La Policía Nacional de Aranda refuerza su presencia en el barrio de Santa Catalina
Los vecinos piden medidas contra los problemas de convivencia, las peleas y la inseguridad
La Policía Nacional reforzará su presencia en el populoso barrio de Santa Catalina. Es el compromiso que ha adquirido el encargado del área de participación ciudadana de la comisaría de Policía Nacional de Aranda de Duero con el presidente y la tesorera de la Asociación de Vecinos.
Lo cierto es que la sensación de inseguridad en el barrio ha ido recrudeciéndose, sobre todo en los últimos meses con la reyerta multitudinaria del pasado 27 de agosto y una pelea nocturna que acabó a principios de septiembre con uno de los implicados ingresado en el hospital Santos Reyes por herida de arma blanca. Los vecinos están hartos. “Esto es un sinvivir”, lamenta una residente que no esconde el miedo. “Por aquí a ciertas horas te la juegas. Puede pasar de todo en un momento”.
En la reunión mantenida en la asociación de vecinos de la calle Zazuar se trataron temas de interés que afectan a la seguridad ciudadana y a la convivencia del barrio. Según explica el presidente de la asociación vecinal, Antonio Adelino, el principal foco de conflictos se sitúa en la zona de ocio nocturno, entre las calles Hospicio, plaza de Santiago e inicio de la calle Pizarro. Los protagonistas, aseguran, “suelen pertenecer a colectivos de inmigrantes, por lo que la raíz del problema se halla más en la integración y educación que en una violencia estructural”.
Además se trataron otros problemas que perturban la tranquilidad del barrio como la venta y consumo de drogas y estupefacientes; la celebración de botellones en vía pública, parques y espacios de recreo; las peleas callejeras a la salida de los locales de ocio, y los actos vandálicos que se producen en torno a las fiestas con quema de contenedores, destrozos en vehículos, rotura de mobiliario urbano y pintadas y grafitis en fachadas.
Mención especial merece el ruido que soportan los vecinos por la noche con terrazas y veladores, fiestas en viviendas, voces y gritos a deshoras, acelerones e incluso carreras de vehículos.
Ribera
Teresa, la limpiadora arandina, recupera su casa ‘okupada’. Así se la ha encontrado
Loreto Velázquez
Por otro lado, inquietan los problemas de convivencia y de insalubridad así como la ocupación de viviendas, como sufrió Teresa, una limpiadora del hospital Santos Reyes que tuvo que sufrir durante 17 largos meses el impago de unos inqui-okupas. “Ha sido una pesadilla”, aseguraba a este periódico que le acompañó el pasado mes de junio cuando entró a recuperar por fin su casa.
De cara a la vendimia, la asociación de vecinos centra la atención en la intromisión temporal de temporeros en merenderos, casetas y locales vacíos. “Como conclusión de esta puesta en común, se aumentará la presencia policial de manera disuasoria en el barrio de Santa Catalina, para atajar la venta y consumo de productos ilícitos e insalubres; intervenir con más celeridad en caso de necesidad, y ofrecer seguridad y bienestar a todos los vecinos”, agradece el presidente del colectivo.