El otro alivio del enfermo

Jónathan Martel es enfermero, trabaja en Gran Canaria, llevaba tiempo queriendo acercarse al payaso de hospital y cuando Terapiclowns le informó que realizaría un curso de iniciación se cogió un avión y se plantó en Burgos. Le gustaría crear un grupo en su tierra, pero sabe que es una meta ardua y de largo recorrido. A Erika Mata le suscitaba curiosidad el mundo clown y se muere por aprender a arrancar una sonrisa a los pequeños que lo pasan mal y, después de perder el tren hace tres años, lo ha cogido. Iñaki Alonso se prepara como auxiliar de enfermería y ve en este arte un complemento ideal para su trabajo. ¿Le gustaría ejercerlo? Sí, pero no tiene prisa.A Diego Rey le separa mucha distancia del mundo de las batas blancas, trabaja en el campo de la educación ambiental, se tiene por un tipo serio y creyó urgente aprender a reírse de sí mismo por lo que vio en esta actividad una oportunidad de enriquecimiento personal y encantado zarpó en este barco, sin descartar colocarse la nariz roja en algún momento. Miren San Martín es una de las veteranas de la escena burgalesa y, con ganas de explorar nuevos terrenos y maravillada por la «increíble e importante labor» de Terapiclowns, decidió acercarse un poquito más a este ámbito desconocido para ella. Sergio Vilches engrosa la lista del paro, es auxiliar de enfermería, y, además de creer que este taller le ayudará a sacar su yo, «que está muy atorado y saturado», espera aprender una manera diferente de dirigirse a sus pacientes.Los seis participan este fin de semana en un taller de iniciación de payaso de hospital impartido por Alicia Benito y Carlos de la Torre, miembros de Terapiclowns, «un servicio que pone en práctica las propiedades terapéuticas de la risa» en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) y en Fuente Bermeja, tanto el hospital como el Centro de Rehabilitación Psico-Social, desde el año 2009.¿Cuáles son las claves para dar los primeros pasos con una nariz roja entre batas blancas?«Primero hay que ser un payaso, por muchas ganas que tengas si no tienes conocimientos de clown, poco puedes hacer, debes tener un personaje ya desarrollado, que pueda improvisar, algo muy necesario en un hospital, donde te puedes encontrar con distintas edades y situaciones muy dispares, y luego todas tus habilidades en música, títeres y demás son bienvenidas», enumera Benito como requisito esencial.A partir de ahí, la asociación ya puede enseñarle. ¿Qué? La adaptación en el espacio hospitalario. «El payaso, salvo cuando actúa en el aula, interviene en todas las zonas pediátricas, desde los niños que están inmunodeprimidos hasta los que tienen procesos infecciosos, por lo que guías en adaptación hospitalaria a nivel espacial, de conocimientos médicos, protocolos de seguridad...», ahonda la actriz y añade que, teniendo en cuenta todos estos parámetros, su misión es «disfrutar y hacer disfrutar».Pero los niños no son su único público. Junto a él están los familiares y los profesionales sanitarios. «Cada habitación es un mundo. Decimos que trabajamos mucho desde la puerta. No puedes irrumpir sin más, sino que tienes que conocer qué pasa allí para que la intervención sea positiva. Cada lugar tiene una situación totalmente diferente», aclara.De estas pinceladas tomaron buena nota Jónathan, Erika, Iñaki, Diego, Miren y Sergio.Y todo esto no es solo para conseguir que los niños pasen un buen rato, que también, sino que además tiene otros beneficios. «Palía el estrés producido por la hospitalización, devuelve la fantasía infantil, somos esa parte del niño que se merma cuando ingresa. Creemos que la curación no solo está en la parte médica, sino que influye el estado anímico, el trato...», anota y señala que el lema que ondean, ‘hospitales con payasos, hospitales con alma’, va en esa senda.«Es un trabajo bonito y duro. Tenemos la mochila llena de vivencias, de momentos impresionantes», presume Benito y cruza los dedos para poder seguir adelante con este servicio. Y es que la financiación nunca ha sido fácil. Cuentan con una ayuda de La Caixa y la Fundación Caja de Burgos y desde hace tiempo buscan sin éxito la involucración de la Junta. Del Ayuntamiento ya no esperan nada. «Estamos en un limbo, entre Sanidad y Cultura, y de un lado a otro vamos», lamenta y mira con envidia como en otras ciudades se afronta desde el minuto uno como una terapia importante más.Terremoto Show, nuevo proyecto

Los años de trabajo de Terapiclowns han dado sus frutos. En el Hospital Fuente Bermeja se ha creado el proyecto Terremoto Show, un grupo de inclusión que hoy actúa en la clausura del curso (La Parrala, 13 horas, entrada libre). Es una compañía que nace con el ánimo de ser una más en la escena local y, de momento, ya la ha fichado la Biblioteca Municipal para realizar visitas teatralizadas en otoño.