El Correo de Burgos

Segovia

La alcaldesa expulsa del pleno al concejal no adscrito tras llamarla “traidora” y “tránsfuga”

Arranz, ofendido por que le llamaran “tránsfuga” por dejar al PSOE en minoría, amenazó en la sesión con desvelar conversaciones privadas con Luquero sobre un supuesto pacto incumplido

La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero-El Mundo

La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero-El Mundo

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Ical
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La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, expulsó del pleno al concejal no adscrito, Javier Arranz, que la llamó “traidora” y “tránsfuga” en reiteradas ocasiones, aparte de dedicarle expresiones como “tómese una tila, que le quedan 90 días como alcaldesa” y amenazarla con desvelar conversaciones privadas con ella sobre un supuesto pacto que habría incumplido. El edil, que dejó al PSOE en minoría frente al PP con su salida del grupo en diciembre, se mostró visiblemente ofendido al ser citado como “tránsfuga” por la regidora y otros concejales durante una sesión cargada de descalificaciones.La tensión estuvo presente desde el principio, aunque la expulsión llegó después de casi cinco horas de sesión. De hecho, el exconcejal socialista inició su primera intervención con un “muy buenos días, alcaldesa no elegida por las urnas, queridos compañeros de corporación y enemigos íntimos”. En la víspera, Luquero ya había confirmado que su grupo votaría en contra y no entraría a debatir ninguna iniciativa de Arranz “en aplicación del pacto antitransfuguismo”, igual que IU.Dentro del orden del día destacaba una solicitud del PP de que se suspendiera el cambio de denominación de ocho calles y plazas relacionadas con el franquismo (más una novena que cedía su nombre a una de las anteriores). Los ‘populares’ consideran que el equipo de Gobierno no respeta el reglamento municipal para renombrar el callejero (el de Honores y Distinciones), entre otros argumentos, y aunque suman mayoría con el apoyo de Arranz, la ausencia de uno de sus ediles en el pleno de enero propició que los cambios salieran adelante.Sin embargo, el PP utilizó finalmente su mayoría con Arranz para aprobar la retirada de este punto porque pretende que se resuelva primero un recurso de reposición sobre esta cuestión. Si el equipo de Gobierno no convoca un nuevo pleno para debatirlo antes del 11 de marzo, los ‘populares’ consideran que el silencio administrativo (transcurridos 30 días hábiles desde que se presentó), derivará en la suspensión automática del acuerdo de enero, aunque también en esta interpretación discrepan con los socialistas.El debateFue precisamente durante el debate para la votación de este asunto cuando se pudieron escuchar las mayores descalificaciones. La concejala de Gobierno Interior y Personal, Marisa Delgado, lo abrió con la lectura de la resolución del equipo de Gobierno que, basándose en un informe jurídico municipal, instaba al mantenimiento del acuerdo de enero “en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, al no darse las causas previstas en la norma para proceder a su suspensión”.“El PP tiene un problema, la derecha franquista a la que representa no les perdona que a pesar del apoyo del concejal tránsfuga fuera la ausencia de un concejal de su grupo lo que permitió hacer efectiva la Ley de Memoria Histórica”, continuó Delgado. “¿El concejal tránsfuga nos informará de los votos obtenidos de su web sobre lo que debe votar en este punto?, ¿o unirá su voto al del PP sin consultar y así impedir el cumplimiento de esta ley? Vivir para ver, un republicano como se define usted, votando con los que han negado a las víctimas de la Dictadura cerrar heridas”.La réplica de Arranz fue inmediata: “Señora alcaldesa no elegida por las urnas, y tránsfuga contra mi persona por romper el pacto que hubo antes de la destitución, es usted una señora tránsfuga, señora alcaldesa. Y además le pido por favor que cuando me insulte la señora Delgado, le retire la palabra”.Luquero, sin embargo, defendió a Delgado: “Si usted considera un insulto llamarle tránsfuga le voy a leer lo que es un tránsfuga según el pacto antitransfuguismo firmado en este país por todas las fuerzas políticas, y luego vemos si le está insultando o ha utilizado el término adecuado”.“Y yo si quiere le leo la conversación del día de antes de que me cesara”, respondió Arranz, que ya minutos antes había amenazado con desvelar “mensajes y grabaciones de las reuniones” que habría mantenido con Luquero hasta la víspera de que le revocara de sus funciones como concejal de Deportes.“Señora alcaldesa, tómese una tila, que le quedan 90 días de alcaldesa, relájese”, prosiguió Arranz. La concejala socialista Claudia de Santos profirió entonces un espontáneo “échale”, pero Luquero decidió seguir adelante sin más hasta que, poco después, todavía dentro del debate del mismo asunto, Arranz volvió a llamarla “tránsfuga”.“Yo sigo en el mismo grupo político con el que me presenté, usted sí es un tránsfuga según el pacto, le amonesto una vez”, contestó la regidora. “Usted me ha traicionado a mí, señora Luquero”, insistió Arranz en una contrarréplica por la que recibió la segunda amonestación. “Yo sólo pido que no me insulten. Hagan las cosas legales y contarán con mi voto en el tema de la memoria histórica porque tenemos puntos de conexión y me siento orgulloso de ello”, dijo el exsocialista.Arranz amenazó públicamente (a través de las redes sociales) el 28 de noviembre con dimitir por diferencias en la gestión del proyecto de construcción de un polideportivo, El Peñascal. Y el 3 de diciembre, la alcaldesa decidió revocarle de sus funciones como edil de Deportes tras una nueva rueda de prensa en la que reafirmó sus amenazas, cuando parecía que la situación se estaba reconduciendo. A finales de ese mes dejó el PSOE.Críticas del PP al “espectáculo”Entretanto, el portavoz del Grupo Popular, Jesús Postigo, que antes ya había calificado de “patética” la primera intervención de Delgado, lamentó el “espectáculo” de un enfrentamiento que derivó en la expulsión del concejal no adscrito, tras volver a llamar “tránsfuga” a Luquero cuando, tras casi cinco horas de sesión, se estaban debatiendo las mociones que éste había presentado.El enfrentamiento en los plenos se produce en realidad desde el primero en el que participó Arranz como no adscrito tras dejar el PSOE a finales de diciembre. Desde entonces pide la retirada de los acuerdos que provienen de dictámenes de comisiones, ya que él no podía participar en ellas hasta que se aprobara la nueva composición y considera que se le está negando un derecho “reconocido por el Tribunal Constitucional”.Ahora la nueva composición de las comisiones ya está aprobada desde el pleno de este viernes, pero el enfrentamiento del concejal no adscrito con el PSOE, igual que con el concejal de IU, Luis Peñalosa, de quien cuestionó su “capacidad intelectual” sobre varios asuntos, amenaza con continuar hasta el final del mandato.

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