FESTIVAL ESCENA ABIERTA
Un divertimento sin prisas ni frivolidades
La compañía L’Alakran propone al espectador burlar la exigencia social de vivir para producir y le invita a sumarse al juego de ‘La conquista de lo inútil’ como uno de los placeres actuales
Sus veinte años en el mundo de las artes escénicas han convertido a L’Alakran en una de las compañías gurús del teatro contemporáneo español y europeo. Tras la representación de Psicofonías del alma (2005) y Kaïros, sísifos y zombis (2010), regresan al Festival Escena Abierta con su último montaje, La conquista de lo inútil, una suerte de divertimento con pinceladas cómicas, reflexivas, emotivas o filosóficas que supone una nueva mirada de sus integrantes al mundo en general y al suyo en particular justo cuando la empresa celebra sus dos décadas de vida y ellos andan en la cincuentena.La conquista de lo inútil da paso a diez días de escena contemporánea en la ciudad. Se representará hoy y mañana en el Teatro Principal (21 horas, 8 euros, aforo limitado al patio de butacas). Función que ambos días irá precedida por un paseo por la ciudad que partirá del mismo Principal a las 13.30 horas, está abierto a todo el público y no es necesario hacerlo para ver la obra ni viceversa.«La conquista de lo inútil habla de ese mundo en el que todo tiene que ser productivo. Se exige siempre hacer cosas con una utilidad inmediata y el espectáculo reivindica precisamente lo contrario», explica Bárbara Giongo, cofundadora junto al donostiarra Óscar Gómez Mata de la compañía con sede en Ginebra y productora del espectáculo estrenado el pasado mes de octubre en el lugar sin límites de Madrid.Advierte que esta producción se plantea como un juego, entre los actores y el público, pero «también habla de cosas importantes como la muerte, la vida, el paso del tiempo..., pero siempre volviendo a esta idea de la inutilidad, tan importante en esta sociedad donde todo, todo debe hacerse ya cuando es necesario tomarse su tiempo».Todo empezó, recuerda uno de sus intérpretes, Txubio Fernández de Jáuregui, con un reencuentro en Vitoria. Hacía tiempo que no se veían y creyeron oportuno hacer algo juntos. Se toparon con unas personas en la cincuentena, acercándose a los sesenta. «Y lo primero que se nos ocurrió es que podíamos hacer cualquier cosa, pero no ser unos horteras. Fue lo primero que nos vino. Nos preguntamos cómo recuperar el entusiasmo y creímos que debíamos volver al origen y ahí se encuentra el juego, aunque ahora está depurado, ha pasado por circunstancias diversas», anota el actor, que ha visitado los escenarios burgaleses junto a las compañías Zanguango y Trapu Zaharra y ha colaborado con Gómez Mata en anteriores proyectos como el de Legaleón-T, fundado en los ochenta por el director, autor y escenógrafo vasco.«Es también una reunión de amigos basada en gente muy entusiasta que está en esa búsqueda de la recuperación de la vida que puede ser rescatar la identidad», concluye al tiempo que advierte un tono cambiante en la pieza.«Va basculando por diferentes estados. Tiene cosas muy divertidas, pasa a tonos muy graves y cuenta con momentos de gran emoción según se acerca el final. Salta de una situación a otra. No es lineal. A veces hablas con gente y te dice ‘no sé qué me ha pasado, ha sido un gran viaje’. Te va llevando por distintos sitios», destaca y agrega que, desde luego, es lúdica, «pero cuando se juega de verdad también hay una gravedad, una poética y una emoción».La experiencia con un chamán boliviano, el «bobo chorreante y babeante que todos llevamos dentro y que a veces dice grandes verdades» al que alude Vila-Matas o el hilo salido de un jersey que nos obnubila en el momento más importante de la vida juegan en esta propuesta que abre la clásica cita de los burgaleses con los nuevos lenguajes teatrales en enero.Un encuentro que Fernández de Jáuregui, confeso espectador del Escena Abierta, en el que actúa por primera vez, aplaude: «Son muy necesarios este tipo de festivales para la escena de todo el estado y, por desgracia, no hay demasiados».Giongo manifiesta igualmente la importancia que tiene presentar sus montajes en España para L’Alakran, muy apoyada en Ginebra por todas las administraciones y una de las compañías más respetadas de la zona francófona, con un campo de acción que alcanza a Latinoamérica, Portugal, Francia e Italia.