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La Espuela / Paco Pinillos, actor y cocinero

«Los refranes no siempre aciertan y a algunos mentirosos no se les pilla nunca»

Por ese orden. La escena guía los pasos de este teatrero que cofundó La Mentira y ha actuado con Ronco o La Tarasca y que supo renovarse y no morir cuando tras quince años dejó de contar -literal- para Excavaciones Saiz. Se puso el delantal y el birrete en los fogones de la Escuela de Hostelería de La Flora y a París se fue con Erasmus. Once meses después volvió a casa y tras trabajar en varias cocinas, abrió su bar, The Artist (La Merced), a la vez que da clases en Fundación Lesmes y en el Cívico de San Agustín.

Paco Pinillos.-Santi Otero

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Pregunta- Empezamos, bien, se ha traído los pantalones puestos...

Respuesta- Sí, sí, tengo muy mala memoria y se me puede olvidar cualquier cosa, hasta los pantalones (entre risas).P.- ¿A qué artista sirve en The Artist?

R.- A todo el que venga, toda persona es un artista en potencia.P.- Su mejor papel ha sido...

R.- El último, Gumersindo, un alquimista que había inventado una poción para viajar en el tiempo.P.- ¿Necesitan Cataluña y España un Gumersindo en sus vidas para arreglar sus desavenencias?

R.- Te iba a decir que España necesita una guillotina en la plaza, aunque es políticamente incorrecto. Debe ser la influencia de mi temporada en Francia...P.- ¿Todos sus platos son redondos?

R.- No, hay algunos con muchas aristas. Si consigues el plato redondo lo mejor es quitarlo de la carta y buscar uno nuevo que te permita seguir creando.P.- ¿Cuál es la estrella de la cocina de Paco Pinillos?

R.- Eso no lo debería decir yo, sino alguien que la deguste.P.- ¿A quién ha conquistado por el estómago?

R.- A nadie, que me lo haya confesado, porque mi pareja y yo nos conocimos de una forma muy de película, en una librería en Madrid.P.- Momento rosa. ¿Sinopsis de ese filme?

R.- Yo estaba comprando un regalo a mi hermano, ella se acercó pensando que yo era dependiente y yo me dije ‘qué chica más guapa, voy a meter fichas’. Han pasado ocho años.P.- Sería un reto seducir con sus recetas a...

R.- Me gustaría ser una alcahueta como Celestina y tener una pócima que hiciera conquistarse a Puigdemont y Rajoy, que tuviesen un flechazo y protagonizaran un beso como el de Brezhnev y Honecker en el Muro de Berlín.P.- ¿Quién lo consiguió con usted?

R.- El primer jefe de cocina que tuve en París, con un plato que suena raro, pero que a mí es un postre que me encantó: fresas con perejil. De lo mejor que he comido nunca. Si puedo, algún día las pondré en la carta del bar.P.- ¿Suenan mejor los aplausos o las propinas?

R.- Los aplausos. Suenan a trabajo bien hecho.P.- ¿Las propinas no?

R.- También, pero los aplausos son más etéreos y su melodía me gusta más.P.- ¿Están más afilados los cuchillos en una cocina o entre bambalinas?

R.- Depende qué cocina y qué bambalinas. En mis fogones están más afilados que entre las cajas con la gente que yo actúo. Cuando estudiábamos teatro había un ejercicio que se llamaba Yo confío, en el que te ponías en manos de otro. Yo me puedo poner en manos de cualquiera de mis compañeros porque sé que no me van a fallar.P.- ¿No vuelan cuchillos en el teatro burgalés?

R.- En algunas compañías, sí.

P.- Fundador de La Mentira, ¿es cierto que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo?

R.- No, los refranes no siempre aciertan y hay mentirosos a los que no se pilla nunca. De hecho, algunos siguen en las altas esferas mintiendo, remintiendo y ¡viva la mentira!P.- ¿Cuándo hizo teatro y no tenía público delante?

R.- Siempre que hago teatro es porque hay público.P.- Después de tantos años encarnando a Rodrigo Díaz de Vivar. ¿De qué se ha convencido?

R.- De que era una persona como todas, si le pinchabas sangraba. Tenía sus defectos y virtudes y una de estas era la generosidad con sus mesnadas.P.- ¿Qué ingrediente le falta a las artes escénicas burgalesas?

R.- Le falta que crean en ellas las altas esferas de algunas instituciones. Nunca he entendido que haya gente que venga de fuera y se le reconozca más que a los de aquí. Pasa en teatro y en todas las artes.P.- ¿Y qué papel tiene pendiente la hostelería de la ciudad?

R.- Ser autosuficiente. Está bien que el Ayuntamiento promueva iniciativas como la de Burgos entre cucharas, pero la hostelería debería ser más independiente, no depender del apoyo institucional, aunque cuente con su respaldo.P.- ¿Sale de aquí una comedia o un drama?

R.- Una comedia. En todo el país, la hostelería vive en una burbuja, como la inmobiliaria.P.- ¿Y si miramos hacia el teatro?

R.- Desde su origen está abonado al drama, no a la tragedia porque no se muere nadie en escena, pero se llora mucho.P.- ¿Lágrimas de cocodrilo?

R.- Sí, a veces, sí, pero un buen actor es el que hace creer que llora sin hacerlo.P.- ¿Hasta dónde cuenta un contable?

R.- Hasta el infinito y más allá. Las trampas, entre comillas, de los contables no tienen fin. La ingeniería financiera es impresionante.P.- ¿Qué resultado da la suma de la gastronomía española y la asiática?

R.- Uno muy chulo, de hecho en Burgos tenemos mucha gente que hace fusión de ambas cocinas, hay muchos referentes y excelentes.P.- ¿El orden de los factores altera el producto?

R.- Sí, cuando doy algún curso lo primero que enseño es el orden de los factores para que el producto no se altere. Es muy importante.P.- ¿Qué hizo por molestar?

R.- Muchas cosas, a veces soy tocanarices y polémico.P.- Pero si dicen por ahí que fuera del escenario es muy discreto...

R.- Intento pasar desapercibido, pero cuando se me calienta la boca...P.- ¿La última polémica?

R.- Lo que está de moda. Cuando te proponen bombardear Cataluña y tú dices que es una barbaridad...P.- Si su vida fuera el plato de un menú...

R.- Una tortilla de patatas, sabrosa, muy nutritiva, redonda.P.- Y si fuera una obra de teatro...

R.- (Piensa). Igual por la influencia del bar (con decoración cinematográfica) me vienen más películas...P.- Aceptamos barco.

R.- (Sin pensarlo). Cantando bajo la lluvia, siempre hay que tener ese espíritu de alegría que transmite. Con una sonrisa es más fácil conseguir las cosas y más en momentos difíciles o ante gente que te quiere hacer la puñeta.P.- ¿Siempre le quedará París?

R.- Siempre, de hecho mantengo la cuenta que abrí en el banco activada porque siempre me quedará París y también porque hacerlo fue casi misión imposible. ¡Luego dicen de la burocracia española!