Aranda malinterpreta los planes de la Diputación para promocionar el vino y se pone a la defensiva
Diputación propone aprovechar la ciudad de Burgos, que es la «gran receptora del turismo», como escaparate del vino de Ribera y Arlanza y «polo de promoción hacia la provincia». Desde Aranda se interpreta lo contrario y el Ayuntamiento anuncia que "estará vigilante en la defensa de los intereses" de la DO porque "Ribera de Duero solo hay una"
La Diputación ha llegado a la conclusión de que la mejor manera de promocionar la industria del vino en la provincia es convertir a Burgos en la capital turística del vino para «aprovechar la marca del vino con la de Burgos, puesto que la capital es la gran receptora del turismo» y convertir ese escaparate en un «polo de promoción hacia la provincia».
Dicho de otra manera, los turistas llegan mayoritariamente a Burgos capital en sus visitas a la provincia, qué mejor escaparate para los vinos burgaleses y qué mejor trampolín para acudir después a los pueblos y a las bodegas de las dos denominaciones de origen para quienes estén verdaderamente interesados en el turismo enológico.
En ninguna otra parte se promocionará con tanto cariño e interés el vino hecho de la tierra como a orillas del Arlanzón y, de ahí, la estrategia que comparten la Diputación y el Ayuntamiento que tratarán de convertir a Burgos en la capital del vino.
Hasta aquí se entienden las razones que motivan el planteamiento promocional que Diputación y Ayuntamiento van a impulsar en los próximos meses, pero en la capital de la Ribera del Duero, en el Ayuntamiento de Aranda, las declaraciones este jueves del presidente de la Diputación Provincial, Borja Suárez, les han dejado con la mosca detrás de la oreja temerosos de que lo que se pretenda sea "que Burgos ciudad sea capital de la Denominación de Origen Ribera del Duero".
Pese a que textualmente Borja Suárez aseguró la víspera que «las sedes de las denominaciones están bien donde están y Aranda es la ciudad del vino y lo seguirá siendo», el alcalde de Aranda de Duero ha entrado en pánico y "ha mantenido conversaciones con los alcaldes de los principales municipios de la Ribera, en sus cuatro provincias, así como otras instituciones relacionadas con el sector vitivinícola, dada la preocupación que las declaraciones han originado", según reza un comunicado con el que han salido al paso de las declaraciones la víspera de Suárez.
Es más, pese a que Diputación y Ayuntamiento de Burgos no pretenden ningún cambio de sede sino convertir a la ciudad en punta de lanza de Arlanza y Ribera y escaparate del vino de cara al turista, desde la alcaldía de Aranda se asegura que "nos mantendremos alerta en la defensa de una actividad económica tan importante y vital para nuestro municipio".
Conversaciones y lío en el pleno
La desconfianza de Aranda es tal que a pesar de que su alcalde, Antonio Linaje, ha mantenido conversaciones en las que se ha explicado el enfoque del proyecto con los presidentes de Burgos Alimenta y la Diputación de Burgos, la portavoz de su partido en la institución provincial arremetió contra Suárez durante el pleno de debate del estado de la provincia.
El presidente le aclaró que se trata de unir sinergias entre la comarca de la Ribera del Duero que copa el 70% del territorio de la Denominación de Origen, y el gran escaparate de la provincia, que es Burgos capital, para evitar que "vengan otros desde fuera" y se arroguen esa capitalidad del vino.
Pese a todo, minutos después desde la alcaldía de Aranda se emitía una nota de prensa para recalcar que "DO Ribera de Duero solo hay una, por lo que desde la institución municipal se estará vigilante en la defensa de los intereses de la misma".