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La historia callejera torna en cuento de hadas en la calle Preciados

El grupo madrileño que puso sintonía a la última Vuelta a España se presenta mañana en la Sala Estudio 27 con su primer trabajo

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

La historia de Preciados es el sueño convertido en realidad que muchos de los grupos de música que empiezan ahora firmarían con los ojos cerrados. Su nombre esconde la clave para resolver el misterio. El azar, el trabajo, la ilusión, la constancia... cambiaron la vida de estos cuatro madrileños en dos años. Pasaron de tocar en la céntrica y comercial calle Preciados de Madrid a fichar por Universal, sacar su ópera prima, homónima, y a poner sintonía a la última edición de la Vuelta a España. El Quiero que me ciegue el sol, quiero ser un corazón que lata con más fuerza; quiero ser en ti el amor que levante la pasión y rompa las fronteras... con el que pedalearon los ciclistas también ha abierto al cuarteto todas las puertas que se mantenían cerradas. Lo reconoce el bajista, Héctor Navío, quien habla, por ejemplo, de la entrada en las emisoras nacionales, de giras más largas, con más conciertos... Uno de ellos los trae mañana a la Sala Estudio 27.  

A pesar de este despegue fulminante, dice el bajista que han conseguido mantener los pies en el suelo. ¿Cómo? «Somos muy terrenales. Nosotros venimos de la calle. Sabemos lo que cuesta llegar hasta aquí», contesta restando importancia a la posibilidad de morir de éxito.

Y es que la historia de Preciados comenzó hace dos años. Sergio Rojas (guitarra, voz y armónica) y Miguel Iglesias (guitarra, voz, piano y Hammond) se conocieron en la Escuela de Música y se ganaban unos euros tocando al aire libre.

Unos metros más allá hacían lo propio Álex Riquelme (batería y coros) y el propio Héctor. Se conocían. Se juntaron. Vieron que funcionaban, que sus versiones de los Beatles retenían al público y llenaban el sombrero. La cosa marchaba y contrataron a una mánager. Tuvieron suerte porque esta chica conocía a alguien en la discográfica Universal. Paco Martín los visitó en el local de ensayo. Le gustó el proyecto, pero les conminó a seguir trabajando en ello. «Nos dijo: 'En un año vengo a veros'». Cumplió su promesa. «Vio lo que esperaba y, de verdad, que fue un flechazo», recuerda Navío, quien cree que lo que diferencia a Preciados del resto de grupos que están surgiendo en el panorama nacional es que su pop-rock suena con tintes antiguos. «No es como la música que se hace ahora», dice y atribuye la responsabilidad a las influencias de los años setenta y ochenta que se esconden en sus melodías.

El arrojo es marca de la casa y no hablan de mayor responsabilidad ante su próximo trabajo: «Este éxito nos empuja a ir a más. El esfuerzo siempre tiene su recompensa. Nos da más energía para seguir adelante. Nuestro principio ha sido increíble. Siempre sueñas con que algo grande te puede pasar, nosotros lo hemos conseguido pero lo verdaderamente importante es la ilusión y saber que la música para nosotros siempre va a estar ahí».