El Correo de Burgos

El héroe que rescata a revistas valientes

El Instituto Castellano y Leonés de la Lengua recupera en una exposición en el Palacio de la Isla el proyecto ‘Renuevos de Cruz y Raya’, que unió a José Bergamín y Arturo Soria en los años sesenta

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Burgos

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A.S.R. / BurgosArtesa, Hora de España, Ruedo Ibérico... El Instituto Castellano y Leonés de la Lengua se ha erigido desde su nacimiento como el héroe que rescata de la oscuridad proyectos y empresas editoriales que, de una u otra manera, se convirtieron en soplos de aire fresco en una sociedad española estrecha, gris, encorsetada y con la siempre amenaza de la censura. El paladín actúa de nuevo. La hazaña lleva esta vez el nombre de Renuevos de Cruz y Raya y los detalles de este rescate forman la exposición del mismo nombre que permanecerá en el Palacio de la Isla hasta el 7 de mayo.El director del Instituto de la Lengua, Gonzalo Santonja, presentó ayer esta nueva misión.«Es una genuina manifestación de lo que hemos dado en llamar el exilio interior protagonizado por dos exiliados exteriores», introduce y se refiere a José Bergamín y Arturo Soria y Espinosa, cuyos caminos se cruzaron en Renuevos de Cruz y Raya en los años sesenta. Fue una aventura efímera como la mayoría de las que tienen la posguerra como escenario, pero consiguieron importantes plumas para sus páginas y tocaron temas que, curiosamente, hoy están de actualidad como la cuestión catalana.Dos hombres y un destinoLas inquietudes editoriales de José Bergamín se traducen en varios proyectos. Empezó con Cruz y Raya, continuó en su exilió en México con Séneca y continuó en Uruguay. Cansado, curiosamente, de asumir riesgos vuelve a España. Y en ese momento se encuentra con Arturo Soria y Espinosa, estudiante de la Fundación Universitaria Española (FUE) durante la República y admirador de Bergamín, que en su exilio en Chile también creó su propio sello editorial, Cruz del Sur, muy importante en aquel país.Corrían los años sesenta y las inquietudes de unos y otros fraguaron en Renuevos de Cruz y Raya.«Ellos tienen tres objetivos: recuperar algunos de los artículos esenciales de la revista Cruz y Raya; revivir ese espíritu editando a personas y obras integradas en él como ocurre con los poemas rezagados, de Bergamín, que los llama así porque los publicó muy tarde, o los poemas de Antonio Espina; y afrontar cuestiones que parecían intelectualmente inaplazables, lo eran entonces y lo siguen siendo ahora, como la catalana, para lo que pusieron en diálogo el pensamiento de Maragall y el de Unamuno, en una lectura actualísima», expuso Santonja, quien destacó igualmente que esta publicación devolvió a su sitio a Gómez de la Serna, «que para Bergamín y Soria es el padre español de las vanguardias y es un punto de referencia insustituible».Ojo avizor, intentaron eludir la acción de la censura con un doble pie de imprenta, Madrid y Santiago de Chile. No lo consiguieron y la aventura duró poco. Solo salieron 18 números. La voraz censura franquista lo lanzó a la oscuridad y, después de tantos años, el Instituto de la Lengua lo devuelve a la luz. Los visitantes pueden consultar la publicación puesto que, además de exponerla en las vitrinas, hay una copia de estos originales.

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