Exposición
Inspiración silente en San Juan
Cuarenta pintores y escultores participan en la colectiva ‘Desde el silencio. San Bruno y la Cartuja’ con la que los Incondicionales anticipan su centenario, a celebrar en 2018
Las filigranas de piedra que dibujan el interior de la Cartuja de Miraflores y su austero y delicado exterior, los monjes que la habitan guardando los votos de pobreza, castidad y obediencia y hasta el sublime silencio que la domina saltan al lienzo o son cincelados por cuarenta artistas burgaleses que se han dejado tocar por la varita mágica de la inspiración cartuja y han dicho sí a los Incondicionales de San Bruno. Esta asociación se adelanta a su centenario, a celebrar en 2018, y orquesta Desde el silencio. San Bruno y la Cartuja, una exposición colectiva que ocupa el claustro del Monasterio de San Juan hasta el 30 de octubre -no todos los nombres que aparecen en el folleto participan, falta una veintena-.«Esta exposición quiere demostrar que todos los burgaleses tenemos a nuestra preciosa Cartuja como parte de nosotros al ser uno de los principales monumentos de Castilla y de España», explican desde esta asociación que aglutina a un grupo de hombres y mujeres que «fielmente» asisten los domingos a la Cartuja de Miraflores.La estampa exterior de este imponente monasterio, antiguo palacio de recreo de Enrique III El Doliente, guía la mano de Oliver Vicario, que acompaña con la imagen de San Bruno; de Miguel Ángel Velasco, con uno de sus paisajes escritos por versos; de Fabri, que se decanta por una vista nevada; de Laura Esteban, que juega pizpireta alejada de ese recogimiento imperante; de Rubén Arroyo, con una mirada nocturna de seductora paleta; de Marticorena, con una sugerente acuarela; o de Susana Esteban, que se lanza con la pintura dentro de la pintura.Su interior también deslumbra a alguno de los artistas. Íñigo M. Araújo exhibe un tríptico, al modo de las reconocibles tablas flamencas, que se recrea en el patrimonio que guarda, como el sepulcro del infante Alfonso, obra de Gil de Siloé, sin perder el foco de la figura humana, la que acude allí, a orar o a dejarse deslumbrar.Luis Portilla enfoca el zoom hasta uno de los elementos arquitectónicos del cenobio e hiperrealista es el dibujo a lápiz de Jesús San Eustaquio.Alí de Unzaga, Desan, Marta Tapia, Carlos Anuncibay, Roger Redondo, Sonia Rocano... caen atrapados por el monje cartujo. Su recogimiento, su delicadeza, su blancura...San Bruno se merece igualmente la atención de un puñado de creadores. Desde el conciliador de Juan Mons al inquietante de Teodoro Ruiz pasando por los de Beatriz Marcos, Eduardo Sánchez, Francisco del Hoyo, Rafael Mediavilla, Juan Martín Oña, Amor Díez Pardo... Guadalupe Óscar se desmarca con la representación del libro de la regla de San Bruno.Y el silencio se hace verbo en la juguetona instalación de Humberto Abad. Lección incluida, atribuida a Beethoven: Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo.
Con nombre propio
Amparo Castellanos, Amor Díez Pardo, Ángel Saiz del Val, Ana Núñez, Beatriz Marcos Garrido, Blanca García Báscones, Carlos Anuncibay, Desan, Eduardo Sánchez, Emilio Herrera, Fabri, Francisco del Hoyo, Guadalupe Óscar, Hermenegildo Lomas, Humberto Abad, Íñigo M. Araújo, Isacio de la Fuente, Ismael Alí de Unzaga, Javier Arias, Jesús San Eustaquio, Marticorena, Juan Martín Oña, Juan Mons, Laura Esteban, Luis Portilla, Carmen Cuesta, Marta Tapia, Miguel Ángel Velasco, Milagros Casado, Néstar, Oliver Vicario, Pedro Martín, Rafael Mediavilla, Revilla XII, Roger Redondo Argüelles, Rubén Arroyo, Saiz Manrique, Sonia Rocano, Susana Esteban, Teodoro Ruiz y Verónica Alcácer son los artistas con obra en el claustro del cenobio de San Juan.