perfil muy variado de asistentes, desde familias hasta habitantes de Aranda, pasando por un significativo número de parejas y grupos de “sonorámicos”, que no dudaron “en dejar en la puerta las bebidas y típicas pistolas de agua del festival para escuchar de forma respetuosa y atenta las explicaciones”.

Las visitas se desarrollaron bajo el lema ‘Heaven’s Doors’ (puertas del cielo), haciendo un guiño al famoso tema musical de Bob Dylan y tratando de conectar con el público del festival. Así mismo, el recorrido explicativo arrancaba fijando la atención en la figura central en el dintel de la puerta: el “mayor influencer musical de todos los tiempos, el rey David”. A continuación, la rica iconografía de la fachada del templo sirvió de guía para desgranar la historia de la salvación con la vida de Jesús y su continuidad en la Iglesia.

Las visitas finalizaban con la interpretación de una versión moderna de uno de los salmos con la colaboración de Ismael Sáez Marquina, seminarista diocesano. A la salida, además, cada asistente recibió como obsequio una pulsera elaborada por las hermanas de la comunidad Iesu Communio de La Aguilera y pudieron dejar sus impresiones por escrito. “Estos mensajes nos servirán para realizar futuras mejoras”, concluye el párroco.