Encuentro con lectores
«El novelista llega donde el historiador no puede hacerlo»
Ignacio Martínez de Pisón desvela las claves de su literatura en el MEH
A.S.R. / BurgosIgnacio Martínez de Pisón y Ernesto Escapa fuman en la puerta del Museo de la Evolución Humana (MEH) minutos antes de descubrir a los lectores las claves de la literatura del primero, que llega con nueva novela, La buena reputación, una historia que arranca en Melilla en el 46, en los años del Protectorado, con una acción que se prolonga hasta el 87.Uno de los hallazgos del libro es que enciende el foco sobre la importante colonia de judíos españoles en el norte de África, y el éxodo que emprenden hacia el estado de Israel en los años cincuenta en una operación truncada por un naufragio y en la que intervienen los personajes de esta novela.Los hechos históricos y la ficción salen juntos a la pista en un baile característico en la literatura de Martínez de Pisón, que, una vez más, pinta «un fresco de la España del franquismo y de la democracia». Sigue los pasos de una familia de clase media, que volverá a la península desde Melilla para regresar en los ochenta y asistir allí al ingreso del país en la Unión Europea y cómo a los musulmanes melillenses se les niega la ciudadanía española.«Se trata de reflejar una época que muchos españoles hemos conocido bien y hemos vivido. Los novelistas tenemos el compromiso de retratar nuestra sociedad porque somos productos de ella. La España actual tendrá quien la cuente dentro de treinta años, pero a mí me toca la que yo viví, que es la de finales del franquismo y la transición. En vez de hacerlo a través de la grandes figuras de la historia lo hago con seres anónimos, personajes de la clase media en los que nos resulta más fácil reconocernos», traza el escritor zaragozano y añade: «El novelista llega donde el historiador no puede hacerlo porque este reconstruye una época a través de datos objetivos, pero no con la intrahistoria de la que hablaba Unamuno, los pequeños detalles que dan el aroma de época. Seguramente la imagen que tenemos del siglo XIX es la de sus novelistas y puede ser que a través de nosotros queden también imágenes del XX para que las generaciones del futuro conozcan la hazaña de sus antepasados».Lo que no se plantea Martínez de Pisón es pasar esa barrera de finales de los ochenta, en la que se quedan sus relatos. «La España más reciente se la dejo a los jóvenes que, seguro, la sufren más que yo y se convierten en protagonistas como mi generación lo fue de la transición y la democratización», expone el Premio Nacional de la Crítica 2011 por El día de mañana.