Iniciativa
La poesía halla su sitio a la sombra de Las Huelgas
El polifacético Pablo del Barco se instala en su ciudad natal tras cuarenta años en Sevilla y habilita una vieja casa como un espacio abierto a la cultura, en especial los versos y la pintura. La primera cita, mañana, será la presentación de un libro suyo
Pablo del Barco (Burgos, 1943) se ha cansado del olor a azahar y los vestidos de volantes para bailar al son de la nieve en abril refugiado en bufanda y guantes. Después de cuarenta años en Sevilla, el polifacético artista, editor, profesor, poeta, pintor, galerista y agitador cultural, besa el suelo bendito donde nació en busca de «la tranquilidad, el orden, la limpieza, la serenidad...». Pero, dice el refrán castellano, donde hubo fuego quedan rescoldos. Y en sus 74 años han crepitado las llamas con intensidad. Ahora recoge esas cenizas para poner en marcha, con la ayuda de Audira Sardá, el que ha llamado Espacio poético Del Barco.«Quiero que sea un espacio cultural privado, independiente de empresas, organizaciones e instituciones, que acoja pequeños encuentros y reuniones sin pretensiones económicas, con el único fin de difundir la cultura, sobre todo la poesía y la pintura, que es lo que yo más conozco», expone sentado en una de las sillas dispuestas en esta sala, una de las estancias de una vieja casa que mira al imponente Monasterio de Las Huelgas. Detrás del número 11 de la calle Alfonso VIII se esconde un mundo alumbrado por el amor a la literatura y las artes visuales. Pinturas tanto del dueño como de otros artistas forran las paredes y los libros salpican cualquier rincón.La presentación mañana de Regresar al aire, escrito por él mismo, será la primera cita en este nuevo punto de encuentro para la comunidad cultural burgalesa. Daniel de Cullá dirigirá el acto acompañado por poetas que recitarán sus versos. Este poemario inaugura una colección, Piedra Tejida, a la que espera sumar la obra de otros colegas «con una sensibilidad próxima a la mía». Eso sí. La distribución y la venta le interesan poco. Hacerse rico no entra en sus planes. Ahí espera contar con la complicidad de los autores.¿Y a partir del jueves? Ningún guion espera encima del escritorio de Pablo del Barco. «No tengo ninguna idea preconcebida. Se hará lo que vaya surgiendo. Es una iniciativa personal, una suerte de mecenazgo. Haré hasta donde llegue y las fuerzas me alcancen», señala este inquieto artista que estuvo al frente de un proyecto similar en Sevilla. «Espero que aquí me vaya mejor», desea en voz alta y se explica: «En Sevilla el nivel cultural cada día es más bajo. Allí solo se puede hacer lo que tenga relación con la Semana Santa y la Feria. Aparte de esto no hay nada que hacer».Sobre la vida cultural de Burgos guarda silencio. Aunque siempre ha mantenido un vínculo a través de exposiciones individuales y colectivas y la presentación de sus libros, aún debe tomar el pulso a la ciudad. Quiere tantear la sensibilidad y el interés que la gente pone a esta propuesta que cambia los aires del sur por los del norte.‘Regresar al aire’, obra rescatada
Las mudanzas afloran papeles, recuerdos y otras zarandajas. Unas acaban en la basura, otras se empaquetan sin pena ni gloria y algunas aparecen como tesoros a vista de su propietario. En este último apartado se enmarca Regresar al aire, el poemario editado por Factoría del Barco que se presenta mañana a modo de inauguración del nuevo espacio cultural. Apareció en una carpeta con textos inéditos y su contenido, que se recrea en los regresos, parecía pintiparado para el propósito. «Es mi visión poética del cambio de ciudad con toda la mochila de experiencias vividas y la mirada, desde ellas, del hombre que siento a mi lado», introduce y añade que el título parte de una frase de Jorge Guillén, Lo permanente es el aire, que encabeza este poemario, publicado en una edición numerada de 74 ejemplares. Ese número obedece a los años que cumple el autor, que en cada cumpleaños, 11 de diciembre, edita un volumen.