El Correo de Burgos

BURGOS / Exposición

Versos y vid para un mágico bestiario

El poeta y pintor leonés Adolfo Alonso Ares muestra ‘El arte del vino’, una colección de 32 obras realizadas con los caldos de la Comunidad

Adolfo Alonso Ares desvela los entresijos de una pintura a Alejandro Sarmiento, Pablo R. Lago, Fernando Gómez, Juan Luis Arsuaga y Ángel Ibáñez, entre otros.-Raúl Ochoa

Adolfo Alonso Ares desvela los entresijos de una pintura a Alejandro Sarmiento, Pablo R. Lago, Fernando Gómez, Juan Luis Arsuaga y Ángel Ibáñez, entre otros.-Raúl Ochoa

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Cuando Adolfo Alonso Ares era un niño, el desván de la casa de sus abuelos se presumía como un lugar mágico habitado por seres fantásticos. Nunca dejó de soñarlos y siempre evitó ascender aquellas escaleras. Ahuyentó así la desilusión de no encontrar entre cachivaches y telarañas el rico universo que su imaginación había creado. Del imaginario de aquel niño fantasioso hay mucho en El arte del vino, la exposición del poeta y pintor leonés que El Mundo-Diario de Castilla y León inauguró anoche en el Museo de la Evolución Humana (MEH), donde permanecerá abierta hasta el 27 de febrero (entrada gratuita).

Pero en El arte del vino hay también mucho de la tierra de Castilla, de los colores del otoño, que es la estación del vino, del «hombre que ama y siente la tierra, que ha dejado su huella en los caminos y en la tierra labrada, y que la deja como legado», de la soledad de los monasterios, donde empiezan a aparecer esos animales mágicos y donde también se elaboran caldos, «sangre de la tierra», como los que ahora riegan esta comunidad y que el artista ha subido a su paleta para dar vida a esta particular y olorosa colección. Ribera del Duero, Arlanza, Arribes, Rueda, Toro, Cigales, Bierzo, Tierra de Salamanca...

Tintos secados al sol o a la sombra, dejados avinagrar e incluso enmohecer, mezclados con los acrílicos o cogidos directamente con el pincel, se distribuyen en el papel para dar vida a animales enraizados en la historia de los pueblos de Castilla. Gallos, aves, toros, unicornios...

El monte de la niebla / es mi legado / la soledad es viento. / El cristal de la luna / un laberinto. / El toro de la lluvia / es un silencio. / Mi sombra / se ha dormido / en otra sombra.

Cuenta Adolfo Alonso Ares que en el inicio de esta colección tiene mucho que ver su inquietud por escuchar a la gente de los pueblos, por los que gusta perderse cada cierto tiempo. Él atiende sus leyendas, sus historias y supersticiones. Y vio que los bestiarios están muy presentes en ellas, «en nuestros miedos, temores y magias», y para él es un paso más en la búsqueda de la voz poética.

«Todo forma parte de la propia poesía. Conforma un mismo estadío con ella», apunta Alonso Ares, que dibuja al tiempo que compone los versos. No hay inicio y final. La pintura es poema, el poema es pintura. Y todo es tierra. «Enraíza todo ahí porque tiene un valor simbólico y de intimidad. Me gustan mucho los paisajes humanizados, los que el hombre casi ha domesticado, porque tienen la pauta que él sabe dar a las cosas, en ellos están las manos de quienes los trabajó, los sudores de las gentes que a lo largo de las generaciones construyeron esos paisajes, llenos de animales como los que están aquí», se explaya el autor, que pinta todos los días, siempre en compañía de la soledad.

La soledad es lluvia / que conoce los versos del poema.

Paradójicamente, mucho tiene que decir el silencio de los conventos -«las clausuras son lugares para soñar»- porque, dice el Premio Gil de Biedma y Premio Fray Luis de León, que solo con él pueden aparecer estos mundos, «que solo viven en el interior».

Porque conoce el cosmos / que aglutina / un milagro de estrellas. / La plenitud se ha roto / en un arroyo.

En buena compañía

El destino ha propiciado que este mágico bestiario de Adolfo Alonso Ares coincida en el tiempo y en el espacio con Bestiaria. El descubrimiento de un reino, que evoca la relación del hombre con el mundo animal desde la prehistoria a la actualidad.

Sobre esta feliz casualidad llamó la atención el director del MEH, Juan Luis Arsuaga, que, junto al director de El Mundo-El Correo de Burgos, Ricardo García Ureta, ejerció de anfitrión en una inauguración en la que también estuvieron los directores de El Mundo de Castilla y León, Pablo R. Lago, y de El Mundo-Diario de Soria, Juan Francisco Corcuera.

Al acto asistieron igualmente representantes de la sociedad burgalesa como el subdelegado de la Junta, Baudilio Fernández Mardomingo; los concejales del Partido Popular Fernando Gómez y Ángel Ibáñez; la nueva secretaria provincial del Partido Socialista, Esther Peña; el senador socialista Ander Gil; el procurador socialista David Jurado; el director general de la Fundación Caja de Burgos, Rafael Barbero, y el de Cajacírculo, Luis Bausela; la jefa de Comunicación en Burgos de La Caixa, Carmen Alsina; el presidente de la Asociación Provincial de Libreros, Álvaro Manso; o el gerente del Sistema Atapuerca, Alejandro Sarmiento.

Todos se dejaron sorprender por el soñado bestiario de vino y versos de Alonso Ares.

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