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...Y Titirimundi para gozar de los viejos

El Festival Internacional de Títeres regresa al Teatro Principal y al paseo del Espolón con siete montajes a representar este fin de semana y el siguiente

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

«Si alguien quiere descubrir nuevas emociones estéticas tiene que venir al teatro de títeres. Aquí están los secretos. Es fascinante, un universo por descubrir y estoy seguro de que aquel que se acerque se quedará como público para siempre. Asistir a una representación es un regalo».

El chacachá del tren trajo ayer al director del Festival Internacional de Títeres, Julio Michel, y con él un cargamento de vehemencia, pasión, ilusión, ganas de mirar adelante, vitalidad y optimismo que tanto necesita la Cultura.

Titirimundi regresa un año más a Burgos, y ya van diecisiete, como una extensión del encuentro con epicentro en Segovia, donde la respuesta del público, dijo, sigue superando todas sus expectativas y hace burla a una crisis económica que se ha hecho fuerte, con 80.000 euros menos de presupuesto, y que ha sido felizmente sorteada.

Los lamentos no van con Michel y resta importancia a esta señora voraz, insaciable, terrorífica. Se temía la presencia de las tijeras y ha puesto un extra de imaginación. La solución ha pasado por la contratación de espectáculos con elencos cortos, la mayoría de una o dos personas, sin escatimar en calidad y, también, se han programado menos funciones.

Importante es, y así lo transmitió, la fidelidad de las ciudades satélite como Burgos. Siete montajes jalonan su cartel con un presupuesto de 30.200 euros, similar al de la edición pasada.

Y es que el responsable de esta cita insistió en la vocación regional que siempre ha tenido Titirimundi. Desde aquellos inicios en el año 1985, que ayer recordaba: «Entonces, el teatro de títeres estaba relegado al ámbito del público infantil, erróneamente, y estaba a punto de desaparecer. Y a mí no me parecía justo. Había que hacer algo por promover, difundir, dar a conocer la auténtica naturaleza de esta disciplina, sobre la que pesaban esos prejuicios, que siguen estando ahí desgraciadamente, que es de las formas teatrales más ricas que hay actualmente. El teatro de títeres está en las vanguardias de la creación dramática. Se lo puedo asegurar».

Y aunque Segovia, su ciudad de residencia, fue la elegida como sede pronto se extendió a otras ciudades. En Burgos, las funciones se repartirán entre este fin de semana y el siguiente y alternarán el Teatro Principal y el paseo del Espolón como escenarios.

Vendrán compañías de dispares puntos del planeta con diferentes propuestas dentro del teatro de marionetas. Llegarán de Francia, de Canadá, de Burkina Faso, de Chile y de España; serán de mimo, de figuras, de sombras, de objetos, de marionetas gigantes, de hombres orquestas y de circo acrobático.

Y todas con una misma misión, que es la que mueve Titirimundi: «Aportar una gran calidad estética teatral y, al mismo tiempo, convencer al público de que se acerque porque van a descubrir formas nuevas. Es una auténtica gozada». Palabra de Julio Michel.