El Correo de Burgos

Artes escénicas

«En mi obra hay un canto a la vida»

Clara Macías Carcedo habla sobre su proyecto creativo tras saltar a la actualidad por una ‘performance’ en una catedral de Guatemala

Clara Macías Carcedo, durante la ‘performance’ que realizó en Ciudad de Guatemala titulada ‘Por qué la rebelión es como el pecado original’.-MISHA ORLANDINI

Clara Macías Carcedo, durante la ‘performance’ que realizó en Ciudad de Guatemala titulada ‘Por qué la rebelión es como el pecado original’.-MISHA ORLANDINI

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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«Una burgalesa se desnuda en una catedral de Guatemala para reivindicar el cuerpo de la mujer ‘sin culpa’». Este titular aparecido en la edición digital de El Mundo ayer hacía que de buena mañana muchos paisanos se detuvieran en esa noticia que, probablemente, hubiera pasado desapercibida para la mayoría sin el destacado uso del gentilicio de la protagonista de la información, que relata la performance que la artista Clara Macías Carcedo realizó en el marco del Festival Internacional de Performance Forma y Sustancia celebrado en Ciudad de Guatemala.Y, efectivamente, Clara Macías es una artista nacida y criada en Burgos con una importante trayectoria creativa en el campo de las artes escénicas en el más amplio sentido de ambas palabras. Da fe su página web: http://claramacias.weebly.com.Seguir la pista a Clara Macías en Burgos es difícil. Su trabajo se ha desarrollado fuera de la ciudad donde nació hace 32 años y donde, tras unos años en Madrid, residió desde los siete hasta los diecisiete años. Desde entonces vuelve cada año para visitar a la familia. Recuerda que con quince estaba estudiando en la Escuela Municipal de Teatro de Burgos. «Coincidí con la dramaturga María Velasco, con la que después me volví a cruzar en Madrid, admiro su trabajo como mujer de teatro, y también estoy en contacto con Bárbara Bañuelos (JU), a la que sigo con profundo respeto y admiración. Ambas tienen voz propia en un mundo que no es fácil», se explaya su colega y destaca igualmente los buenos recuerdos que guarda del Festival Escena Abierta. «En él comencé a ver teatro contemporáneo y fue muy inspirador desde mi juventud», observa al tiempo que señala que ya desde niña sus padres y abuelos la llevaron al teatro, al ballet, a ver exposiciones... «Desde entonces me apasionó lo artístico y lo escénico».Tanto caló que estudió Artes Escénicas, Cine y Comunicación Audiovisual en Madrid. Anota que le interesa el trabajo multidisciplinar, «los límites entre lo teatral, lo performático, lo cinematográfico...», y que en estos momentos está centrada en la performance, vídeo arte y el teatro experimental.«Son las disciplinas con las que mejor puedo expresar las ideas que quiero comunicar», subraya y entre los temas que trata está el rescate de la historia, vida y obra de mujeres artistas y pensadoras «relegadas a una especie de olvido». Desvela, por ejemplo, que en esa búsqueda encontró en su árbol genealógico a la escritora María Teresa León, aunque también ha sacado de esa niebla a la poeta mexicana Nahui Olin, a la artista exiliada española Remedios Varo...¿Qué le llevó a cruzar el charco hace seis años y fijar su residencia en México?«La vida me trajo a este país de gran conocimiento ancestral, mágico, cuna de surrealistas y muy generoso», responde Macías que en la actualidad es maestra de creación escénica y performance en La Casa del Lago, centro cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México, y está trabajando en la plataforma online www.arsmagica.mx, que promueve arte de acción y acciones participativas y teje redes entre artistas y artesanas. «Ser inmigrante me ha hecho una persona más flexible, abierta y creativa. Para mí viajar es una gran escuela y la vida el gran viaje», añade esta inquieta creadora con una intensa carrera vital y artística, con intervenciones en Madrid, México, París, Santiago de Chile, Nueva York... y Ciudad de Guatemala.En la capital centroamericana realizó a finales de febrero la performance Por qué la rebelión es como el pecado original, que la ha descubierto a sus paisanos.¿En qué consistió? «Me pareció interesante hacer reflexionar sobre la idea de lo sagrado. Es una performance sincrética, ya que antes de esta catedral existía un templo azteca o maya y el símil entre el cuerpo femenino y lo sagrado es aún un tema tabú. Quise hacer una acción poética mediante un ritual con flores y velas, fue un gesto poético. Entiendo que aparezcan varias lecturas, en la performance como en el teatro estás o no estás y es un lenguaje abierto que permite dejar espacio al espectador para hacer sus propias interpretaciones».¿Por qué se cubrió con una gasa y no entró desnuda? «Me gusta vestir esta túnica que diseñó la arquitecta y diseñadora de moda burgalesa Rocío Varona Pintor. Ella lo creó con un shari rosa de la India, para mí el material y los colores son importantes. También llevaba rosas en el cabello como homenaje a la mujer mexicana».¿Cómo respondió el público? «Su reacción fue de mucho respeto y una comunicación muy bella». ¿Cuánto de provocación hay en su trabajo? «El arte de acción surgió con una esencia provocadora, pero en cada trabajo que hago confronto algo de mí misma con mi cuerpo, mi sensibilidad y mi libertad creativa», sostiene y descarta cualquier posibilidad de hacer esa misma acción en la Catedral de Burgos. Y no por falta de arrojo.«No me gusta repetir trabajos, los hago para lugares y contextos muy concretos. Es una experiencia más en mi obra y prefiero continuar creando», afirma Macías al tiempo que defiende una mayor unión entre el ser humano y la naturaleza. Ella lo tiene claro. «En mi obra hay un canto a la vida, al poder del ahora y a la capacidad que tenemos de generar realidad a través de nuestro pensamiento», concluye la autora, que siempre lleva en su mochila las ganas de «seguir aprendiendo, viajando, soñando y creando» y que está preparando una nueva obra de teatro, Espectro visible. Primer color, que, «ojalá», espera traer a España y a Burgos.

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