Cerrar

Estos son los planes que tiene el Ayuntamiento de Aranda para reformar las piscinas de verano

Entre las mejoras proyectan una cubierta retráctil y toboganes acuáticos

Piscinas de la CalabazaLoreto Velázquez

Publicado por
Aranda

Creado:

Actualizado:

Conscientes de las limitaciones que a día de hoy tienen las piscinas municipales de verano, el Ayuntamiento de Aranda de Duero va a contratar la elaboración de un proyecto de rehabilitación que no sólo buscará solventar los muchos problemas de fugas de agua que hay, sino que también pretende dar un salto cualitativo con mejoras como una cubierta retráctil en la piscina de Acapulco y toboganes de agua en la de La Calabaza. “No se puede seguir haciendo parches; las dos instalaciones necesitan un proyecto grande”, explica la concejala de Deportes, Belén Esteban.

Lo cierto es que, con más de 50 años de historia, las piscinas de Aranda se han quedado atrás en comparación con pueblos de la Ribera, como Fuentespina o los ya famosos toboganes acuáticos que Gumiel de Izán inauguró hace dos años. “En 2024 hicimos ya el nuevo bar y, de cara a la temporada que viene, vamos a añadir una silla portátil para facilitar el acceso a la piscina de personas con problemas de movilidad y además, queremos añadir mesas, carpas y más arbolado”, adelanta el alcalde de Gumiel de Izán, Jesús Briones.

Decidido a subir también el nivel, el equipo de gobierno de Sentir Aranda aprovecha este momento de impasse, ya que ha terminado la última concesión y no ha habido prórroga porque la empresa no ha querido continuar. De esta manera, el Ayuntamiento va a sacar una licitación corta para la gestión de las piscinas por dos o tres años, un tiempo que utilizará para llevar a cabo unas obras que durarán las dos anualidades. “Nuestra idea es organizarlo todo para que en ningún momento afecte a la temporada de verano y se pueda seguir utilizando”.

A la hora de pagar, la concejala confía en poder adherir este proyecto a las subvenciones europeas: “Queremos tener el proyecto hecho para poder optar cuando llegue el momento”.

Lo cierto es que hay mucho que hacer. Junto a los problemas de fugas de agua, que siempre ha habido, es necesaria la renovación de los equipos “que están al final de su vida útil”, así como la actualización de la zona de vestuarios. También hay que resolver de forma definitiva las carencias en materia de accesibilidad y reorganizar las zonas verdes, porque “los árboles se están comiendo literalmente las tuberías de las piscinas”.

Según detalla la responsable de Deportes, en la piscina Acapulco quieren poner una cubierta retráctil para poder ampliar la temporada estival. En cuanto a la piscina de La Calabaza, el proyecto deberá incluir un parque infantil acuático con toboganes y una zona verde con sombrillas fijas, mesas y una zona del restaurante “bien acondicionada”.

Aunque las piscinas son prioridad, la concejala no olvida el camping de La Calabaza, cerrado desde hace mucho tiempo: “Debe estar comido por la vegetación, pero se valorará el proyecto para que en un futuro quede bien”.

Así era la piscina Acapulco en los años 70Archivo fotográfico de Máximo López Vilaboa

La historia de la piscina Acapulco se remonta al 7 de agosto de 1969 y debe su origen a un promotor privado, Gregorio Cascajares. Según explica el historiador, Máximo López Vilaboa, el éxito fue casi instantáneo: piscina olímpica de 50 metros y otra infantil, un bar con cafetería, un amplio aparcamiento y sobre todo un trampolín que posibilitó la llegada de estrellas internacionales que hacían de los saltos acrobáticos un atractivo innegable a principios de los años 70. Sin embargo, a finales esa década entró en declive y en 1982 cesó la actividad. Tras un intento fallido de apertura por parte de otro empresario y la conversión de la cafetería en la sala de fiestas Brandy’s, en la que no faltaban los espectáculos eróticos, el Ayuntamiento de Aranda acordó en el pleno del 24 de noviembre de 1981 adquirir estas piscinas por 27 millones de pesetas. Comenzaba así una gestión municipal que ha llegado hasta nuestros días.

Imagen histórica de la piscina La Calabaza de ArandaArchivo fotográfico de Máximo López Vilaboa

Por otro lado, el proyecto de La Calabaza comenzó a gestarse en septiembre de 1965, cuando el entonces alcalde Luis Mateos anunció la creación de una colonia veraniega en la zona, aprovechando la cercanía del monte y la abundancia de agua. Según detalla Vilaboa, el proyecto se integraba en el desarrollo de un polígono residencial de veraneo, paralelo al polígono industrial que se promovía al sur del río Duero.

Tras numerosos retrasos e imprevistos, las piscinas se inauguraron por fin en julio de 1970. Inicialmente contaba con una piscina olímpica y otra infantil y en 1973 se construyó la tercera, con una profundidad más uniforme para que fuese asequible para todos los públicos. Tiempo después, en 1986, comenzó a funcionar la zona de acampada anexa con motivo de la II Acampada Nacional Juvenil.

Piscinas cubiertas

Por el momento, en pleno otoño y con las lluvias que no dan respiro, la buena noticia llega con las piscinas cubiertas de Aranda, que después de tres años cerradas al público, han reabierto, aunque por el momento para formalizar inscripciones de socios y compras de abonos. “En la piscina se dispondrá de la información necesaria como tarifas, tipos de abonos, entradas, bonos, horarios y servicios que se prestan”, animan desde la Concejalía de Deportes.

Posteriormente, “sobre el 11 de noviembre”, una vez se gestionen la mayoría de altas, se dotará a los usuarios de la herramienta de control de acceso, APP o carnet de socio, y entonces ya se abrirá al público para el baño.