El Correo de Burgos

Consumo e inversión aúpan el PIB

La reactivación del gasto en los hogares y los pedidos industriales impulsan la economía, que crece un 3,1%, el doble que el año pasado y que la media de la UE, pero una décima menos que España

-EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN

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E.N.
Burgos

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La reactivación del consumo en los hogares y la inversión empresarial impulsaron el año pasado un 3,1% la economía de Castilla y León, una décima menos que la media nacional y cuatro décimas más de la previsión inicial de la Junta. En todo caso, este incremento duplica el registrado en 2014 (cuando creció un 1,4%, cambiando la tendencia de dos ejercicios en negativo) y constata una «recuperación intensa» en la Comunidad, en opinión de la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo.Durante la presentación de los datos de contabilidad regional, Del Olmo resaltó que este impulso porcentual no se daba desde la era precrisis. Y subrayó que el Producto Interior Bruto (PIB) dibujó un mejor comportamiento aquí que la media de la Unión Europea (donde creció un 1,8%) y el doble que en la eurozona (un 1,5%).El crecimiento económico se cimentó sobre una «mayor contribución positiva de la demanda interna», que por su elevado peso y por evolución positiva aporta 2,6 puntos a ese aumento del PIB, seis veces más que el año pasado. La consejera lo atribuyó a la «recuperación» del empleo, ya que en 2015 se crearon casi 23.500 puestos de trabajo (equivalentes a jornada completa). Sin embargo, matizó que «aún queda un amplio camino por recorrer» dado el «gran desequilibrio» que persiste en Castilla y León con cerca de 200.000 parados.En concreto, en los hogares el consumo despuntó un 3,4% (frente al despegue del 1,5% un año antes), mientras en la administración ese gasto quedó estancado (en 2014 había retrocedido un -2,6%).Por otro lado, las inversiones de las empresas registraron un impulso igual de notable, con otro 3,4% más, corrigiendo la tendencia negativa del año anterior, cuando cayó un 0,4%. En este capítulo destacan las compras de bienes de equipo con un incremento del 5,7% (frente al 2,3% de un año antes), especialmente en la industria manufacturera. «Eso hace presagiar que en 2016 esta tendencia a la recuperación se va a consolidar», remachó Del Olmo, al explicar que una empresa invierte en material o maquinaria cuando tiene intención de seguir impulsando su actividad. De hecho, Castilla y León fue la segunda autonomía donde más aumentaron los pedidos industriales, lo que «augura buenas perspectivas de futuro», según la consejera.Más moderada fue la variación de la inversión en construcción aunque marca también un punto de inflexión al cambiar de signo, pasando de -2,7% a 1,7%.En cuanto a la demanda exterior –ya sea en otros países o comunidades españolas–, contribuyó con medio punto al crecimiento económico anual, una aportación menor que en 2014 que se explica por la proporción preponderante de la reactivada demanda interna en la tarta económica castellana y leonesa. De hecho, la consejera recordó que las ventas al extranjero el año pasado cosecharon un récord histórico en la Comunidad. Y que las exportaciones totales se aceleraron, al igual que las importaciones totales, con variaciones del 3,2% y del 2,9%, respectivamente.Desde la perspectiva de la oferta, la economía creció el año pasado en todos los sectores productivos salvo en la industria energética, que anotó un descenso del 3,8%, en contraste con el crecimiento de 2014, en buena medida como consecuencia de la crisis minera, aunque la producción eléctrica, de gas y agua tampoco ayudaron a amortiguar la caída.Dentro de la industria, la mejor evolución se registró en la rama manufacturera, con un 3,9%. Y los sectores que más contribuyeron al crecimiento industrial fueron los del transporte, metalúrgico y metálico y químico.Con estas cifras, el sector energético lastró la evolución global de la industria, que creció menos que el año pasado, pasando del 3% al 2,2%. Y, en consecuencia, perdió peso en la tarta del PIB, dejándose casi medio punto (concentra el 17,5% de la economía) en favor del sector servicios, que copa la mayor porción y roza el 71%.Y es que en el último año las actividades de los servicios crecieron un 3,4% gracias al impulso registrado en sus dos componentes. Los servicios de mercado, por un lado, pasaron del 1,7% al 3,7%. Y los no de mercado cuadruplicaron su aumento, del 0,6% al 2,4%.En cuanto a la construcción, pone fin a sus evoluciones negativas al sumar un 3,1% el año pasado (en 2014 cayó un 1,6%), gracias a los aumentos de la edificación no residencial y la obra civil y a pesar del retroceso en la edificación residencial.Por último, el sector primario –cuya cuña ocupa el 4,6% del PIB– experimentó un crecimiento del 2,4%, en contraste con la caída del 2,3% en 2014, «impulsado por el aumento de la producción agraria y a pesar de un menor crecimiento de la producción ganadera».

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