Descubren una gran mina de oro subterránea romana en el entorno de Las Médulas de León
"Llevaba muchos años buscándola, sabía que tenía que estar”, explica el alcalde de Puente, Julio Arias sobre el hallazgo de la mina con galerías de hasta 30 metros cuadrados de extensión
Los investigadores del Instituto de Estudios Cabreireses (IEC) Jorge Arias, Balbino Núñez y Miguel Merayo hallaron el domingo 27 noviembre lo que parece ser una antigua mina de oro subterránea de la época romana en el paraje de Las Ferreiruscas, muy próximo al núcleo urbano de Puente de Domingo Flórez. La supuesta mina es una concentración de conglomerados, con una gran sala de unos treinta metros cuadrados y con continuidad de tres galerías hacia la derecha.
Según avanzaron los responsables del descubrimiento, en breve se llevará a cabo una prospección en la zona, a cargo del jefe de este grupo de investigación, el ingeniero de minas Roberto Matías. Una vez certificado el hallazgo, la mina pasará a formar parte del patrimonio arqueológico de Las Médulas y del municipio de Puente de Domingo Flórez, indica Ical.
A finales de los ochenta, el arqueólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (Csic) Francisco Javier Sánchez-Palencia ya certificó la existencia de amontonamientos de estériles en la zona cercana al núcleo del pueblo. Sin embargo, hasta ahora la mina había pasado desapercibida debido a la espesa vegetación que la ocultaba. "Llevaba muchos años buscándola, sabía que tenía que estar”, explica el alcalde de Puente, Julio Arias, que relata que fue un vecino quien le advirtió que en ese punto había unas oquedades en la tierra. “La insistencia ha dado sus frutos”, celebró el regidor.
Al respecto, cabe recordar que el noroeste de la Península fue la principal zona proveedora de oro para el Imperio Romano a partir del siglo I. La mina romana de oro más importante de la zona, Las Médulas, está excavada a cielo abierto y se encuentra a poca distancia de este nuevo hallazgo. Según sus responsables, el descubrimiento corrobora que el Imperio Romano vivió una “verdadera fiebre del oro” en el noroeste de la Península Ibérica, lo que habría condicionado su estrategia sociopolítica, recoge Ical.
Entre las huellas paisajísticas y ecológicas que dejó tras de sí la minería romana en esta zona destacan también los 650 kilómetros de canales que recogen el agua de las montañas para llevarla a Las Médulas o la mina subterránea de Llamas de Cabrera, con su propio canal en el pozo Moyabarba para desviar el curso del río Cabrera a través del túnel y llevarse el oro del fondo del río. Todas estas explotaciones quedaron abandonadas hacia finales del siglo III.