PREMIOS LA POSADA 2023. EL MUNDO CYL
EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN destaca la visión de Gabaldón para llevar a Gullón al éxito
El jurado de los Premios La Posada destaca la innovación del director general de la galletera para convertirla en la planta más moderna de Europa / La gala se celebrará el próximo 15 de noviembre en el Miguel Delibes
Pocas mentes han demostrado tanta lucidez como la de Juan Miguel Martínez Gabaldón a la hora de saber anticiparse a los nuevos tiempos. Así lo puso de relieve ayer el jurado de los Premios La Posada que han reconocido su valentía a la hora de saber transformar la galletera familiar fundada en 1892 en una multinacional líder del sector en Europa. Los miembros destacaron durante la reunión, celebrada en la sede del periódico en Valladolid, la valentía de este directivo de ideas claras con casi cuarenta años de experiencia a sus espaldas.
En 1985 comenzó a dirigir Galletas Gullón. Hasta ese momento este ingeniero industrial había desempeñado diversos cargos directivos, primero en una multinacional de detergentes y más tarde, en otra del sector químico. Su vida dio un giro inesperado cuando la presidenta María Teresa Rodríguez le llamó para llevar las riendas de la galletera. A este conquense de nacimiento aunque aguilarense de ‘corazón’ se le considera el artífice de la transformación del modelo de negocio de esta empresa que creó el confitero zamorano José Gullón Barrios en el pueblo palentino. Y no es para menos. A él se le encomendó la difícil tarea de transformar la empresa, especializándola y segmentándola, sin perder de vista los valores familiares sobre los que se fundó.
Jurado de los premios Posada 2023
Uno de los ejes sobre los que se asienta es el compromiso por la calidad, la seguridad alimentaria y la innovación, lo que ha motivado que el volumen de ventas haya experimentado un crecimiento anual medio del 10% en los últimos 15 años. «La I+D ha sido nuestra obsesión desde los años 80. De no haber invertido en nuevos productos, seguramente no habríamos llegado hasta aquí», afirmaba en una entrevista a este periódico.
La galleta saludable
Galletas Gullón lleva 131 años acompañando los desayunos de varias generaciones de españoles. Un éxito que ha sabido llevar a cabo con mucho mimo, poniendo especial cuidado en la adaptación continua a los cambios que van experimentando sus consumidores. En la década de los noventa la industria irrumpió en la industria galletera española con la creación del segmento de ‘galleta saludable’ , siendo pioneros en el lanzamiento de galletas sin azúcar, sin sal o de fibra soluble. «El secreto es ir adelantándote a las necesidades que van surgiendo en el mercado, innovando constantemente tanto en el proceso de producción como en los productos que ofrecemos, y seguir siendo fieles a los valores de una empresa centenaria», sostiene.
Tradición e innovación
Gullón representa el ejemplo vivo de una empresa que ha sabido compaginar tradición e innovación. «Las empresas, como las personas, son experiencias vitales que se han de ir adaptando al momento que le exige la cultura, la sociedad y el gusto de esos consumidores. En Galletas Gullón hemos tenido siempre esa virtud de adaptación a cada época que nos ha tocado vivir y nos parece fácil porque nuestra esencia y tradición es ser galleteros auténticos, cercanos y atentos a lo que piden nuestros clientes, que son quienes nos marcan el camino de la innovación».
Uno de los ingredientes en la “receta” de su éxito ha sido la reinversión. 35 millones de media cada año. Y todo ello sin pedir créditos, destinando el 100% de los beneficios a la reinversión, lo que les ha permitido modernizar la fábrica con la tecnología más puntera y ampliar su capacidad de producción sin tener que recurrir a financiación externa bancaria (la inauguración de su planta VIDA, hace 8 años, supuso todo un hito en el sector) lo que les ha dado sus frutos constantes, con un crecimiento tanto en España como en el exterior, por encima de dos dígitos.
Sin embargo ha habido otros ingredientes fundamentales que han contribuido al éxito de Gullón, como saber innovar en el producto de manera disruptiva, y un tercer ingrediente sería la exportación al resto del mundo. De sus hornos salen cada día 100 millones de galletas que van a parar a más de 120 países. Las cifras de negocio impresionan a cualquiera: su facturación alcanzó en 2022 los 531 millones de euros , experimentando un crecimiento del 2% en su producción con respecto el año anterior. En la actualidad la plantilla cuenta con más de 1.900 puestos de trabajo.
Gullón, según sostiene Gabaldón, «no tiene techo porque es un proyecto de vida, de comarca, de arraigo, de gente, de familia, de luchar por unas cosas que hemos heredado de hace 130 años». Una empresa, con valores anclados a la tierra, a las raíces, que mira al horizonte sin límites.
Premio a Toda Una Vida: Juan Miguel Martínez Gabaldón, director general de Galletas Gullón
Hombre con un gran espíritu de trabajo y vocación, Juan Miguel Martínez Gabaldón se confiesa conquese de nacimiento aunque aguilarense de corazón. Aterrizó en 1985 en la galletera Gullón, con la misión encomendada por su entonces presidenta, María Teresa Rodríguez, de transformar una empresa familiar en una gran multinacional sin perder de vista sus raíces y sus valores. Un reto que ha superado con creces este ingeniero industrial. A lo largo de su trayectoria la industria ha evolucionado en el sector, siendo en la actualidad una de las galleteras más modernas de Europa, con un crecimiento anual medio del 10% en los últimos 15 años.
El jurado de los Premios La Posada ha valorado «el empuje, la innovación y la trayectoria de este directivo además de su determinación por el arraigo de la compañía en Castilla y León».
Los datos hablan por sí solos. Gracias a su plan de crecimiento y de expansión, la galletera aguilarense cuenta con más de 1.800 puestos de trabajo, siendo una de las principales generadoras de empleo en la región con empleados en Palencia, Burgos y también en la vecina Cantabria.
Destaca su compromiso con Castilla y León que se traduce en las políticas de impacto social como su Plan Aguilar, dirigido a la transformación social de la comarca en colaboración con otros actores regionales.
Se trata de una de las figuras más relevantes del sector agroalimentario de la región en los últimos 20 años, artífice de una de liderar la modernización de esta empresa y convertirla en el buque insignia del sector galletero.
Mejor Restaurante: Ambivium
Alma Ambivium es la vertiente gastronómica de Alma Carraovejas. Un espacio donde el vino juega un papel fundamental dentro de un relato culinario. Enclavado en plena milla de oro de la Ribera del Duero, abrió sus puertas en marzo de 2017 como un espacio singular donde destaca su arquitectura (diseñado por el arquitecto Fernando Zaparaín dentro de las viñas de Pago de Carraovejas con unas increíbles vistas al Castillo de Peñafiel) y rodeado de viñedos. Pedro Ruiz, CEO de Alma Carraovejas, puso en marcha este proyecto con la intención de crear un nuevo concepto de unión entre la cocina y el vino, entre la tradición y la innovación, y de convertirse en un referente gastronómico en la zona.
Impresiona su increíble carta de vinos, con una bodega con 4.000 referencias. Puro espectáculo. Tras los fogones se encuentra Cristóbal Muñoz, Jefe de Cocina, que apuesta por los productos del entorno, apegado al terruño, que se nutre incluso de su huerto ecológico. El restaurante, que algunos medios especializados sitúan entre los mejores de Europa, cuenta con una estrella Michelin y otra estrella verde por su defensa de la sostenibilidad además de dos Soles Repsol.
Iniciativa enológica: Liberalia
Esta bodega familiar que se asienta en la DO Toro comenzó su actividad de elaboración de vinos singulares y de alta calidad en el año 2000. El nombre de Liberalia viene de las fiestas celebradas en la antigua Roma en honor al Padre Liber, dios de la fertilidad y el vino, y de su esposa Libera. Actualmente, la empresa toresana produce una remesa de 300.000 botellas al año y el 75% de sus ventas se dirigen al extranjero, principalmente Alemania y Estados Unidos; aunque también están presentes en China, Singapur, Japón, Corea del Sur y Brasil. Su producto estrella es el tinto de Toro, del cual tienen variedades que van desde el joven hasta el gran reserva, pasando por el roble y el crianza. También producen Champán y comercializan verdejo de Rueda. La bodega une el mundo del arte y el vino bajo el prisma de Juan Antonio Fernández, propietario de la empresa. A lo largo del año organizan numerosas actividades vinculadas al mundo de la pintura y la música, sus otras dos pasiones. Bajo este leitmotiv, Juan Antonio ha sembrado toda la bodega con referencias culturales.
Iniciativa turística: Castilla Termal
Este grupo empresarial ha sabido aprovechar un recurso como el agua como hilo conductor de una experiencia turística en un enclave único. Su creador, el vallisoletano Roberto García, un apasionado del turismo que apostó por llevar a cabo un proyecto que conjuga bienestar, arte, gastronomía y patrimonio.
Su inspiración vino de la mano del antiguo convento en ruinas de Olmedo, propiedad de su familia. Abandonado en 1956 por las monjas que allí residían debido al carácter salino de las aguas que les estropeaban los productos de la huerta, se convirtió en el primer hotel de la cadena, Castilla Termal.
En la actualidad la cadena cuenta con hoteles en Olmedo (Valladolid); Burgo de Osma, en Soria, que abrió en 2010 como la primera hostería real de cuatro estrellas de Castilla y León; Solares, en Cantabria, y Valbuena de Duero, en plena ‘milla de oro’ de la provincia de Valladolid. El último en inaugurarse ha sido Brihuega, en Guadalajara, el pasado 1 de septiembre. Sin dejar de lado los próximos establecimientos que harán las delicias de los amantes del turismo termal en Peñaranda de Duero, Burgos, y en Gandía, Valencia.
Mejor empresa agroalimentaria: Acor
Es un referente del sector agrario en Castilla y León. La cooperativa ACOR representa la única cooperativa azucarera de España. Con 4.500 socios, ACOR ha sabido afrontar nuevos retos y desafíos en el horizonte, basándose en la diversificación y rotación de sus cultivos. ACOR ha pasado de concentrar su modelo de negocio en la molturación de remolacha, a establecer alianzas con otras grandes empresas. Su filosofía se basa en que la unión hace la fuerza. Pero su historia, con casi seis décadas de historia sobre su pechera, se remonta al 25 de noviembre de 1960, cuando el sindicato de cultivadores de remolacha de Castilla La Vieja liderado por Adolfo Sánchez (que más tarde se convertiría en el primer presidente de la cooperativa) deja constancia de que su sueño era una fábrica ‘de y para los remolacheros’. En la actualidad Jesús Posadas preside la cooperativa en cuyo ADN está la investigación agraria. Su servicio agronómico presta asesoramiento a sus socios. ACOR representa el motor del campo castellano y leonés. Un propulsor para miles de agricultores que han visto cómo sus explotaciones crecían y se modernizaban.
Mejores proyectos
Ávila: Queserías del Tiétar
Esta empresa familiar fundada por Rafael Báez Bravo-Murillo elabora un exquisito queso de cabra de forma artesanal. Sus quesos, que se comercializan bajo las marcas ‘Cabra del Tiétar’ y ‘Monte Enebro’, se cuelan cada año entre los premiados de los World Cheese Awards, los considerados ‘óscars’ del sector quesero.
Burgos: Bodegas Pascual
El origen de Bodegas Pascual está vinculado a Diodoro Pascual, padre de los fundadores, un hombre que dedicó toda su vida al cuidado de la vid. Con el número 18 de inscripción en la DO Ribera del Duero, la bodega se asienta junto a otra histórica que data del siglo XIV. Cuenta con 35 hectáreas de viñedo propio.
León: Bodegas Gordonzello
Gordonzello nació de una iniciativa social y de la necesidad de recuperar la viticultura en Gordoncillo cuando apenas quedaban unos majuelos improductivos en la localidad. 26 vendimias después, los socios viticultores pasan de 175. La revolución Gordencello ha triunfado con la modernización de estos vinos.
Palencia: Restaurante Villa de Frómista
Desde hace dos décadas la familia Sánchez Dublín regenta este restaurante que desde la incorporación de Andoni al negocio familiar, ha dado nuevos aires al asador palentino, apostando por productos del entorno como las verduras y hortalizas, los quesos, las carnes o el pichón de Tierra de Campos.
Salamanca: Restaurante Bambú
José Manuel Pascua, nieto de los fundadores de este restaurante mítico de la capital charra, es el artífice de la transformación llevada a cabo en la mesa del Bambú. Formado en el Basque Culinary Center de San Sebastián, José Manuel regresó al negocio familiar en 2017 con nuevos aires respetando la tradición.
Segovia: Panadería Marín
Marín representa uno de los establecimientos de panadería con más solera de la ciudad del Acueducto. Al frente se encuentra una familia que a lo largo de un siglo ha elaborado pan artesanal con la mejor materia prima. Desde el barrio segoviano de San Lorenzo comenzaron una expansión que llegó a dar el salto a otras ciudades.
Soria: Bodega Dominio de Atauta
Enclavada en la vertiente soriana de la Ribera del Duero, en un paraje con unas condiciones únicas para el cultivo de la vid, Dominio de Atauta ofrece un vino único, al que se ha rendido prensa especializada. Tras él se encuentra el enólogo Jaime Suárez, hijo de Chano, e Ismael Sanz, en la viticultura.
Valladolid: Pincho de Traspinedo
La fama de Traspinedo ha trascendido de lo local hasta alcanzar eco mundial gracias al pincho de lechazo churro a la brasa de sarmiento. El trabajo de la Asociación que aglutina a los principales restaurantes de este municipio vallisoletano ha contribuido a convertir esta joya de origen humilde en todo un manjar.
Zamora: Quesería La Antigua
Con casi 30 años de historia, esta empresa de Fuentesaúco, se ha convertido en un referente para los ganaderos de ovino de Castilla y León, donde cada año recoge 29 millones de litros de leche de los que el 10% dedica a la fabricación de sus quesos de leche cruda premiados en certámenes internacionales como los World Cheese Awards.