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Reflexiones sobre el bosque quemado

El Museo de la Evolución dedica su novena exposición temporal a los ecosistemas en un punto particular. Después de un incencido. No todo se ve negro tras las llamas. Abierta hasta marzo

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Burgos

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MARTA CASADO / Burgos

Los ecosistemas y el fuego han sido compañeros de viaje en el proceso evolutivo del hombre. Están reflejados en la exposición permantente del Museo de la Evolución Humana pero se ahonda más en su repercusión en la sala de exposiciones temporales con 'El bosque quemado'. Se trata de la novena exposición temporal que acoge la instalación. Un formato con el que «estamos satisfechos» apuntó en la presentación el director del Museo, Javier Vicente. Más de 95.000 personas han disfrutado de su contenido que ha versado sobre la evolución de la dieta en los homínidos, el concepto de Burgos 2016 o se ha repasado la figura de Darwin a través de sus escritos. «Estamos satisfechos con esta fórmula para dinamizar el museo que nos supone un esfuerzo pero, a la luz de los datos, tiene su recompensa», puntualizó Vicente.

Al mismo tiempo este concepto de exposición temporal permite que el Museo siga pegado a la actualidad del día a día en cualquier informativo. Este verano los incendios fueron noticia destacada. Ardieron tantas hectáreas como en diez años atrás. Meses después la novena exposición del MEH plantea una reflexión sobre los incendios forestales. «El fuego como elemento natural es una parte más del ecosistema hay especies adaptadas al fuego», apunta el jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla, Javier María García. Apuntó al respecto que el 5% del fuego es natural, ayuda a regenerar los ecosistemas. El resto es artificial y viene dado por «nuevas amenazas como el abandono de estos espacios, la despoblación que genera un desinterés por el bosque ante la falta de rentabilidad» que generan paisajes desordenados con un incremento de la biomasa y sin población que establezca alertas que son encendedores en cuanto se produce una llama. Ante los incendios generados por la mano del hombre «lo mejor medida para combatirlo es la prevención y concienciación ciudadana y es algo que se logra con esta exposición», apuntó García en la presentación. 

En la gestión de contenidos el MEH ha contado con el apoyo técnico del asesor de la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Álvaro Picardo, quien reflexionó sobre la relación del bosque con el ser humano. «El hombre vivió en el bosque durante 955.000 años, desde el Neolítico vive fuera de él y en los últimos 60 años el cambio de la sociedad y su relación con el bosque no le permite ser consciente de que España es el segundo país de Europa con mayor superficie forestal y con el 56% de su territorio copado por bosques», apuntó.

Al mismo tiempo alabó la muestra por ser una visión «no catastrofista del fuego que en muchos casos provoca la renovación de un ecosistema». Al respecto diferenció éstos incendios naturales, con incidencia menor, de los artificiales o generados por el hombre. Un fenómeno esta último que se trata de solucionar con medidas que permitan que «el hombre vuelva al bosque».

Para ello la exposición no se basa en datos, gráficos e imagenes. Apuesta por las sensaciones. Las imágenes de lo secosistemas, el verde del bosque, su fauna y su flora dan paso al negro de la madera quemada en Fresno de Rodilla, las luces rojas que permiten percibir la «sensación de agobio junto al fuego», la noticias que generan, gracias a la colaboración de la Agencia Efe. Pero tras el fuego viene la regeneración del monte. El uso que se fuede dar al fuego. Así se describe una carbonera, se reflexiona sobre el fuego desde el punto de vista artístico con las cajas-arbol de Miguel Ángel Blanco o las imágenes post incendio, con la primera germinación del bosque futuro en las fotos de Eduardo Nave. Un canto a la esperanza. Los bosques se pueden recuperar, transformar y evolucionar.