La joven Sheila Aguilera toma el relevo como primera alcaldesa de Hontoria de Valdearados

Sheila es un ejemplo claro de que los pueblos sí quieren tener futuro. A sus 27 años, ha decidido dar un paso más y ha tomado las riendas del Ayuntamiento de Hontoria de Valdearados, tras la renuncia del ya exalcalde, Joaquín Bengoechea, quien seguirá ayudando como concejal. “Tenemos muchas ideas y muchas ganas”, asegura Sheila Aguilera Bengoechea, quien se convierte en la primera alcaldesa de la historia del municipio.

No está sola. Junto a ella trabajan codo con codo su predecesor y primo, Joaquín, y cuatro jóvenes con edades comprendidas entre los 27 y los 40 años. Ha sido, además, un relevo sencillo. “Yo estaba ya un poco cansado, es hora de dejar a las nuevas generaciones”, afirma Joaquín, satisfecho con el trabajo realizado en estos cinco años como alcalde, durante los cuales se han llevado a cabo inversiones de interés como el arreglo de la plaza Mayor y de algunos caminos, la rehabilitación del antiguo granero, que han convertido en un salón social, y, sin olvidar, la renovada Casa de los Maestros y el nuevo centro médico, que se ubica en el antiguo salón de jubilados.

Con 130 vecinos censados, Hontoria de Valdearados vive principalmente de la agricultura y la ganadería, con la cooperativa de campo y ganado, que suma 900 hectáreas y cien socios. Sin embargo, en el pueblo la realidad cambia en función de la estación del año, y mientras en verano la población se triplica, en invierno merma con la marcha de muchos mayores a residencias. Sin embargo, la llegada en los últimos años de gente joven de Madrid y Bilbao ha supuesto todo un aliciente. “Hemos tenido mucha suerte, son personas que veraneaban aquí porque tenían familia y han decidido hacerse una casa y mudarse. La verdad es que es una alegría para todos”.

"En el pueblo somos como una gran familia"

El municipio cuenta con servicios como una panadería y dos bares, uno de ellos restaurante. “Abrió el pasado mes de julio y está funcionando muy bien con los menús del día”, afirma la regidora. Además, reciben cada semana la visita de vendedores ambulantes de pescado, carne y fruta. De los medicamentos se encarga una farmacéutica que los trae desde Baños de Valdearados, y los niños van a estudiar a Peñaranda. “Es verdad que podríamos tener más servicios, pero aquí se vive muy bien, hay mucha vida y somos como una gran familia”, señala con la mirada puesta en el grupo de jotas y bailes ‘Las Alpargatas’, en las clases de zumba y pilates del salón del Ayuntamiento, y en general en el “buen rollo que hay”. “Aquí no hace falta quedar, siempre te encuentras a alguien conocido”.

Decididos a seguir atrayendo a nuevos moradores, el Ayuntamiento ha rehabilitado este verano dos viviendas sociales que formaban parte del edificio consistorial. “En poco tiempo pondremos toda la información para que los aspirantes se puedan apuntar”, detalla mientras deja claro que uno de los requisitos principales será que la familia quiera vivir en Hontoria “como primera residencia” y se empadrone en la localidad. Las dos casas sociales se unirán a la que ya está en alquiler en la antigua Casa de los Maestros, que se rehabilitó gracias a una subvención del programa Rehabitare.

A la hora de pedir, la nueva alcaldesa no duda: “Sería maravilloso que se pudiese mejorar la comunicación por carretera entre Hontoria y Aranda de Duero”.

Sheila tiene la carrera de profesora de Educación Primaria y actualmente trabaja por la mañana en un colegio arandino y por la tarde en una academia. “Ser alcaldesa es un reto y un orgullo, aunque al principio he de reconocer que me agobió un poco porque me pilló en pleno verano con toda la gente y era un no parar. Ahora ya estoy más tranquila, cuento además con un equipo muy bueno, con Ricardo, Ignacio, Isabel y Joaquín, y tenemos muchas ganas de mejorar las cosas”, sostiene imaginando ya un futuro campo de futbol.

Una de las asignaturas pendientes que debe afrontar es la falta de tumbas en el cementerio. “Hay que estudiarlo bien porque hay muy poco espacio. Vamos a ver qué soluciones puede haber y si hay que ampliar o es una cuestión de orden”.

Otro de los proyectos que heredan es la rehabilitación del antiguo palacio arciprestal, un edificio de 1.200 metros cuadrados que construyó el obispo de León, Andrés de la Cuesta, uno de los vecinos más ilustres de Hontoria. “Es muy bonito y estamos decididos a rehabilitarlo”, subraya, al recordar que este año se han cambiado todas las ventanas. “Tampoco depende solo de nosotros, tenemos que ir de la mano de Patrimonio”.

Por el momento, con los planes provinciales van a habilitar aceras en el final de la calle Real, donde termina el pueblo, y han asfaltado, además, parte del paseo del río, que era de tierra. “Vamos a asfaltar también un camino de tierra que es muy transitado”, termina.