Las letras recuperan la alegría

Ni los chaparrones que salpicaban alguna jornada, casi a traición, lograban ensombrecer el resultado final. La Feria del Libro se despedía ayer hasta la próxima dibujando una sonrisa en el rostro de sus promotores. Y es que el balance de estos diez días de citas con las letras es muy positivo, tanto que arroja el primer aumento de ventas respecto a años anteriores desde hace mucho tiempo. Sin regresar, eso sí, a las cifras previas a la irrupción de una crisis que cerraba a cal y canto los bolsillos, la sensación general es que «ha vuelto la alegría».

«Estamos muy satisfechos en casi todos los aspectos», afirmaba contenido el presidente de la Asociación de Libreros de Burgos, Álvaro Manso, cuya valoración, no obstante, se ‘desataba’ a medida que entraba en detalle.

Más allá del incremento del desembolso en las casetas, que bien vale una celebración, el portavoz del gremio local destacó el alza de la participación. «Quizá ha habido más acierto en la configuración del programa o en la selección de los autores, a partir de un perfil que hemos ido definiendo poco a poco, o puede que hayamos comunicado mejor, porque hemos visto que la gente sabía qué teníamos programado y cuándo. Las razones pueden ser diversas pero lo cierto es que casi todos los actos han tenido bastante público, completándose incluso los aforos de los catalibros y talleres infantiles», relataba, a la espera de conocer los pareceres de sus colegas.

Y sí, hay relevo. Los lectores menudos han sido determinantes en el éxito cosechado. «Queríamos reforzar la relación con los centros escolares y damos por cumplido el objetivo», añadía Manso, convencido de que, en vista del resultado, se ha «encontrado el camino a seguir en el futuro». Aunque «habrá que corregir detalles para mejorar y abundar en lo que funciona».

La prueba de la buena nota en general que la organización otorga a la cita es el largo silencio que se escucha al otro lado del teléfono cuando se le pide a Álvaro Manso que escoja el evento estrella y el autor vencedor. Eran varios y elegir, complicado. Enumera las presentaciones de David Trueba, Luz Gabás o Máxim Huerta -que «firmó durante hora y media»- aunque, insiste, no fueron los únicos encuentros con gran respuesta. «También las firmas de autores locales han estado muy animadas».

Entre los títulos más requeridos a los libreros ubicados entre los plátanos no hay sorpresas: sobresale Patria, de Fernando Aramburu. En segunda posición Manso colocaba a Trueba y su Tierra de campos. En clave local subrayó el enorme tirón de Cocinando en familia de la ilustradora burgalesa María de la Fuente. «Ha arrasado», apostilló.

VOCES PARA AGRADECER EL LEGADO DE TINO BARRIUSO

Imprevisto, como su marcha, fue el homenaje que la Feria del Libro quiso rendir ayer a Tino Barriuso. El marco se prestaba para recordar el legado literario que el poeta burgalés ha dejado. A viva voz, en una lectura pública «espontánea, sencilla y muy emotiva», fueron decenas -escritores, libreros, amigos, incluso familiares cercanos- los que quisieron celebrar la obra de Barriuso, en la que quedará para siempre.