Exposición
Cardeña, un cenobio en el candelero
La Biblioteca Pública recorre la evolución de la escritura, desde los ¡scriptorium’ a la pantalla digital, con el monasterio burgalés como hilo
¿Qué elementos tenía un scriptorium? ¿Qué guardaba un armarium? ¿Qué oficios intervenían en la elaboración de los códices? ¿Qué parte del patrimonio bibliográfico sufrió más durante la desamortización? ¿En qué archivos y bibliotecas se custodian las obras de Cardeña? ¿En qué año se fundó el monasterio? ¿Qué volumen del siglo XII nacido en el scriptorium burgalés se encuentra en la Hispanic Society de Nueva York? ¿Quiénes fueron los más hábiles calígrafos en la primera etapa de esplendor en el siglo X? ¿Qué abad en el siglo XVII consiguió la pena de excomunión para quienes no devolvieran los libros? ¿En qué año se vuelve a organizar la biblioteca tras la diáspora de los monjes y la dispersión de sus bienes en el siglo XIX?Todas estas preguntas (y muchas más) encuentran su respuesta en la exposición Tinta, papel y byte: del scriptorium a la biblioteca digital, que ocupa el vestíbulo y la primera planta de la Biblioteca Pública (plaza de San Juan) hasta el 25 de octubre (de lunes a viernes de 9 a 21 horas y sábados de 9 a 13.30 horas).
La muestra, diseñada por los arquitectos Carlos Barrio Sagredo y José Isidro Cameno Antolín, recorre la evolución de la escritura desde la Edad Media hasta la actualidad con el Monasterio de San Pedro de Cardeña como hilo conductor. El cenobio burgalés continúa acaparando la actualidad esta semana tras la presentación el miércoles de la publicación El Becerro Gótico de Cardeña. El primer gran cartulario hispánico (1086).A esta relevancia alude María José Zaparaín, autora del contenido, que explica que el objetivo es «ver la transformación desde que empiezan los monasterios a producir libros con unas condiciones muy diferentes de las actuales, que pueden llamar la atención a gente más joven, hasta los medios de la digitalización».El recorrido, articulado en distintos capítulos, se adentra en un scriptorium, quién trabaja en él, las herramientas que utiliza, cómo era el lugar dónde se creaban los libros y qué tipo de producción se hacía en Cardeña, desde los manuscritos desnudos a los que incluían miniaturas, y la irrupción de la imprenta.
Se narra el esplendor y el ocaso, que llega en el siglo XIX con las consecuencias demoledoras de la desamortización y la desaparición de los monasterios, para volver a ver la luz en el siglo XX con la llegada de una nueva comunidad.«Y alcanzamos nuestros días con la consideración de esos elementos como bienes patrimoniales junto a la arquitectura, la escultura y la pintura y cómo se utilizan las nuevas tecnologías para preservarlos y difundirlos a través de la red a todo el mundo», añade la profesora, que acudió ayer a la inauguración junto, entre otros, la directora de la Biblioteca, Carmen Monje, el abad de San Pedro de Cardeña, Roberto de la Iglesia, y el delegado territorial de la Junta, Baudilio Fernández Mardomingo.El representante de la Administración regional, que gestiona el centro de titularidad estatal, advirtió de la importancia de que la Biblioteca Pública no sea solo un lugar donde ir a estudiar o a coger libros prestados, sino también un sitio con una dimensión cultural. Un punto de encuentro que ahora propone al visitante un viaje en el tiempo y en el espacio.