“La cosecha de remolacha se ha visto mermada por las materias activas que impone la PAC”
José Luis González analiza los retos de la agricultura desde la Cooperativa de Fresnillo de las Dueñas
José Luis González García lleva 41 años como presidente de la cooperativa agraria de Fresnillo de las Dueñas (Burgos), una sociedad que suma 200 socios y que supera las 890 hectáreas. Él lo tiene claro: “la cosecha de remolacha se ha visto mermada por las materias activas que impone la PAC”. “Está limitando nuestra capacidad productiva”, lamenta.
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Según explica, las materias activas con las que la UE ha sustituido a las que se permitían antes, “son menos eficaces”, lo que ha provocado que hayan tenido que afrontar problemas que antes casi no encontraban como la Rizoctonia o la Cercospora, una enfermedad fúngica que reduce la polarización (el contenido de azúcar que tiene la remolacha) y esto hace que la cosecha pierda peso. “Así llevamos dos años”.
En su opinión, la nueva PAC ha supuesto, además, un esfuerzo extra tanto en el sistema de funcionamiento, al incorporar nuevas labores obligatorias, como en rentabilidad, porque ha habido recortes en algunas ayudas que, sin llegar a ser exagerados, no ayudan a incentivar a un agricultor que lo tiene “cada vez más difícil”. “Hace falta un cambio”, defiende, especialmente preocupado por la competencia desleal de productos que llegan de Terceros Países, como Egipto, Brasil, Turquía, Marruecos y Sudáfrica, y que “les dejan entrar pese a tener productos fitosanitarios que llevan años prohibidos en España”. “Al final nos lo comemos en casa”, advierte.
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Por ello, él fue uno de los muchísimos agricultores y ganaderos españoles y europeos que este año han salido a la calle para exigir soluciones reales a un campo que se está muriendo. “Por el momento, todo lo que nos han dicho a nivel político ha sido mentira. Nos han engañado miserablemente. Nos dijeron que iban a poner en marcha más de 40 medidas, pero no hay nada que nos ayude a recuperar ingresos”, lamenta convencido de que, de seguir así, “tendremos que volver a salir”. “La Agenda 20-30, yo no digo que no se tenga que aplicar, pero desde luego no se puede imponer como están haciendo desde Europa con leyes como la de Restauración de Naturaleza y Bienestar y la de Transporte Animal. Hay que negociar unos plazos adecuados para que nos podamos adaptar y dotar de financiación. Si no, provocarán el efecto contrario y todavía más agricultores tirarán la toalla y abandonarán el campo, como ya está pasando con la ganadería y el ovino”, advierte.
En la cooperativa de Fresnillo de las Dueñas cuentan con 890 hectáreas, de las cuales 650 son de regadío. El cultivo más importante es la remolacha, seguido por el trigo y tres tipos de maíz: para consumo humano, forrajero para consumo animal y maíz seco para pienso. “Luego tenemos cebada, avena en forrajes, vezas para multiplicación de semillas y 70 hectáreas de colza, de las cuales unas van para semillas y otras para hacer aceite. Por otro lado, tenemos centeno y 31 hectáreas de viñedo amparado por la Denominación de Origen Ribera del Duero”.
El 35% de la superficie pertenece a la cooperativa, ya que con el paso de los años ha ido comprando tierras. “La mayoría de los que jubilan no encuentran relevo generacional, y lo compramos nosotros”, señala al recordar que aunque tienen 200 socios, la mayoría no trabaja el campo y delega las labores al equipo de trabajadores de la cooperativa. “Contamos con una plantilla formada por nueve empleados”.
Las buenas noticias llegan con el cereal. “Tanto el trigo como el maíz han ido muy bien, porque en la primavera llovió bastante, y es de las mejores cosechas de los últimos años, pero los precios son más bajos que los años anteriores y los costes de producción más altos así que habrá que hacer cuentas”, puntualiza, a sabiendas de que todos los cultivos que dependen de regadío tienen buena perspectiva para el año que viene, ya que el pantano ha quedado al final de la campaña en un 55%. “Con poco que se recoja no creo que haya problema, pero en secano, en cambio, necesitaremos, como siempre, que llueva en abril, mayo y junio, que es cuando más se necesita”.
En el maíz, aunque tienen tres tipos, los precios los marca el maíz de grano. “Se suele buscar la equivalencia, pero al final es muy similar”, afirma, sin olvidar el viñedo. “Nos afectó la helada, pero como tenemos seguro, nos lo cubrió Agroseguro, que es algo fundamental para poder cubrir costes y encarar las labores de la siguiente campaña. Por otro lado, como la uva que quedó ha tenido mucha calidad, y el precio ha sido similar al del año pasado (cuando nos heló mucho más que esta campaña), al final el balance es positivo”.
Mención especial merece la dificultad de encontrar mano de obra profesional. “Hay muy poca gente especializada, y aunque por ahora no estamos teniendo grandes problemas, porque contratamos servicios agrarios a terceros, creo que pronto empezaremos a ver las orejas al lobo porque los jóvenes no ven el campo como una alternativa de futuro”.
La historia de la cooperativa de Fresnillo se remonta a 1962. Aunque en un principio se crearon dos cooperativas independientes, en el año 1999 se unieron. “Juntos somos más fuertes”, concluye.