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Los vecinos de Fuentemolinos crean una plataforma contra la macrogranja

Temen que su llegada afecte aún más a la calidad de sus aguas

Imagen de la manifestación celebrada el sábado en Fuentemolinos

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Aranda

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Aunque saben que lo tienen muy difícil, los vecinos de Fuentemolinos no se rinden y han creado una plataforma para seguir luchando contra la macrogranja que una empresa pretende instalar en su pueblo. Lo cierto es que no es un reto sencillo. El Ayuntamiento negó la licencia al entender que, sin informe de impacto ambiental, no cabía la autorización, pero la Justicia ha dictado lo contrario. Incluso el Tribunal Superior de Justicia, donde el Consistorio presentó un recurso aferrándose a la jurisprudencia de sentencias como la dictada en Haza, donde se evitó la implantación de una nueva granja por la presencia de la alondra ricotí, especie en peligro de extinción. “Sabemos que no quedan muchas opciones, pero no podemos renunciar porque de ello depende el futuro del pueblo”, afirma desde la plataforma Mariví Rodilla.

Aprovechando el día grande de las fiestas patronales, el colectivo convocó una manifestación el sábado que superó los 300 participantes, 200 más de los vecinos censados. Además, han iniciado una recogida de firmas. “Fue un día histórico”, agradece a sabiendas de que, a excepción de los que facilitaron su llegada, que “paradójicamente tienen una bodega en el pueblo”, “el resto de los vecinos estamos en contra”. “La macrogranja no va a traer nada bueno, todo lo contrario”, rechaza.

En el Ayuntamiento, el alcalde comparte la inquietud. “La Junta de Castilla y León no hace nada y no lo entiendo. Hablan de la España vaciada, de la despoblación, pero así es como se vacían los pueblos”, advierte Sergio Martínez.

Por el momento, la empresa tiene la licencia y solo queda pendiente la denuncia que ha interpuesto Ecologistas en Acción contra el Ayuntamiento por haber otorgado el permiso. “Supongo que quedará en nada porque dimos la licencia por imperativo judicial”, subraya el primer edil.

El promotor presentó el proyecto en marzo de 2021. No es nuevo en el negocio ya que, según explican, tiene al menos otras dos granjas en la zona. “En principio tiene autorización para una instalación de 1.999 cerdos, pero ya sabemos cómo funcionan. En cuanto empiezan, piden la ampliación, como pasó en Haza”, señala Mariví.

Preocupa además la ubicación de la futura granja en la zona alta de Fuentemolinos, donde coincidirá con el impulso del viento predominante. “Los olores van a ser insoportables”, lamenta el regidor sin olvidar el delicado estado de la única carretera que conecta el pueblo y que es propiedad de la Diputación de Burgos. “El paso de camiones será continuo. La carretera no va a aguantar”, argumenta.

La proliferación de macrogranjas porcinas se extiende a otros pueblos de la Ribera que también han iniciado su lucha ciudadana. La reivindicación cuenta además con el apoyo del Consejo Regulador de la Denominación de Origen que teme que la posible contaminación por nitritos afecte a la calidad del vino Ribera del Duero.

La plataforma vecinal de Fuentemolinos insiste en la importancia de paralizar este tipo de “instalaciones industriales” que deterioran el medio ambiente y ponen en riesgo la preservación de especies animales vulnerables o protegidas así como la salud pública de las personas que “puede verse mermada ante el riesgo de enfermedades zoonóticas, los olores y ruidos generados por la macrogranja”, y sin olvidar “la nula repercusión económica que este tipo de instalaciones, altamente automatizadas, conllevan para la economía y el mercado laboral del territorio”.

Sin embargo, la mayor preocupación para el colectivo se centra en las consecuencias que la macrogranja “tendrá en la contaminación de los acuíferos” que alimentan los municipios de la vega del Riaza, que en la actualidad presentan “preocupantes niveles de nitratos y que podrían verse incrementados exponencialmente como consecuencia del tratamiento de los purines generados por la granja”, terminan al recordar que por este motivo “la Confederación Hidrográfica del Duero denegó la concesión de un pozo para una macrogranja similar en el municipio palentino de Meneses del Campo por contravenir lo establecido en el Plan Hidrológico del Duero”.