La fiesta ‘rave’ ilegal de Zamora se salda con una mujer fallecida y más de 200 sanciones
La Delegación del Gobierno atribuye la muerte a causas naturales pues la joven suiza padecía del corazón / La cita convocada por ‘Telegram’ reunió a 3.000 personas, la mayoría extranjeras, en un despoblado
La delegada del Gobierno, Virginia Barcones, explicó ayer que las autoridades sanitarias atribuyen a causas naturales la muerte de la joven de nacionalidad suiza fallecida este fin de semana durante la celebración de una fiesta ilegal de música electrónica (‘rave’ en el argot) en la provincia de Zamora. Una patología cardiaca anterior habría sido la causa del fallecimiento durante el encuentro, convocado por redes sociales, que no fue comunicada a la Subdelegación del Gobierno y al que acudieron unas 3.000 personas.La ‘rave’, que terminó celebrándose hasta la mañana de este martes pese a la intervención de la Guardia Civil, se ubicó en una zona seca del embalse de Almendra, sobre el antiguo pueblo de Argusino, en el término municipal de Salce. La mujer «no presentaba ningún signo de violencia y, por lo que se sabe, de forma provisional, padecía alguna patología cardíaca», señaló, por su parte, el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco. «Lógicamente, estamos a la espera de la autopsia. En todo momento, estuvo acompañada por su novio y por amigos», apuntó en declaraciones que recogió Ical.Por el número de vehículos registrados, la Subdelegación estima una cifra cercana a 1.100 personas, procedentes de Francia, Bélgica, Italia y Suiza, entre otros países, a la concentración ‘rave’. «Había muchos vehículos con solo una persona, por lo que entendemos que en ningún momento ha habido más de 2.500 personas. Ayer por la mañana visitamos el lugar y ya salían vehículos del festival», precisó.«El viernes se decidió no dejar pasar más coches, lo que generó algún momento de tensión. Algunos se dejaron atravesados en los caminos y eso impidió el paso a algunos ganaderos para atender el ganado, aunque la situación se resolvió enseguida. En Villar del Buey, cinco ganaderos denunciaron daños en los vallados», agregó.Una treintena de agentes de la Guardia Civil, de todas las comandancias de Castilla y León, excepto Burgos y Soria, vigilaron la zona las 24 horas del día para controlar y sancionar las infracciones que se cometieran. «Los actos ilícitos no pueden quedar impunes. Provisionalmente, hubo un detenido el viernes y otro ayer por presuntos delitos contra la salud pública y más de 200 denuncias, sobre todo, de tráfico, por drogas y tenencia de arma blanca, además de desconsideración hacia los agentes de la autoridad», enumeró Blanco.A las 12,00 horas de ayer dejó de sonar la música y parte de los asistentes empezaban a abandonar la zona. Con la decisión de no dejar más coches, se intentaba evitar que se produjera un efecto llamada a la concentración. «La gente que dejaba los coches fuera del recinto acudía andando. Había que tener mucho cuidado y nos preocupaban los incendios. Había carteles en el lugar de que no se podía hacer fuego y el comportamiento fue correcto, según indicó el Seprona», anotó.
La concentración se convocó a través de redes sociales restringidas, como Telegram y Whatsapp, y muchos de los asistentes se desplazaron desde otro concierto celebrado en Portugal. «Los hechos están sub iudice. La Guardia Civil envió las diligencias al Juzgado de Guardia de Zamora», comentó el subdelegado. Ángel Blanco hizo todas estas declaraciones después de la reunión de coordinación que mantiene cada semana con los responsables de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.«Tenemos un dispositivo establecido para que la gente que se marcha lo haga con seguridad, en el que participan efectivos de Seguridad Ciudadana, Tráfico y el Servicio Cinológico [unidad canina], además de un helicóptero y drones», enumeró el jefe de la Comandancia de Zamora, Héctor David Pulido. «Estamos indagando para averiguar la identidad de las personas que organizaron el festival, aunque entendemos que son extranjeras», concluyó.La fiesta comenzó el pasado jueves, cuando un grupo de autocaravanas y de vehículos particulares comenzaron a llegar al entorno hasta formar una acampada que llegó a ser de entre 2.000 y 3.000 personas, informa Europa Press. La propia Guardia Civil anunció en ese momento el inicio de la vigilancia de «una concentración inusual de personas», y su alerta ante la acumulación de personas y caravanas en la zona, tras «una convocatoria por redes que no se había comunicado», según explicó el subdelegado accidental del Gobierno en Zamora, Dionisio Ferrero.Barcones explicó, por otro lado, que el volumen «importantísimo» de personas «que en cuestión de dos horas se ubican en un punto determinado» impidió forzar la disolución del encuentro. «Personas, además, que han hecho muchos kilómetros y no quieren desalojar». Sin embargo, «a una parte importante no se les ha permitido el acceso a través de vehículos».