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La Policía Nacional de Aranda ya tiene sospechosos del destrozo de los baños del Picón

La falta de un seguro específico complica la reconstrucción. La instalación era nueva y había costado 900.000 euros

Cincuenta baños quedaron completamente destrozadosAyuntamiento de Aranda

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Aranda

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Dos días después de los gravísimos destrozos que aparecieron en los nuevos baños públicos del Picón, la Policía Nacional de Aranda de Duero ya tiene sospechosos y está recabando pruebas para elevar la causa ante la Justicia. Por el momento, la Policía es cauta y no concreta si los implicados son menores o mayores de edad.

Parte de la investigación se centra en unos videos que, al parecer, subieron los supuestos responsables de los hechos a redes sociales. Además, la Policía está investigando la posible implicación de cada uno, ya que se parte de la idea de que fue un grupo. Por el momento, la Policía científica ha recorrido los cerca de 50 baños afectados en busca de huellas.

Los hechos se produjeron en la madrugada del domingo al lunes. Según explica el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan Manuel Martín, hubo servicio de vigilancia hasta las 3:30 de la mañana y, después, se dejaron los baños abiertos para los feriantes y personas de venta ambulante. Los daños se descubrieron a las 10:00 horas, cuando el equipo de limpieza accedió a la instalación. Ya no había remedio: paredes destruidas por completo, espejos hechos pedazos, pintadas, inodoros partidos… una violencia exacerbada, desmedida y absolutamente lamentable. Así se expresaba el alcalde minutos después de conocer el alcance de un acto vandálico sin precedentes. “Esto es intolerable. Las instalaciones municipales son de todos. Vamos a dedicar todos los medios a nuestro alcance para identificar a los culpables y llevarles ante la justicia”, advertía en redes Antonio Linaje.

Hay que recordar que estos 180 baños eran nuevos. Los construyó hace apenas dos meses la asociación Art de Troya, con cargo a una subvención, y aunque su primer objetivo es dar cobertura al festival de Sonorama, también está pensado para cubrir todas las necesidades de eventos como las fiestas patronales, ferias o conciertos. “Es una pena”, lamenta Javier Ajenjo, presidente de Art de Troya, quien hacía un llamamiento a las personas que hayan podido ser testigos y puedan identificar a los culpables. “Estos son los baños del Sonorama. Los baños de los arandinos. Este es el mundo que vivimos. Os rogamos que nos ayudéis a encontrarlos y que paguen por sus actos”.

Según explica a este periódico, aunque todavía quedaban cosas por hacer, ya se habían invertido 900.000 euros. De los 180 baños, los vándalos destrozaron casi 50 y ahora el problema es el seguro. En el Ayuntamiento afirman que cuentan con un seguro de responsabilidad civil, “y hay que ver las cláusulas”, pero los expertos consultados coinciden: un seguro de responsabilidad civil solo cubre los daños que pueda sufrir un usuario en la instalación. La única vía, entienden, es conocer el nombre de los autores e iniciar una reclamación de daños.

Aunque nadie podía imaginar semejante estropicio, Javier Ajenjo insiste en la importancia de la vigilancia. “Nosotros, en Sonorama, siempre había una persona encargada de vigilar que todo estuviera bien y no hubo ni una pintada”.

Desde el Ayuntamiento, el concejal de Seguridad Ciudadana estudia ya la posibilidad de prolongar la contratación de personal de vigilancia y de poner cámaras de vigilancia, y “no solo pensando en los baños”, “a lo mejor en el recinto ferial”. “Es una pena”, subraya el edil de Sentir Aranda.

Destrozos en el autobús gratuito que el Ayuntamiento ha puesto para facilitar los traslados a la feria de barracas de ArandaLoreto Velázquez

Los daños no acaban ahí. El autobús gratuito que el Ayuntamiento ha puesto para facilitar el traslado a la feria de barracas del Picón ha sufrido también ataques vandálicos. Según explica la gerente de la empresa adjudicataria, Autobuses Bayo, el pasado lunes el autobús terminó el servicio con tres butacas rajadas, y dos de ellas con el muelle roto, por lo que ahora mismo solo se pueden poner en posición de tumbado. Además, aparecieron pintadas y arrancaron una de las tapas del portaequipajes superior. “Fue a lo bestia”, lamenta la gerente, Yolanda Bayo.

Más allá de la valoración de unos daños que pueden rondar los 1.500 euros, lo peor es el perjuicio que ocasiona, porque al tener que llevar las butacas a tapizar, el autobús deberá estar parado hasta que se repongan. De poco o nada ha servido la seguridad que contrató el Ayuntamiento como aliciente tras comprobar que el pliego quedaba desierto porque ninguna de las empresas estaba interesada. “La persona de seguridad estaba, al parecer, delante y todo ocurrió en las últimas filas del autobús”, señala Bayo.

Ella lo tiene claro: “no volveremos a concursar para este servicio”, asegura consciente de que no es la primera vez. “Hace dos años, cuando nos hicimos cargo, fue incluso peor. Como solo hay un autobús, y la capacidad es la que es, los chavales provocaron hasta lesiones a la conductora, a quien insultaron y tiraron al suelo”, relata sin descartar pedir daños y perjuicios.

Los vándalos arrancaron una de las tapas del portaequipajes superior del autobúsLoreto Velázquez

Por el momento, el servicio se mantiene, pero con el mismo autobús, ya que es el único que cuenta con espacio para sillas de ruedas. “Cuando terminen las fiestas, lo llevaremos a arreglar”, termina.

Peleas, actos incívicos… la otra cara de las fiestas

El destrozo de los aseos del Picón ha sido, sin duda, el acto vandálico de mayor gravedad de unas fiestas patronales que también han contabilizado otras agresiones, como una pelea en el entorno de Arco Pajarito, que acabó con una persona hospitalizada y operada quirúrgicamente por una herida cortante, y un individuo detenido. Al día siguiente, 15 de septiembre, un varón también fue detenido por haber agredido a su pareja en la calle Hospicio. La mujer requirió asistencia hospitalaria por una herida sangrante. Por último, una mujer que no estaba de acuerdo con la sanción que la Policía Local le quería poner al vehículo en el que circulaba fue detenida por agredir a dos agentes. Está acusada de atentado contra agentes de la autoridad.

Por otro lado, se instruyeron 4 actas por desobediencia o faltas de respeto, 2 por tenencia de estupefacientes, 10 por orinar en la vía pública, y en los seis controles de alcoholemia que realizó la Policía, solo 2 conductores dieron positivo de los 59 testados. Además, se levantó un acta a un establecimiento de la Plaza Mayor por poner altavoces orientados a la vía pública.

Preocupa también el juego que tuvo un grupo de menores, que se lanzaba a cortar la carretera, poniendo su vida y la de los conductores en riesgo. “Recibimos múltiples llamadas de alerta por este motivo”, asegura la Policía Local. Los jóvenes fueron identificados y denunciados por incumplir la Ley de Tráfico y Seguridad Vial.