Música
Héroes para una partitura
La recuperación de ‘Scherzo’, de Regino Sainz de la Maza, en un disco sobre la Generación del 27, la inminente publicación de una obra inédita de Olmeda y el constante rescate de piezas de Antonio José propician una segunda vida a estos autores
Los compositores burgaleses viven una segunda oportunidad en los escenarios y estudios de grabación por obra y gracia de musicólogos e intérpretes que han brujuleado por los archivos y quitado el polvo a sus partituras para librarlos de las fauces del olvido. El guitarrista gallego Samuel Diz acaba de publicar el disco Impresiones y paisajes, como el primer libro de Lorca, en el que incluye Scherzo, de Regino Sainz de la Maza, que presenta este jueves en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y el investigador burgalés Antonio de la Fuente ultima la salida de Cuarteto de cuerda en Mi bemol mayor, de Federico Olmeda, recuperada con motivo de la celebración el año pasado del 150 aniversario de su nacimiento, que pasó de puntillas por Burgos, la ciudad que acogió gran parte de su legado.
Impresiones y paisajes rastrea la guitarra en la Generación del 27, «un crisol de composiciones que toman a Federico García Lorca como punto de encuentro de lo popular y erudito, de un legado intelectual y artístico que renovó la música española a partir del folclore como sustento y ente abstracto».
Se incluyen cinco canciones populares recogidas por el propio poeta granadino, dos de Falla y piezas de Rosita García Ascot, Rodolfo Halffter, Juan José Mantecón..., miembros del llamado Grupo de los Ocho, jóvenes que se presentaron en 1930 en la Residencia de Estudiantes y que «encontraron en Regino Sainz de la Maza (1896-1981) el alma creativa del renacimiento de la guitarra».
La pincelada burgalesa en este álbum, publicado por Poliédrica, que busca escenario para presentarlo a orillas del Arlanzón, se extiende en todos sus acordes pues García Lorca dedica unas buenas páginas de su ópera prima, que da nombre al disco, a a su paso por Burgos: la Cartuja, San Pedro de Cardeña, Silos...
El sangriento hilo de la Guerra Civil une al autor de Bodas de sangre y al compositor burgalés Antonio José. De la muerte de ambos fusilados en 1936 se cumplen ochenta años.Antonio José, en el foco
La Orquesta Sinfónica de Burgos recordó esta efeméride en el concierto de anoche con la interpretación de Suite ingenua, una pieza que, observa el director de la OSBu, Javier Castro, fue publicada por Tritó y grabada por la Sinfónica de Castilla y León en un disco publicado por Naxos en 2005. No es la primera vez que Antonio José sube a las tablas con esta formación. Hace tres años estrenó la versión orquestal de El molinero y también ha interpretado la Sinfonía castellana.
Y es que los focos se encendieron sobre él durante el centenario de su nacimiento en 2002 y desde entonces es constante el estudio de su obra truncada por las balas.
Carlos Goicoechea reunió sus piezas para piano en El canto del dolor (2013) y el mencionado Antonio de la Fuente hizo lo propio con sus sonatas en Paisaje de atardecer (2011), incluida la inédita Sonata en sol, y con un puñado de temas en Minatchi (2014), título cogido de una sorprendente ópera. Además, juntó en Campanas del alba (2008) la música popular burgalesa para guitarra de Olmeda, Antonio José, Jacinto Sarmiento, Justo del Río y los hermanos Regino y Eduardo Sainz de la Maza.
«Es muy importante sacar toda esta música a la luz, porque suena, porque está viva en nuestra época, mostrándola con toda su calidad, a través de su análisis e interpretación, siguiendo el rigor científico y la tradición musicológica europea. La música popular siempre ha sido la inspiración de cualquier nueva creación», arguye De la Fuente preguntado por la importancia de recuperar a estos autores.
Añade que «lo primordial en estos momentos es el rescate literal de la memoria de Antonio José», cree que el ochenta aniversario de su muerte «es la esperada ocasión para hacerle un justo homenaje» y avanza que «una vez superado este necesario escalón, se publicará mi última investigación realizada en la Sorbona, con material inédito referente a su vida, obra y asesinato».
También en la memoria del compositor asesinado se ha adentrado el musicólogo Miguel Ángel Palacios Garoz, autor de su biografía más completa, En tinta roja. La Fernán González publicó hace tres años un libro con diez cánticos religiosos, seis inéditos, y hace cuatro reunía cinco canciones para niños inéditas con letras de Juan Ramón Jiménez o del periodista Eduardo de Ontañón.
Durante la presentación de ese segundo volumen, Rodrigo Calzada, exdirector del Coro Universitario que ayudó a Palacios en la edición, habló de la existencia de cinco temas infantiles más. Durante este tiempo, ambos han luchado sin éxito por sacarlas a la luz y ayer mismo, preguntado por este misterio sin resolver, apuntaba que han perdido cualquier esperanza. «No ha habido manera», lamentaba.
He ahí aún partituras que suspiran por un héroe que las rescate.