NUEVO DISCO
La memoria musical de las Merindades se hace disco
Yesca selecciona 45 melodías del norte de Burgos en 'Triste quedaba'
MARTA CASADO / Burgos
De rondas y tonadas para el baile con la voz como protagonista principal y casi único y con la esencia de la vida de antaño en las Merindades. Esta es una de las patas sobre las que se asienta el nuevo trabajo discográfico, el sexto del Colectivo Yesca, Triste quedaba. El otro apoyo de este proyecto está en las ausencias, la de Ramón Marijuan miembro de la agrupación desde su puesta en marcha y que trabajó en la confección y selección de melodías. Triste quedaba es «el título de la primera canción pero también un estado de ánimo porque este disco lo empezamos a hacer con Ramón pero ya no pudo participar en la grabación», recuerda Gonzalo Pérez, miembro del colectivo Yesca junto con María Jesús Santamaría, María Ángeles Pérez, Fernando Aguirre y Gaspar Hidalgo. Esta grabación sucede a la recopilación de La Música Tradicional de Castilla y León que Yesca realizó para RTVE en 1995, Fiestas del Reinado y otros cantos populares, Fiestas de Gallos y otros cantos populares, Tonadas del Cancionero de Federico Olmeda y Canciones de moda
La voz, protagonista
El sexto trabajo discográfico trata de reproducir aquellas canciones del norte que tienen a la voz como protagonista único y principal. «Estas piezas son más líricas que en el resto de la provincia que tienen un lirismo más contenido pero se caracterizan por el uso de la voz como instrumento casi único y algunos instrumentos de percusión como acompañamiento», relata Gonzalo Pérez. Son piezas de música de tradición oral que en otras zonas de la provincia mejor comunicadas se perdieron a principios del siglo XX. «En estos pequeños pueblos abundan más que en otras estas expresiones musicales para el baile porque eran los propios vecinos los que tenían que amenizar el baile dominical y por ello han quedado en el recuerdo y se conservaron hasta mediados del siglo XX cuando estas canciones de bailes a lo agudo, que recuerda Federico de Olmeda, se habían abandonado en otros puntos de la provincia», reflexionan.
Para María Jesús Santa María un ejemplo de ello es que «cuando realizamos esa labor de búsqueda de la música tradicional, recuerdo que esta zona del norte era la que más tenía presente el baile con pandereta».
30 años después de ese esfuerzo de búsqueda de la música que pasa de padres a hijos desde tiempo inmemorial y que define una forma de vida, ésta apenas si está en el recuerdo. «Las melodías populares estaban asociadas a una forma de vida que empezó a desaparecer hace 50 años y que terminó de morir en los años 60, hoy son pocos los que pueden recordarla», asegura Pérez quien sentencia «es ya una música muerta». De ahí el interés, tras un largo periodo de gestación, de grabar un cantar a esos versos populares. «La música aunque esté escrita en palitos y puntos negros sólo cobra sentido cuando es cantada. Es un arte que nace cuando se canta y termina cuando se acaba la canción». Así quieren recuperar estos sones del pasado con este disco que se presentará oficialmente en octubre.