El Correo de Burgos

Sanidad ‘libera’ a 15 sorianos confinados durante 10 días por un error en los test

El positivo de un trabajador de la capital provocó el aislamiento de sus quince contactos desde el lunes / Un segundo test serológico confirmó que la infección era antigua  y el miércoles se revocó el encierro

Fachada del Hospital de Santa Bárbara en Soria. Horizontal

Fachada del Hospital de Santa Bárbara en Soria. Horizontal

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JOSÉ SOSA | SORIA
Burgos

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Sanidad levantó ayer el confinamiento de 10 días decretado el lunes a una quincena de sorianos afectados por un positivo por Covid en el polideportivo San Andrés de la capital soriana. Ni hubo brote, ni era necesario el confinamiento domiciliario ya que el caso índice que desató la alarma resultó ser antiguo, es decir, ya había pasado la enfermedad según estableció un segundo test serológico que corrigió el error de la primera prueba. Sanidad llamó ayer de nuevo a la quincena de afectados para explicarles que el incidente estaba cerrado y que ya no debían guardar la cuarentena. Entre medias, 48 horas de confinamiento, baja laboral y angustia para 15 sorianos encerrados de nuevo por un brote que nunca ocurrió. La rocambolesca historia del confinamiento interrumpido arranca el pasado jueves, 16 de julio, por la noche. El responsable del San Andrés se entera «extraoficialmente» del positivo por Covid de un directivo de la Asociación de Jugadores de Balonmano, colectivo que estaba celebrando un campus, con 40 personas, en el citado polideportivo. El viernes se comunica el positivo de forma oficia  por lo que los servicios sanitarios activan el protocolo. El campus de balonmano queda aislado en la residencia Machado y tras realizar las pruebas PCR a sus integrantes,  los participantes regresaron a sus lugares de origen con sus familias. También se aisló a una docena de trabajadores de la residencia. En total, de manera inicial se realizaron 46 PCRs y todas resultaron negativas, según comunicó la Junta con posterioridad.Paralelamente, la mañana del viernes se llevan a cabo las labores de desinfección de las instalaciones deportivas y, según asegura el trabajador municipal, se solicita la realización de pruebas PCR para todos los empleados del San Andrés. «Me dicen que solo  se hacen las pruebas a los ha han estado más de 15 minutos con el positivo», explica. Se facilita una lista y, según confirma el responsable del polideportivo, «desde Epidemiología nos dicen que otro compañero y yo estamos confinados». «Yo les aviso de que estoy trabajando y solicito personal para cubrir las dos personas que están en confinamiento», señala confirmando que, al menos esa tarde, no guardó el confinamiento. El empleado municipal, que trabajó la tarde del viernes en la instalación, indica que sobre las 19.00 horas del viernes recibe una llamada de Sanidad y se le cita para realizar la prueba PCR el sábado a las 11.25 horas. El empleado cierra el San Andrés sobre las 21.30 horas de la noche del viernes. El sábado por la mañana, antes de realizarse la prueba, pasa de nuevo por la instalación. Tras realizar la PCR se marcha a su pueblo, Ontalvilla. El responsable del San Andrés no esperaba la llamada de Sanidad con los resultados de las pruebas hasta el lunes, pero el domingo, sobre las 15.00 horas, observa en su teléfono varias llamadas perdidas con un prefijo de Soria. Asegura que trató de contactar con el número, pero que al devolver la llamada «sale un contestador». A través de algunos conocidos logra obtener sus resultados y le comunican, extraoficialmente, el positivo en la prueba PCR. «Se me cae el mundo», afirma. El lunes, sobre las 8.30 horas, se produce la llamada de Sanidad en la que le comunican oficialmente el positivo.  Inmediatamente, Epidemiología inicia el rastreo de los 15 contactos facilitados por el caso índice llamando a cada uno de los afectados para citarles para realizar la PCR en el centro de Salud correspondiente, el mismo lunes por la mañana, y explicarles que desde ese momento estaban en situación de confinamiento durante 10 días y que no podían salir de su domicilio. Un detalle importante es que al relatar su caso, el primer positivo había comunicado que ya había pasado la enfermedad en marzo, aunque no tenía pruebas médicas que lo atestiguasen, salvo la referencia en su historial médico. No obstante, además de la primera PCR que da positiva, las muestras pasan por el test Elisa, que permite detectar la existencia de anticuerpos. El resultado es de IGG negativa, es decir, no había anticuerpos y la infección estaba activa, según confirmó Sanidad. El martes desde primera hora de la mañana, los servicios de rastreo van informando a los 15 afectados el resultado negativo de las pruebas de detección realizadas el lunes. Sin embargo todo estaba a punto de cambiar.  Debido a los antecedentes del caso y la insistencia del paciente, las muestras del caso índice pasan por segunda vez el test serológico, las mismas del primer test, aunque con una técnica diferente, con mayor sensibilidad, según explica Sanidad. El resultado indica que el paciente tiene anticuerpos y que ya ha pasado la enfermedad. En términos médicos, la IGG es positiva lo que suponía el cierre del caso.  En apenas 24 horas y con la misma muestra los resultados daban un giro de 180 grados. Esa misma tarde comunican al paciente índice el resultado de forma oficial  y como consecuencia, el incidente abierto por el positivo del trabajador municipal se considera cerrado y el paciente recibe el alta. A partir de ese momento el servicio de Epidemiología vuelve a llamar a los 15 personas afectadas que estaban confinadas desde el lunes por la mañana para comunicarles la nueva situación. En la mayoría de los afectados, la llamada informándoles de que recuperaban la ‘libertad’ se produjeron en la mañana del miércoles. Pasaron 48 horas entre las dos llamadas. Dos días llenos de inquietud y angustia –por la posibilidad de haber contagiado  a amigos y familiares– y de incredulidad y asombro por un positivo que nunca fue. 

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