Un himno a la vida lleno de valentía y superación

Aún tengo la vida es un canto a la valentía y a la importancia de seguir cumpliendo sueños, pero sobre todo, es un himno de superación. Es un recorrido por una experiencia vital que «te hace ver las cosas desde otra perspectiva», asegura Jimena Bañuelos, periodista burgalesa y autora de la novela.Hace doce años, Jimena era diagnosticada de leucemia.Tenía 21 años y cursaba cuarto de Periodismo. Toda la vida por delante. «El libro ha surgido ahora porque he sentido que este era el momento, porque he podido ver aquel capítulo de mi vida con otra perspectiva», explica Bañuelos quien asegura «creer en el destino».A pesar del golpe, ese destino también le trajo una gran bocanada de aire. La curación. «Cuando empecé con la novela ya no tenía miedo al folio en blanco sino al contenido que iba a abordar en él y es que aunque hayas sobrevivido a un cáncer como este, tenía que profundizar en la historia, en las cicatrices que quedan».‘Aún tengo la vida’ es una novela autobiográfica que aborda, desde la propia experiencia, como dos jóvenes se enfrentan a sus propios temores en ese objetivo de encontrarse a sí mismas, mientras una de ellas debe enfrentarse a un cáncer que puede llevarse por delante todos sus sueños. «Mi motivación no ha sido solo contar mi historia, sino ayudar con ella a todos aquellos que están pasando por ese proceso», explica Bañuelos, quien apunta que a pesar del tiempo transcurrido, escribir la novela también ha producido dolor en algunos instantes. «Soy una persona fuerte, pero nadie es de piedra», explica.Y es que, cuando recibes una noticia como esta, «te das cuentas de lo que verdaderamente son las malas noticias» y «tus prioridades cambian». Con ese cambio de mentalidad, la autora siguió peleando por lo que siempre había sido su vocación, el periodismo. «No dejé la carrera de lado, de hecho la acabé estando en el hospital, era mi motivación dentro de ese proceso tan complicado».Para Jimena este libro «es un sueños cumplido». Aunque era algo que tenía planeados sus doctores y su familia- especialmente su abuela Rosario- fueron quienes la animaron a contar su historia. «El fallecimiento de mi abuela, el año pasado, fue ese punto de inflexión, a ello se sumó que me quedé en paro y que contaba con un editor».La novela, no solo quiere ser una herramienta de apoyo, sino que «quiere dar visibilidad al cáncer porque sigue costando mucho asumirlo y hablar de ello, quiere romper con los estereotipos y, sobre todo, ayudar a buscar el lado positivo de las cosas, que el lector no quede indiferente», apunta la autora. Y es que Jimena es muy clara, casi transparente cuando habla de su experiencia. «Siempre digo que me no me alegraré de haber pasado un cáncer, pero sí de todo lo que me ha enseñado». Escribir ha sido también una cura. «He conseguido sacar muchas cosas que tenía dentro y que creía que tenía olvidadas, pero que siguen ahí».Como buena amante de su tierra, Bañuelos ha reservado un importante espacio de la novela a su ciudad natal. «El prólogo es un relato de mi infancia, una etapa que pasé en Burgos, y de la que guardo grandes recuerdos como mi paso por el colegio Saldaña o mis paseos por El Espolón de la mano de mi abuelo, un apasionado y gran amante de su ciudad, igual que yo».Aunque Bañuelos presentó la obra el pasado 22 de marzo en Madrid, se encuentra gestionando una presentación en Burgos, que «previsiblemente tendrá lugar el próximo mes de mayo».