‘Pólvora y pinceles’, en la línea de batalla

Acuarela, óleo, collage y escultura frente a fusiles, mosquetes, carabinas o escopetas. Un batallón de obras de arte de veinte creadores burgaleses se enfrenta a otro integrado por armas históricas en Pólvora y pinceles, la ya clásica exposición made in Burgos en el Palacio de Capitanía, desde hace un año sede del Museo Militar, que busca tender un puente con la sociedad, en este caso con su alma artística.

Veinte autores han cogido el guante tendido por la Comandancia Militar, que en esta ocasión les ha pedido expresamente que reflexionen sobre el motivo castrense.

Jesús Aguirre, Rodrigo Alonso Cuesta, Enrique Barrio Solórzano, Amparo Castellanos, Carmen Cuesta, Santiago del Pozo, Cristino Díez, Emilio Herrera, Marticorena, Juan Antonio Martín Oña, Francisco Ortega, Revilla XII, Juan Ángel Saiz Manrique, Carlos Santamaría, Guillermo Sedano, Óscar Ulpiano, Miguel Ángel Velasco, Antonio Velayos, Dolores Román y Pascual Cadenas han incorporado el color caqui a la paleta cromática.

Algunos colocan un clavel en el fusil y aplauden la labor humanitaria del Ejército como el convoy sanitario de Guillermo Sedano o la mirada a la Unidad Militar de Emergencias (UME) de Enrique Barrio: «He creído relevante destacar esa misión de salvar vidas».

Otros contraponen guerra y paz. Léase Santiago del Pozo, con un guiño a la infancia, o Carlos Santamaría, con sus soldaditos de plomo. Hay quien viaja al paisaje de después de la batalla como Dolores Román y quien saca los tanques a la calle como Antonio Velayos.

Francisco Ortega, que confiesa sentirse fuera de lugar entre tanto uniforme y en un escenario tan solemne, subraya la sensibilidad del uniformado y, aunque no ha titulado su obra, da por bueno el de Los soldados también lloran. Los protagonistas del Ejército también saltan al lienzo de Martín Oña, Óscar Ulpiano, Amparo Castellanos o Revilla XII -durante la Noche Blanca pintará cien cristos en Las Huelgas-.

Imponente resulta la escultura de hierro El guardián de Occidente, de Cristino, y sorprendente una vez más el realismo de las acuarelas de Marticorena.

Pólvora y pinceles suma fuerzas para que Capitanía arrebate a la Catedral el primer puesto en el top de edificios más visitados en la Noche Blanca. Saben que es misión ardua. Pero no habrá bandera blanca.Las cuatro chicas de Felipe VI en el Salón del TronoRosa Muñoz, Olga López, Ángela Cortijo y María Pérez estaban tan nerviosas como si delante de ellas estuviera el Rey de España en carne y hueso y no en pintura como era el caso. No era para menos. Se presentaba en sociedad el cuadro de Felipe VI que a partir de ahora presidirá el Salón del Trono del Palacio de Capitanía y estas cuatro mujeres del taller creativo El Candil son sus autoras. Explicaron que con él habían querido volver a los orígenes de la pintura, reivindicar la pincelada de los retratos antiguos y apostar por una línea realista, en la que se viera al nuevo monarca en una actitud de serenidad y calma, con el uniforme de gala y con especial cuidado en el acabado de las texturas. Este retrato sustituye al de Juan Carlos I, que ocupaba este lugar desde los años ochenta y estaba firmado por el burgalés Luis Ortega.