El PP expulsa del grupo municipal a la presidenta de la Arandina
Virginia Martínez era la número 2 del Partido Popular en Aranda
La crisis abierta en la Arandina, tras la polémica asamblea en la que la directiva dejó fuera a personas que eran socios, llega al terreno político y afecta de forma directa a la presidenta del club deportivo, Virginia Martínez. El Partido Popular ha pedido a la que hasta ahora ha sido número 2 que ceda el paso y deje el acta, un extremo que la afectada no termina de aclarar. “Si no entrega el acta, será expulsada del PP”, advierte la portavoz, Cristina Valderas, quien mañana presentará el nuevo equipo, con 4 concejales de los 5 que ganaron en las urnas.
No sería algo nuevo. En la historia del Ayuntamiento de Aranda ha habido casos muy sonados en la última década, como la expulsión de la que fuera portavoz del PSOE, Mar Alcalde, o más recientemente, hace apenas dos meses, la marcha del concejal socialista Alberto Marcos, que, por discrepancias con sus compañeros, se fue a los ‘no adscritos’.
De darse el caso, el escenario político dará un nuevo giro, y aunque, según fuentes del PP, Virginia se mantiene en la idea “de seguir trabajando para el Partido Popular en el Ayuntamiento de Aranda”, lo cierto es que esta ruptura podría llegar a beneficiar al equipo de gobierno de Sentir Aranda.
Habrá que ver también si afecta o no a la aprobación de presupuestos, ya que, sea en el PP o en los ‘no adscritos’, Virginia está, en teoría, limitada y no puede votar por incompatibilidad porque, al ser presidenta de la Arandina, recibe fondos públicos del Ayuntamiento.
Ribera
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Loreto Velázquez
Llueve también sobre mojado y, aunque el detonante ha sido la crisis de la Arandina, fuentes del PP apuntan a un desgaste progresivo con episodios “que no gustaron a nadie”, como el protagonizado por la pareja de la presidenta, Francisco Galán, quien ejerce de secretario del club. Según ha probado el Tribunal, insultó al alcalde de Aranda de Duero, Antonio Linaje, diciéndole: “me comes los huevos”. Aunque el juzgado entiende que ese tipo de expresiones no alcanzan la gravedad exigida para constituir un delito de falta de respeto a la autoridad, sí deja clara la conducta “inadecuada y maleducada” del denunciado, con expresiones “que no son propias del proceder del secretario de un club deportivo, en tanto contravienen el código de ética deportiva y, en general, las normas sociales de convivencia”.
Ribera
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Tampoco ayudó la imagen que dio el mismo Galán persiguiendo de banco en banco a unos ciudadanos que acudieron al Pleno del Ayuntamiento a protestar por la gestión de la directiva de la Arandina.
Pero el desencadenante se ha producido estas últimas semanas. Todo comenzó el pasado 16 de octubre, cuando un grupo de 35 personas, entre socios, exjugadores, exentrenadores, delegados de campo y madres y padres de jugadores de fútbol base, presentó ante el Juzgado de Aranda de Duero una demanda judicial contra la presidenta del club de fútbol, Virginia Martínez, por posibles delitos de apropiación indebida, estafa, administración desleal, amenazas, coacciones e injurias. La denuncia presentada en vía penal afecta, del mismo modo, al resto de la junta directiva.
Decididos a dar un nuevo rumbo a un club histórico como la Arandina, la parte demandante ha formado, además, una candidatura alternativa bajo el nombre Unión Arandina. “No queríamos hacer las cosas así, pero no han dejado otra alternativa. No tenemos mala fe. Queremos hacer las cosas bien”, afirmaba, como portavoz provisional, el abogado David Pomar, quien comparecía ante los medios de comunicación acompañado por el exjugador de la Arandina, Zazu, y Elena Martín, como representante de los padres del fútbol base.
Ribera
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Loreto Velázquez
Según explicaba el abogado, pese a que el club debería estar disfrutando de la estabilidad que siempre da haber jugado con los grandes clubes en la Copa del Rey, como ocurrió el pasado año contra el Real Madrid, todavía hay jugadores y miembros del cuerpo técnico de la temporada pasada que siguen sin cobrar. La desidia se extiende, añade, a las categorías inferiores, donde siguen los retrasos en la entrega de material de entrenamiento. “Pagamos las camisetas en junio y se supone que llegan en diciembre, y no es lo peor. Hay niños que no pueden competir porque no les han federado”, lamentaba Elena Martín, indignada porque “están jugando con la ilusión de los niños”.
La tensión subió de nivel el pasado 21 de octubre, cuando la directiva convocó una asamblea para aprobar las cuentas y, además, para convertir el club en Sociedad Anónima Deportiva (SAD). El hecho de que la directiva no dejase pasar a personas que son socias del club originó un gran revuelo en la calle, con pancartas y gritos contra una directiva que los contrarios consideran está “velando más por los intereses propios que por los de la Arandina”.
Aunque la directiva logró aprobar las cuentas y también el paso a la Sociedad Anónima Deportiva, Unión Arandina ya ha anunciado que recurrirá la asamblea “por irregularidades”.
En el comunicado, el PP no entra a analizar el modelo de gestión que debe regir en un club deportivo, “ni vamos a valorar si la figura de una Sociedad Anónima Deportiva es la más conveniente, porque entendemos que corresponde a los socios, aficionados y simpatizantes”, pero insiste: “sí pedimos que el presente y el futuro de la Arandina se gestionen con diálogo, en un proceso transparente, participativo y abierto a una ciudad que tiene en la Arandina a un club de larga trayectoria que debe ser un modelo y ejemplo, que ha formado a través del fútbol a cientos de niños durante varias décadas”. “Las personas con cualquier cargo de responsabilidad pública o asociativa debemos ser cauces para mejorar nuestra sociedad, desde la convicción de que ninguno somos imprescindibles y que las instituciones y la ciudadanía están por encima de nosotros”, zanjan.
Este periódico intentó sin éxito contactar con la presidenta del club deportivo.
Virginia se centra en defender su gestión al frente del club
Sin entrar a valorar la crisis abierta con el Partido Popular, la todavía concejala, Virginia Martínez, ha enviado un comunicado en el que se centra exclusivamente en su labor al frente de la Arandina. “Desconozco el origen de los acontecimientos vividos de manera repentina, puesto que hasta la fecha, siempre ha existido cordialidad y mucho sacrificio para salvar los años de pandemia en los que no existían recursos, y unidos, fuimos capaces de sacar el club adelante”, comienza.
Según explica, “actualmente, el proyecto de fútbol en Aranda de Duero, requiere de una profesionalización, que únicamente puede realizarse con la atracción de recursos económicos a nuestro deporte, tal y como ha ocurrido en otros clubes de la provincia, que son ejemplo de progreso y prosperidad tanto para el fútbol profesional, como para la cantera, y toda la economía local”. “La atracción de inversión económica a Aranda de Duero, y la creación de puestos de trabajo, son objetivos que unen a todos los agentes que luchan por Aranda, y nos encontramos ante un momento en el que esos hitos, pueden conseguirse”, subraya en alusión a la polémica aprobación de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD).
Su intención, asegura, “no es otra que la de seguir trabajando por mi ciudad y dejaré de tener tanta responsabilidad en la Arandina C.F., en breve, ya que como he manifestado siempre, el paso por las instituciones debe ser temporal, con transiciones consensuadas y pacíficas que aúnen esfuerzos para hacer más fuertes las organizaciones”. “Este es el siguiente paso para proseguir, dejando el testigo a quienes aportan sus recursos, su tiempo y su colaboración, con el único objetivo de que el club prospere”, afirma convencida de que “son más los puntos que nos unen, que sobre los que hay diferencias, en todo caso salvables, pues todos compartimos y hemos escuchado, que el cambio en la forma de gestión ha sido y es, necesario”.
La presidenta insiste además en dejar claro que la directiva está abierta. “Como siempre he manifestado, el club ha tenido las puertas de formar parte de la directiva abiertas, asumiendo las responsabilidades que esto conlleva, habiendo sido éstas una gran carga, que requeriría de una dedicación exclusiva, y no altruista y voluntaria”.