GUSTAVO MARTÍN GARZO Escritor
«La imaginación no es una huida de lo real, sino todo lo contrario»
A.S.R. / BurgosAunque asegura que llegó a la escritura por casualidad, no lo es, sin embargo, que Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1945) lleve muchos años en lo más alto de la literatura española. Su bibliografía se alarga hasta el infinito y los reconocimientos la adornan. Lejos de cansarse del oficio, lo disfruta más. Mañana habla de él con el periodista Ernesto Escapa en la última entrega de La biblioteca del hombre en el Museo de la Evolución Humana (20.15 horas), donde llega con su último libro, La puerta de los pájaros (Impedimenta).Pregunta- Hace ya mucho tiempo vivía en Portugal un rey que se llamaba Dinis. Pensaba que ya no existían libros que empezaran así...Respuesta- La puerta de los pájaros es una novela, pero a la vez un cuento de hadas. Yo soy un defensor de esta literatura. El hombre y la mujer actuales han perdido esa capacidad de ponerse en contacto con el mundo del mito, que, de alguna forma, les ha acompañado desde el origen de los tiempos. Parece que el ser humano actual, urbano, pagado de sí mismo, hubiera dado la espalda a ese mundo fascinante, lleno de misterio y complejidad, que es el humus del que nos alimentamos. En mi obra hay una constante reivindicación de eso.P.- ¿Invita al lector a observar el mundo con los ojos de un niño?R.- Siempre se dice que el niño no pierde la capacidad de asombrarse incluso hacia lo más común como el vuelo de una paloma, la hilera de hormigas... El niño siempre está al lado de lo que importa más, en los lugares en los que la vida se ofrece. Y en ese sentido el adulto haría bien en plantearse no renunciar a esa mirada, que es la de quien está en el comienzo de las cosas. El adulto piensa que ya todo está definido a su alrededor y todo lo da por sabido y supuesto y su mundo se empobrece extraordinariamente, sin embargo para el niño nada es una sola cosa. Se puede meter debajo de la cama y allí encontrar la puerta a un reino extraño y constantemente está viendo la realidad con los ojos de quien espera encontrar más allá de lo que las cosas parece que son.P.- Por eso dicen que la infancia es la patria de los escritores...R.- Esa célebre frase de Rilke, citada mil veces, de que la verdadera patria del hombre es la infancia es cierta. La infancia es el momento más creativo de la vida. La vida del adulto se rige exclusivamente por la razón y la del niño es más honda y más abierta a un montón de cosas.P.- Este libro es una puerta abierta a la fantasía. ¿El realismo impuesto por la crisis la ha comido terreno?R.- No solamente la crisis. Nuestro mundo, el urbano y el occidental, ha prescindido de ella. Cuando se habla de la fantasía o de la imaginación parece que lo estás haciendo de algo que de alguna forma sirve al hombre para evadirse de lo real y sustituir este mundo, que es problemático, por otro más hecho a la medida de sus deseos, pero esto no es así. La imaginación no es una huida de lo real, sino todo lo contrario, es una forma de adentrarnos de una manera más honda en lo real, es ver más allá de lo que parece que es el mundo, que es lo que constituye nuestro verdadero ser, nuestros sueños, deseos...P.- Su padre, el rey, tenía una gran biblioteca, y Constanza se pasaba las horas leyendo. ¿Cómo es la suya?R.- Con la literatura pasa una paradoja, cuanto más lees, más descubres qué te falta por leer. No hay manera de abarcarlo todo. Una biblioteca es la memoria de todo lo que de extraordinario hay en la vida del ser humano porque el escritor se alimenta de eso, escribe sus obras desde los momentos más intensos que ha vivido, y los libros están llenos de cosas extraordinarias. Una biblioteca es un tesoro, lleno de cosas sorprendentes, y es inagotable. Como aficionado a la lectura me siento muy afortunado, uno de los grandes dones que he recibido al nacer es mi afición a la lectura, que es maravilloso, y que a una gente toca y a otra no.P.- ¿Cómo ve la literatura de Castilla y León?R.- Un escritor no es de un lugar, pero sí es cierto que nuestra comunidad ha generado muchísimos buenos autores. No sé si es casualidad que una serie de escritores importantes hayan nacido aquí o hay en esta tierra algo especial que provoque la aparición de más y mejores autores que en otras. Pero sí podemos estar contentos con el plantel que tenemos.P.- ¿Qué pasó en su caso? ¿Qué le llevó a elegir este camino?R.- Llegué a ello únicamente movido por mi amor a la lectura. En la medida en que me gustaba mucho leer, surge la tentación, la llamada de intentar escribir, de hacerlo a la manera de los escritores que admiro. Primero es ese impulso de imitación y en un momento concreto te descubres escribiendo, sufriendo y disfrutando a la vez, porque escribir es costoso, a veces se pasa muy mal, pero realmente es placentero, proporciona momentos inesperados que no hubiera conseguido de otra forma.P.- Al principio fueron los versos, pero se quedaron en el cajón. ¿Ha pensado volver a ellos?R.- Suele ser muy normal empezar con poesía porque coincide con la adolescencia, cuando descubres el mundo, y te lleva a encontrar en la poesía la mejor expresión. Luego me di cuenta de que no era mi camino y me transformé en narrador por mi frustración de no poder ser poeta. Sigo siendo muy lector de poesía, pero no he vuelto a escribir, lo tengo mucho respeto, no me sale como me gustaría y renuncié. P.- Hablando de adolescentes. ¿Cómo ve a los de ahora?R.- Me gusta ir a los institutos porque en los adolescentes veo una especie de desamparo, de fragilidad, que los hace muy literarios, siempre están esperando que los digas algo para entender el mundo, lo que ellos son y ayudarlos a desenvolverse en algo tan desconocido y lleno de incertidumbres.