Diez piezas burgalesas en 'Passio'
El nuevo capítulo de Las Edades del Hombre expone una pintura del Museo de Burgos y nueve de la Diócesis, con doblete de Diego de Siloé
A.S.R. / Burgos
El intento de Vela Zanetti de castellanizar la Última cena en un diálogo entre la pintura del burgalés y la escultura de Venancio Blanco abre el camino de Passio, el decimosexto capítulo de Las Edades del Hombre, con doble sede, en las localidades vallisoletanas de Medina de Rioseco y Medina del Campo, donde permanecerá hasta noviembre y donde el artista de Milagros, que también aporta una serie de grabados de la colección Vía Crucis, no es la única representación burgalesa.
Diez piezas de la provincia, una procedente del Museo de Burgos y nueve aportadas por la Diócesis, se exponen en esta renovada lectura de la Pasión de Cristo. El delegado diocesano de Patrimonio, Juan Álvarez Quevedo, presentó ayer una a una las obras y destacó entre ellas las dos esculturas firmadas por el burgalés Diego de Siloé, del siglo XVI: Cristo atado a la columna y Cristo muerto sostenido por los ángeles. Llama la atención igualmente un Cristo yacente de Gregorio Fernández, del monasterio de Medina de Pomar. Todas las piezas se ponen al servicio del relato contado en ambas sedes.
Medina de Rioseco se inspira en un orden cronológico, al que se suman el Cristo atado a la columna de Ducete, el citado Cristo yacente y una pintura de Teresa Peña. Mientras que Medina del Campo se articula en cinco capítulos que narran la Pasión y acogen el resto de obras: Ecce Homo, con el Adán y Eva de Retuerta; Agnus Dei, con las dos piezas de Siloé y el Cristo Varón de Dolores; Fons et culmen, el Cristo de Mateo Cerezo y la arqueta de Lerma; Dulce ignus, con la cruz de aplique; y Vía Crucis.Han viajado...
Cristo yacente. Gregorio Fernández es el autor de esta obra de bulto redondo, de madera policromada, fechada hacia 1627 y que se custodia en el Monasterio de Santa Clara de Medina de Pomar.
Junto al sepulcro. Óleo sobre lienzo de Teresa Peña, realizado en el año 2000 y expuesto en la capilla del Corpus Christi de la Catedral. Estas tres primeras piezas se exhiben en Medina de Rioseco.
Cristo atado a la columna. Escultura de Sebastián Ducete, de finales del siglo XVI y principios del XVII, de la iglesia de San Gil.
Adán y Eva. Pintura sobre tabla de autor anónimo datada en el siglo XVI y perteneciente a la iglesia de San Esteban Protomártir de Retuerta.
Cristo atado a la columna. Escultura de Diego de Siloé de hacia 1520 custodiada en el Museo Catedralicio.
Arqueta sagrario. Objeto de plata sobredorada con esmaltes, realizada por un anónimo mexicano en el siglo XVII. Donación del Duque de Lerma al Monasterio de las Madres Dominicas de la Villa Ducal.
Cruz de aplique. Cobre esmaltado. Anónimo de finales del siglo XII. Pertenece a la parroquia de Terrazas pero se guarda en el Museo del Retablo.
Cristo muerto sostenido por ángeles. Escultura en relieve de madera realizada por Diego de Siloé hacia 1519-1523 y policromada por León Picardo. Se encuentra en el retablo de Santa Ana de la capilla de Los Condestables de la Catedral y es, junto a la otra pieza del artista burgalés, la aportación más destacada de la Diócesis de Burgos al decimosexto capítulo del proyecto de Las Edades del Hombre. FOTO
Cristo Varón de Dolores, con San Antonio Abad, San Cornelio y donantes. Anónimo alemán del siglo XV e instalado en el Museo Catedralicio.
Cristo crucificado. Óleo sobre lienzo de Mateo Cerezo (siglo XVII). Museo de Burgos.