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Literatura / Presentación de libro

«Mis personajes siempre buscan una salida, como hacemos todos»

Moisés Pascual se citó con una treintena de lectores en Luz y Vida. Compartió impresiones de su última novela, ‘Vidas de tinta’, y de su oficio de escritor

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Burgos

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A.S.R. / BurgosLa velada se produjo en un mar de libros en calma, con una copa de vino en la mano y una treintena de miradas fijas en un solo hombre. Un grupo de ávidos lectores se zambulló en la renovada librería Luz y Vida para compartir una tarde de otoño con el burgalés Moisés Pascual y su última novela Vidas de tinta (Izana Editores), una historia de personajes que se miran en el espejo del pasado y que viven el presente, de viajes en busca de una salida sin saber dónde o cuál será esta, de recuerdos cruzados... Un relato nacido para leerse.El anfitrión, Álvaro Manso, rompió el hielo y desató la cuerda de la conversación, que fluyó sin atropellos, casi con timidez, pero con profundas reflexiones de los lectores.Arrastrado por estas, el autor de Santibáñez Zarzaguda compartió el origen de esta historia, rescató los bretes en que le pusieron sus personajes, nada conformistas, desveló algunas de las herramientas utilizadas para tejerla, rechazó cualquier pincelada autobiográfica más allá, que no es poco, de la concepción de la vida e incluso abocetó su futuro en el oficio.«Siempre que proyecto una cosa me sale la contraria», espetó cuando uno de los asistentes le interrogó por su futuro después de esta novela que, parecía haber unanimidad, es la mejor del autor y difícil de superar. Pascual relató que esta historia llegó de rebote. Su idea inicial fue contar la de Edgardo Mortara, un judío bautizado por su criada, pero se desinfló cuando descubrió que otro libro, una obra de teatro y hasta una película tratarían esta realidad. ¿Para qué uno más?Dejó al judío y a la sirvienta y se enfrascó en el profesor de Lenguas Clásicas jubilado que viaja a Latinoamérica a la búsqueda de algo, un patacaliente que dirían allá, un correcaminos que encontraríamos acá. Un personaje en el que, por favor, pidió el escritor, nadie quiera verle a él a pesar de las coincidencias. «¡Ojalá hubiera tenido yo las aventuras de mis personajes!», exclamaba con una media sonrisa.«Mis personajes siempre buscan una salida, como todos, y esta puede estar en muchas cosas», enfatizó el escritor y admitió que en todas sus novelas aparece un patacaliente como «intento de superación de una realidad cotidiana bastante dura».Él también se reconoció una persona inquieta, que siente que algo le falta si no coge la mochila en octubre y se escapa en busca de su Ítaca particular como aquel Ulises que le sirvió para escapar de su propia realidad, la que no quiso recordar ayer para no teñir de mala leche el momento. «La referencia a Ulises la tengo casi siempre», reveló.