El Archivo Municipal remodelará su recepción para mejorar la atención

A.S.R. / Burgos

El Archivo Municipal se pinta los labios y se viste de prêt à porter. Quiere seducir al público y abandonar esa imagen un tanto lúgubre con la que se topa quien se adentra en sus instalaciones en el Palacio de Castilfalé. Para conseguirlo ha proyectado una mínima reforma para la que, según el concejal de Cultura, Fernando Gómez, se contempla una partida en los presupuestos del año 2012.

«Tenemos que dignificar este centro un poco más porque siempre parece que está cerrado, hay que hacerlo más accesible», expone el edil, quien aplaude la labor, «muchas veces desconocida», que desde allí se está haciendo purgando y clasificando toda la documentación ordinaria que se genera en la Administración local, así como la investigación y difusión de la cultura burgalesa.

Esta dignificación pasa por abrir sus puertas de par en par y adecentar la ahora oscura recepción. La gran puerta de madera se encuentra siempre cerrada. El proyecto contempla dejarla abatida e instalar una contrapuerta acristalada, una especie de cabina, para que por lo menos quien pasa por allí vea que el servicio está operativo.

La actuación en el zaguán contempla la construcción de un mostrador con un auxiliar que dé la primera información a quien por allí se adentre y dirija al visitante; la instalación de taquillas para que dejen sus mochilas y otros enseres los usuarios y los escolares que allí acuden dentro del programa educativo La ciudad también enseña; la habilitación de un tablón de anuncios... Todas estas obras redistribuirán el vestíbulo con el fin de hacerlo más amigable.

Mientras tanto...

Esta remodelación no oculta las otras necesidades del Archivo Municipal. Su ampliación lleva siendo urgente desde hace mucho tiempo. La directora, Milagros Moratinos, insiste en ello siempre que tiene ocasión. La última vez que lo manifestó públicamente fue hace un año con motivo de los 20 años de ubicación de este servicio en el Palacio de Castilfalé. Su gozo sigue en un pozo.

Preguntado por esta ampliación, el nuevo titular del área es claro: «Es un proyecto parado».

Pero mientras este documento duerme el sueño de los justos, no pega ojo el del depósito intermedio para aliviar el exceso de cajas del actual almacén del Archivo Municipal, urgente igualmente desde hace ya algunos años. Fernando Gómez confirma que entre las opciones valoradas se posiciona con fuerza la utilización del antiguo Laboratorio Municipal, situado en la calle Juan Bravo, en el barrio de Río Vena.

«Se ha encargado un informe a Patrimonio para saber si la estructura de este espacio puede soportar o no la cantidad de papel porque parece que este no pesa, pero sí», apunta el concejal, quien ratifica que se mantiene esa posibilidad, barajada desde hace un año, aunque no es la única. El viejo Laboratorio Municipal siempre ha estado en los puestos de salida debido a que tiene mucho ganado como la instalación de conexión a internet y un despacho y unos baños ya habilitados.

Al mismo tiempo el responsable de Cultura recalca que están trabajando con su homólogo de Patrimonio, Eduardo Villanueva, en el desarrollo e impulso de procedimientos electrónicos que en un futuro mitiguen la producción de papel. Un apartado en el que también se han notado los efectos de la crisis puesto que se han reducido sobremanera los expedientes del área de Obras debido al estancamiento generalizado de la construcción, aunque sí han aumentado los referentes a reformas.