El Correo de Burgos

Seat Aranda, el coche que nunca existió y la campaña viral que arrastró a toda una ciudad

El Seat León cumple 25 años de vida y éxito comercial, pero en Aranda de Duero nunca se pudo celebrar que la marca española bautizase a su buque insigne con el nombre de la ciudad. Han pasado 7 años de aquella decepción

La entonces alcaldesa de Aranda, Raquel González, sostiene uno de los carteles de la campaña para que el nombre Seat Aranda fuera el elegido.

La entonces alcaldesa de Aranda, Raquel González, sostiene uno de los carteles de la campaña para que el nombre Seat Aranda fuera el elegido.ECB

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Mientras la marca española Seat celebra el 25 aniversario del León, su vehículo más emblemático durante muchos años y un auténtico superventas que ha llevado el nombre de la capital leones por medio mundo, en Aranda de Duero se cumplen también 7 años de la decepción de ver como ocurría todo lo contrario y el nombre de la villa quedaba rechazado para bautizar al buque insignia de su gama.   Fue en octubre de 1999 cuando se presentaba el Seat León en el Salón del Automóvil de Frankfurt y hoy, un cuarto de siglo después la marca lanza una oferta especial para atraer a los compradores por 225€/mes y con 10 años de garantía.

Casi dos décadas después, el mercado del automóvil había cambiado y ya eran los SUV los favoritos de los compradores. Seat había entrado ya en la competición en este segmento con coches como el Ateca y el Arona y preparaba el lanzamiento de un SUV mucho más grande que sería su tope de gama. Para incitar una campaña de suspense, la marca española decidió abrir a la participación popular la decisión del nombre con el que se bautizaría a este coche de siete plazas.

En junio de 2017 el nombre de Aranda se posicionó como una de las 10.000 propuestas presentadas en la plataforma digital habilitada para este proceso. Esta iniciativa recibió un total de 133.332 votos provenientes de 106 países, evidencia de un respaldo internacional que buscaba elegir un nombre emblemático. 

Se buscaba el nombre de un lugar geográfico de España o cualquier monumento o edificación singular con valor artístico, arqueológico o histórico, que estuviese situado dentro del territorio español para bautizar al que sería el SUV grande de Seat.

El proceso de selección inicial no fue sencillo. Las propuestas se sometieron a estrictos controles legales, se evaluaron sus particularidades lingüísticas y su pronunciación en varios idiomas y se analizó su compatibilidad con las características del nuevo vehículo. 

Tras esta primera criba, nueve nombres lograron mantenerse en la contienda: Abrera, Alborán, Arán, Ávila, Donosti, Tarifa, Tarraco, Teide y Aranda.

Para delirio de la población ribereña, el nombre de la villa se coló entre los cuatro finalistas, junto con los de Alborán, Ávila y Tarraco.

Seat Aranda, un  buen nombre

Todos comenzaban por la letra A y todos estaban compuestos por tres sílabas.  Seat Aranda sonaba a música en la capital ribereña, pero había que seguir votando. Desde el Ayuntamiento arandino se lanzó una campaña de apoyo en la que todos los partidos políticos se unieron así como distintas organizaciones sectoriales, en la creencia de que nombrar al vehículo "Seat Aranda" supondría una publicidad gratuita de gran alcance, imposible de costear desde el Ayuntamiento.

Se argumentaba a favor de que el nombre de Aranda fuera el elegido el fuerte atractivo histórico y cultural de la ciudad, con sus iglesias de Santa María y San Juan, además de las bodegas subterráneas catalogadas como Bien de Interés Cultural; el hecho de que es una ciudad industrial que cuenta con importantes empresas como la fábrica de ruedas Michelin, lo que refuerza su conexión con el sector automovilístico; y también que Aranda es una ciudad reconocida internacionalmente por su gastronomía y su vinculación a la Denominación de Origen Ribera del Duero, la Mejor Región Vitivinícola del Mundo en 2012.

Además, se quiso hacer ver que el nombre "Aranda" es profundo, sonoro y misterioso, cualidades que representan bien a un vehículo de categoría como el nuevo SUV de Seat y también que representa elegancia y categoría, cualidades que se alinean con el nuevo todoterreno de Seat.

Seat vende sus vehículos en más de 60 países por lo que llevar el nombre de Aranda en un coche significaría promocionar la ciudad a nivel mundial, por lo que la candidatura tuvo el respaldo unánime de asociaciones, organismos y ciudadanos de la comarca y la provincia, lo que convertía a la propuesta en un símbolo de unión y, además, la comunidad de Aranda es muy activa en redes sociales, lo que pudo haber ayudado a viralizar la campaña y darle aún más visibilidad al nombre.

De la esperanza a la decepción: Tarraco fue el elegido

Pudo haber sido, pero no fue. A finales de septiembre Seat anunciaba que se había decidido por el nombre de Tarraco, el más difícil de pronunciar en otras lenguas, que carecía de la sonoridad de Aranda, Alborán o Ávila y que sonaba de manera mucho más rotunda. Tarraco es el nombre romano de la antigua Tarragona, una ciudad a pocos kilómetros de la sede de Seat en Barcelona. Esa circunstancia y el ambiente político con el desafío independentista del llamado 'procés', acabaron inclinando la balanza en favor del nombre que, a priori, parecía descartado.

Aranda se quedó sin poner su nombre a un coche y no le queda ni el consuelo de que no haya sido, ni mucho menos, un éxito de ventas como sí fue el Seat León.

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