Exposición
El último capote de Goya
‘Goya en Burgos. La tauromaquia’ reúne una colección de grabados del pintor de Fuendetodos realizada en 1921 por el Círculo de Bellas Artes para celebrar la compra de los cobres a Francia. En el Teatro Principal hasta el 26 de marzo
Cuentan que Francisco de Goya fue torero en su juventud, que hasta llegó a formar parte de una cuadrilla de novilleros para pagarse su viaje a Italia, dicen que la colección de grabados La tauromaquia, realizada por el pintor de Fuendetodos en el ocaso de su vida, obedece a la nostalgia de aquellos tiempos, también a que necesitara ingresos económicos tras perder el favor del rey, y hay quien defiende al artista como valedor del arte de lidia tal y como se conoce hoy y que descarta que, como mantienen algunos, fuera antitaurino.«Hoy la tauromaquia sin Goya no hubiera sido lo mismo. La labor divulgativa que ha hecho con sus grabados es muy importante», sostiene Javier Gallego a modo de boceto del dibujo que realizará en la conferencia La Tauromaquia en tiempos de Goya mañana en la Sala Polisón (19.30 horas, entrada libre) y que completa la exposición Goya en Burgos: La Tauromaquia, que ocupa la sala del Teatro Principal hasta el 26 de marzo.La colección que viste estas paredes es una quinta edición de estos grabados realizada en 1921 con la que el Círculo de Bellas Artes celebró la recuperación de sus planchas que se encontraban en Francia. Goya había hecho los cobres originales a finales de 1816 y principios de 1817 sobre textos de Nicolás Fernández Moratín.Tras su muerte, se quedaron en un cajón y su nieto los malvendió a un marchante galo y en el país vecino estuvieron hasta ser comprados en 1921, días antes de que el Gobierno francés decretara la no salida de su territorio de ninguna de estas piezas. Ahora están depositadas en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y por ley no se pueden volver a usar. La octava y última edición data de 1973.«Estamos ante una obra cumbre del grabado no solo español, sino universal», destaca Gallego y trae a colación la reciente noticia de que Sotheby’s subastará una colección de una primera edición de La tauromaquia recién aparecida en un castillo francés.La particularidad del conjunto expuesto en Burgos es el uso de tinta pardo rojiza. El comisario desconoce a qué obedece este color, aunque conjetura que puede ser por el uso de sanguina en sus dibujos preparatorios o porque en aquella época abundaban los toros de ese color.Las obras, realizadas con punta seca, bruñidor, aguafuerte y aguatinta, trazan un recorrido por el origen de la tauromaquia, con curiosas escenas con musulmanes en el albero e incluso con el Cid, sigue con la representación de suertes de aquella época con presencia de las dos escuelas principales, la navarro-aragonesa y la andaluza, y concluye con lances de figuras del momento como Pedro Romero y Pepe-Illo.