De trabajar el metal en Madrid a montar una tienda de moda en Cilleruelo de Abajo
Esta es la historia de Raquel y Rosa, las promotoras de ‘Almas guerreras’
Muchos celebran los 50 años con una gran fiesta o un viaje. En el caso de Raquel Vallejo Cabañes, ha sido bastante más drástica: ha hecho las maletas, ha dejado su trabajo fijo y su casa de Madrid, y el mismo día que soplaba las velas se ha mudado al pueblo de su infancia, ese donde se sentía libre en los largos veranos de bicicletas: Cilleruelo de Abajo (Burgos). “Necesitaba un giro, un cambio de vida. He vivido siempre en Madrid y me ha encantado, pero ahora necesito calma, tranquilidad y no ese estrés diario y continuo”, asegura.
Raquel ha cambiado así su vida en la capital de España, donde viven más de 3 millones de personas, por un pueblo de 150 habitantes, donde ha montado una tienda de moda y complementos, aprovechando su experiencia. “Nosotros tenemos un negocio familiar del metal en Madrid. Nos dedicamos sobre todo a hacer las medallas corporativas que regalan los ayuntamientos y ese tipo de cosas”, explica ilusionada por esta nueva etapa en la que podrá desarrollar toda su creatividad.
No está sola. En la nueva aventura cuenta como socia con su prima, Rosa Navarro Cabañes, una mujer todoterreno que ha compatibilizado tres hijos muy seguidos, que ya son mayores, con la gestión de la explotación agrícola de la familia. Además, ha sido emprendedora, llevó durante unos años la carnicería del pueblo, y en la época del COVID obtuvo el Grado Superior de Administración y Finanzas. Como gran aficionada a la moda y como defensora del mundo rural, hoy inicia este desafío preparada y con ganas. “Estamos muy ilusionadas”, asegura Rosa.
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Juntas han creado ‘Almas guerreras’, una tienda de moda y complementos creados por ellas y por artesanas de la zona. Aunque en principio la venta es online, a través de la página web www.almasguerreras.com, que estará disponible en unos días, y el perfil de Instagram almasguerreras.moda, también cuentan con una pequeña tienda en una parte de la casa de Rosa, que han habilitado, en Cilleruelo de Abajo.
En el pueblo se las conoce como “las nietas de las antiguas panaderas”, en alusión a sus abuelos, Rosa y Gabriel, y a su tía abuela, Valentina. “Volver al pueblo ha sido una liberación. Tengo dos perrillos y estamos felices. Aquí estoy como en casa, me encanta que la gente me llame por mi nombre, la tranquilidad de la calle, el tiempo que ganas… me da la vida”, asegura Raquel.
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El trabajo hasta llegar aquí ha sido intenso. “Desde que lo decidimos hace un año, nos hemos estado formando, haciendo cursos de gestión, redes y personal Shopper. Somos ‘almas guerreras’, un lema con el que las dos nos identificamos, porque ponemos el alma en todo lo que hacemos; somos familiares, comprometidas, pero también inconformistas y luchadoras”, explica Rosa mientras nos enseña parte de la tienda, donde hay ropa de mujer, bolsos artesanales únicos, elaborados a mano con materiales reciclados, cinturones y joyería en plata y plata dorada. “La colección tiene como eje el logo de Almas Guerreras, un corazón que sirve de amuleto de fuerza”, animan.
Si todo va bien, que ellas lo tienen claro, abrirán una tienda más grande en el mismo pueblo. “Nos encantaría poder ampliar, en un futuro, la plantilla y contratar a otras mujeres rurales”.
En estos primeros meses, Raquel está viviendo en la casa de su abuela Rosa, que en su día heredó su madre, Concha, con su padre, Narciso. “En cuanto pueda, buscaré una casita, porque mi idea, desde luego, es no volver a Madrid. Esto no es un capricho; las dos tenemos muy claro que va a funcionar. Tenemos muchísimas ideas y muchísima energía”. “Aquí hay futuro”, añade Rosa.