La Ribera del Duero prevé una vendimia sana y "no retrasada"
El estado de la uva es bueno pero irregular en las zonas dañadas por el pedrisco o las heladas
A pie de campo, el viñedo continúa el ciclo tras una primavera intensa, marcada por las heladas y el granizo. Según explica el responsable de Viticultura y Enología del Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Duero, Alberto Tobes, salvo lo que se perdió por las bajas temperaturas y el pedrisco, donde el estado “es irregular y heterogéneo”, la uva presenta un estado óptimo sanitario. “Está muy bien”, asegura.
En tiempo, aclara, es cierto que el ciclo va un poco más retrasado que el año pasado, cuando la vendimia se adelantó, pero insiste: “estamos dentro de las fechas habituales de los últimos 25 años”. “Todavía falta un mes y todo puede cambiar, pero por ahora todo apunta a que la cosecha empezará a final de septiembre y el grosor se volverá a dar en la primera quincena de octubre”.
Por el momento, no ha habido plagas ni enfermedades reseñables y las previsiones meteorológicas son optimistas, con temperaturas cálidas por el día, pero no excesivas que puedan ralentizar la maduración, y noches frías, que es precisamente lo que marca la diferencia de la Ribera del Duero. “Lo que se heló o sufrió pedrisco puede tener menos carga o retrasar un poco la maduración”, puntualiza.