SOMOS CASTILLA Y LEÓN | CARLOS POLLÁN, PRESIDENTE CORTES DE CASTILLA Y LEÓN
«Pretender atajos hacia la excelencia resulta a la larga perjudicial»
El presidente del parlamento autonómico reconoce «no se ha inventado mejor ascensor social que la educación de calidad, al alcance de cualquiera» y defiende un modelo educativo muy valorado a nivel mundial
El presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, el máximo representante del parlamento regional fue el encargado de clausurar la séptima edición del Congreso ‘Somos Castilla y León’ que el diario El Mundo de Castilla y León ha celebrado durante dos jornadas. Pollán reflexionó en su ponencia sobre el sistema educativo en la comunidad y presumió del liderazgo «en las listas de los indicadores más prestigiosos en lo que a educación se refiere, como el Informe PISA», como ya en la jornada previa había destacado la consejera de Educación, Rocío Lucas. Pollán afirmó no tener la necesidad de «caer en la complacencia», pero tampoco «se trata de dejarse atrapar en un proceso de neurosis en el cual la única conclusión posible es que todo está mal», y alcanzar el término medio.
Pese a ser líder en el ámbito educativo en las respectivas materias según el citado informe, Pollán se mostró convencido de «mejorar sus marcas en educación. No solo se puede y se debe», a sabiendas de que «lo fácil es renunciar a la excelencia por pura cortesía de miras». Y alcanzar nuevas metas, aseveró, sin «pretender atajos hacia la excelencia», algo que «resulta a la larga perjudicial». El presidente de las Cortes pidió el compromiso de todos para «hacer efectiva la igualdad educativa», no solo «a nivel de resultados, sino de igualdad de oportunidades» para que «ningún joven de Castilla y León se quede atrás, por muy desventajosas que sean sus condiciones de partida». Y dejó otra frase destacada al señalar que «no se ha inventado mejor ascensor social que la educación de calidad, al alcance de cualquiera».
Una comunidad educativa, que explicaba, tiene «claro el modelo a seguir», tanto el profesorado, alumnado, padres e instituciones, y siendo «una de las claves del éxito de nuestro sistema educativo es no perder un minuto de tiempo en la demostración de la obviedad, sea esta cual sea». Y reconoció que es necesario que todos los actores protagonistas tengan herramientas para su labor diaria, como el caso de los profesores que «han de estar revestidos de la necesaria autoridad», que «los hijos son de los padres y de nadie más», y que «la exigencia de esfuerzo, mérito y capacidad es por el bien de los alumnos». Pero para ello insistió en un mensaje repetido en todas las ponencias de este congreso ‘Somos Castilla y León’: «La colaboración público-privada resulta esencial».
Continuó incidiendo en la labor del profesorado, más de 33.000 en todas las aulas de los centros educativos de las nueve provincias, que tienen encomendada una tarea esencial «como la transmisión del saber». Y para mejorar esa formación, explicó, «la educación ha de estar abierta a la innovación. Pero nunca al precio de interrumpir un proceso de siglos, incluso de milenios. Nos jugamos mucho como comunidad, como nación y, si me apuran, como civilización».
Sobre la relación paternofilial insistió en que «nadie desea tanto lo mejor para los hijos que sus padres», eso sí «la opinión de unos y otros por supuesto ha de ser determinante en el itinerario formativo. Sin perder nunca de vista que la exigencia no está reñida con el afecto». Y ahí entró en el discurso otro concepto clave como el del esfuerzo y el conocimiento para que «los títulos que, en unos años, colgarán de las paredes de nuestros jóvenes no pueden ser meros elementos decorativos. Dichos títulos han de acreditar un esfuerzo sostenido en el tiempo».
Una formación que conlleve ayudas y recompensas como con «la concesión de becas a quien lo necesita y merece, velar por unos espacios educativos libres de todo adoctrinamiento ideológico e involucrar al sector privado en un ambicioso programa de mecenazgo».
Pollán se refirió a continuación a proyectos en marcha como un convenio de colaboración con el Círculo Empresarial Leonés, que trata de impulsar el emprendimiento y la iniciativa entre los jóvenes de León a través de un concurso de ideas. El proyecto está pensado para los centros de Formación Profesional de la provincia, alrededor de treinta, con un número aproximado de 7.000 estudiantes. A los ganadores del certamen, se les costearán los gastos relacionados con la creación de una empresa, además de brindárseles asesoramiento gratuito en fiscalidad y en otras materias.
Un ejemplo en el que participan a través de la Fundación Castilla y León y con el que pretendía «hacer hincapié en la necesidad de la Formación Profesional, con más motivo en un territorio como Castilla y León, donde el sector primario, valga la redundancia, prima tanto». Para ello puso en valor la Formación Profesional para que «tenga el prestigio necesario» y que «el joven que escoja esta opción no es menos que el que apuesta por la educación universitaria».
Para el presidente de las cortes de Castilla y León «el único trabajo indigno… es el trabajo mal hecho», y concluyó su mensaje confiando que los pensamientos y reflexiones de este Congreso sirvan de «refuerzo de la educación y el talento como señas de identidad y como claves de progreso de nuestra tierra, siempre al servicio de la buena marcha de España».