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Ilusiones que esconden truco

La Maga Jimena tiene doce años, lleva desde los cinco flirteando con números de cartas, aros, animales... y pasma la seguridad en sí misma

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

La imagen del restaurante con más de cien magos levantados aplaudiendo su entrada ocupará uno de los lugares más especiales en su particular baúl de los recuerdos. La participación en el VI Encuentro Internacional de Magia Infantil, el pasado mes de noviembre en Miranda de Ebro, fue el bautismo en el mundo del ilusionismo de la Maga Jimena, una niña de doce años que desde los cinco lleva una baraja de cartas en el bolsillo y cuyo futuro se dibuja con claridad sobre los escenarios.

Tener un padre mago en casa abre un mundo de posibilidades al que la niña se lanzó de cabeza y sin flotador. Jimena cuenta su historia dentro de la caja mágica en la que el Mago Chema ha convertido su local de ensayo, almacén y lugar de entrenamiento de animales. Un establecimiento que, dice el presidente del Círculo Ilusionista Burgalés, Mariano Calvo, es la envidia de sus colegas. Es el paraíso. Cotorras, ninfas blancas, periquitos, palomas... Más de veinte especies de aves habitan las jaulas perfectamente ordenadas, a una temperatura determinada, las compran cuando son polluelos, las amamantan con jeringuillas los primeros meses de vida y las adiestran poco apoco. En otra estancia se amontonan mil y un juegos y artilugios de magia, perfectamente ordenados en armarios y las cajas se amontonan hasta en el cuarto de baño. Hace cuatro años que padre e hija se trasladaron a este espacio, donde Jimena practica los viernes por la tarde y los domingos por la mañana.

Antes, hasta que resultaron asfixiantes, todos los aperos del Mago Chema estaban en casa. Fue inevitable para Jimena entrar en contacto con ellos. Acababa de soplar las cinco velas cuando actuó ante el público en una de las actuaciones de Birli & Birloque, con su padre y con su primo como ayudante.