Valladolid capitaliza las muertes por contaminación en la región con 280
El desarrollo y la constante expansión de las poblaciones, y principalmente los núcleos urbanos, trae consigo algunas consecuencias peligrosas para la salud de los ciudadanos y provocadas por los índices de contaminación. A pesar de que las medidas antipolución y en favor de ciudades más verdes se han extendido por casi todas las grandes urbes, aunque no en todas por igual, resulta inevitable que algunos gases nocivos y otro tipo de partículas presentes en el ambiente ocasionen graves patologías que llegan a derivar, incluso, en muerte. De hecho, en el caso de Castilla y León, solo la contaminación atmosférica con dióxido de nitrógeno y micropartículas finas se vincula con 799 muertes cada año, las cuales capitaliza Valladolid con 280.
Son las cifras que ofrece el ranking ISGlobal de ciudades , un proyecto en curso que tiene como objetivo estimar los impactos en la salud de la planificación urbana y del transporte en 1.000 ciudades europeas y que ofrece información relevante acerca de la calidad del aire y las medidas puestas en marcha para mejorarla.
En este caso, ISGlobal ofrece una clasificación de las ciudades tanto por contaminación como por zonas verdes, además de realizar un análisis con respecto a los niveles de ruido, aunque en este último caso no se establece una clasificación. En cualquier caso, lo primero que llama la atención es que de toda Castilla y León es Valladolid la ciudad con peor calidad del aire, ya sea tanto por su contenido en dióxido de nitrógeno (NO2) como por las micropartículas en suspensión (PM2,5).
En el primer caso, la capital vallisoletana ocupa el puesto 335 del ranking, con 24,3 miligramos de NO2 por metro cúbico de aire. Esto supone, su vez, que anualmente en la ciudad se produzcan 116 muertes y que, según el informe de ISGlobal, serían evitables si Valladolid redujera sus niveles de contaminación hasta igualar los más bajos de las ciudades analizadas, y que ostenta Tromsø, en Noruega, con 3,4 miligramos por metros cúbico.
Asimismo, Valladolid también lidera las partículas en suspensión dentro de las ciudades de Castilla y León analizadas, todas las capitales de provincia excepto Segovia y Soria, pero añadiendo Ponferrada. En este caso, ocupa el puesto 596 del ranking, en la zona media de la tabla, aunque eso no evita que se produzca un exceso de mortalidad de 164 personas cada año y que, de nuevo, se podrían evitar igualando en este caso los valores de Umeå, en Suecia, donde dicho exceso se sitúa en diez fallecimientos.
En lo que respecta al resto de ciudades de la Comunidad castellana y leonesa que aparecen en el informe, el cual excluye a Segovia y Soria pero incluye a Ponferrada además del resto de capitales de provincia, León y Salamanca se sitúan en la lista después de Valladolid, aunque con casi 150 puestos de diferencia. Esto se debe a que la capital leonesa ocupa el puesto 472 del ranking europeo, mientras que la salmantina le sigue de cerca en 474, ya que ambas contabilizan algo más de 22 miligramos de NO2 anuales por metro cúbico de aire. Asimismo, estas cifras implican que en cada una de estas urbes se podrían evitar, reduciendo la contaminación a los niveles recomendados por la OMS, 50 y 58 muertes, respectivamente.
Hay que buscar a partir de la posición 650 para seguir encontrando ciudades de Castilla y León, ya que Palencia aparece en la 652 con 20,4 miligramos anuales de dióxido de nitrógeno y 24 muertes evitables, y seguida de cerca por Burgos, que con 21,2 miligramos aparece en el puesto 664 pudiendo reducir en 51 personas su mortalidad, siempre según ISGlobal.
Finalmente, es el último cuarto de la tabla donde se encuentran las ciudades restantes. En el puesto 787 se sitúa Zamora, con 18,8 miligramos de NO2 anuales y 18 muertes evitables, y que curiosamente aparece por encima de Ávila, que cuenta con una mayor concentración de dióxido de nitrógeno (18,9 miligramos) y menos fallecimientos, trece.
Finalmente, la clasificación autonómica en lo que tiene que ver con la concentración en el aire de dióxido de nitrógeno la cierra Ponferrada, que con 15,4 miligramos por metro cúbico y 14 muertes evitables se sitúa también en el puesto 829 del ranking europeo, una posición más que loable.
Por otro lado, en lo que respecta a la presencia de micropartículas en el aire, el orden en el que las ciudades castellanas y leonesas aparecen en el ranking no varía demasiado. De hecho, y aunque Valladolid cae más en este ranking que en mencionado anteriormente, lo cierto es que las demás se mueven en puestos similares. Así, en la posición 688 aparece Palencia, que supera por cuatro puestos a Salamanca. En la primera, la concentración de micropartículas es de 10,9 miligramos por metro cúbico de aire, frente a los 10,7 de la segunda. Además, si de nuevo se redujeran estos valores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud, se evitarían 36 y 74 muertes, respectivamente.
En la posición 710 del ranking aparece Zamora, con 10,6 miligramos de micropartículas por metro cúbico de aire que de rebajarse podrían salvar la vida de hasta 28 personas. Precisamente, entre los puestos 700 y 800 es donde hay mayor concentración de ciudades de la Comunidad, ya que a la capital zamorana le sigue en la posición 738 León, con 9,7 miligramos de micropartículas y 56 muertes evitables.
Poco después de la capital leonesa, en el puesto 742, Burgos aparece con 10,1 gramos de micropartículas por metro cúbico de aire, las cuales provocan 64 fallecimientos que serían evitables. Asimismo Ponferrada, que acumula 9,4 miligramos anuales, podría evitar hasta 23 decesos de mejorar sus indicadores haciéndolos acordes a la OMS.
El último puesto de la clasificación de Castilla y León le corresponde a Ávila, que se sitúa también la última de la tabla nacional y en la posición 842 de Europa con siete miligramos de micropartículas anuales y una decena de muertes evitables.
ESCASEZ DE ZONAS VERDES
Más allá de los datos relacionados con la contaminación aérea, el informe de ISGlobal también ofrece un análisis muy interesante acerca de como la presencia de zonas verdes en las ciudades también influye en una mayor o menor mortalidad evitable si, una vez más, se alcanzara la presencia de vegetación que recomienda la OMS.
En lo que respecta a estas cifras, se extrapolan a través de diferentes indicadores, los cuales permiten una visión bastante precisa de cuál es la situación en cada ciudad.
Así, la primera en aparecer en el ranking, y por lo tanto la que adolece de una mayor escasez de espacios verdes, es Salamanca, de la que el 28,76% de su superficie se corresponde con parques, plazas o jardines, entre otros. Esto supone, a su vez, que más del 68% de los salmantinos habita en áreas donde las zonas verdes ocupan menos del 25%.
La situación es algo mejor en Valladolid, donde algo más de un tercio de su superficie (38%) está cubierta por vegetación. No obstante, para el 67,62% de los vallisoletanos resulta insuficiente, ya que en su área de residencia no llega a un cuarto.
La tercera posición de este ranking autonómico lo ocupa León, donde la superficie verde abarca el 36,14% de la extensión de la ciudad. Además, y frente a las cifras anteriores, son el 54% de los leoneses los que viven en zonas con vegetación escasa según los baremos establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Por parte de la capital palentina, casi el 56% de su superficie cuenta con vegetación, algo a lo que sin duda contribuye el extenso parque Ribera de Castilla. No obstante, que éste se ubique lejos de las zonas más habitadas hace que hasta el 63% de los palentinos vivan en áreas con menos de un 25% de zonas verdes.
De hecho, algo similar ocurre en Ávila, donde a pesar de que los espacios verdes abarcan más del 50% de la superficie, menos del 60% de los ciudadanos se ven beneficiados directamente por ello alrededor de sus residencias.
Para encontrar cifras mejores dentro de la Comunidad hay que viajar hasta Zamora, donde un 60% de su superficie está vestida con vegetación. Eso facilita que el 57% de los vecinos disfruten de áreas de residencia ajardinadas de acuerdo con las recomendaciones de la OMS.
Siguiendo con las posiciones en las que las capitales de Castilla y León aparecen en el ranking europeo de ISGlobal, Burgos presenta un 43,5% de superficie verde, lo que hace que la mitad de los ciudadanos no cuenten con vegetación suficiente.
Sin embargo, para aquellas personas que deseen disfrutar de abundantes zonas verdes sin renunciar a las comodidades de los grandes núcleos urbanos, Ponferrada es su destino ideal. No solo porque prácticamente el 60 de la ciudad berciana esté considera área verde, sino porque además menos del 32% de los vecinos no disfrutan de vegetación suficiente alrededor de sus casas.