Música
La calidez de un álbum grabado en pantuflas
El cantautor burgalés Daniel Guantes publica su segundo disco, ‘El tiempo es un espacio irrepetible’, en el que toca temas como las consecuencias de un divorcio, la amistad o un diagnóstico de cáncer
Las risas con los amigos una tarde de verano en la playa, la gente de cien mil raleas con las que uno se cruza mientras camina hacia Santiago de Compostela, la carta de un amigo desolado ante el diagnóstico de cáncer de mama de su madre, la necesidad de soledad y de contar con un refugio incondicional, la espontaneidad del público ante una canción tocada en la calle... Daniel Guantes recoge las emociones que palpitan en su día y las convierte en canciones. Ocho componen su segundo disco, El tiempo es un espacio irrepetible, que estrena este sábado con un concierto en el Museo de la Evolución Humana a las 20.15 horas (entrada libre).El cantautor burgalés habla de un trabajo más maduro, en el que el público se verá reflejado con facilidad, y espera que sea escuchado con la misma calma y calidez con la que ha sido grabado. Con Samu Peñas como técnico y bajo la producción de Jag Stone, se gestó en la bodega de la propia casa del artista. A fuego lento. Sin prisas. Sin plazos. En pantuflas.«Me hacía ilusión saber que estaba grabado en casa con el cariño y la tranquilidad que no tienes cuando ves la luz roja del estudio. Hemos tenido más flexibilidad y calor», explica el músico sobre este proceso que se alargó durante un mes y alumbró un trabajo con una pátina casera y artesanal sin desmerecer la profesionalidad.Los ocho temas que apuntalan el regreso de Daniel Guantes han nacido en los últimos tres años, tiempo transcurrido desde la publicación en 2015 de su ópera prima, Motor de sangre, grabado tras el éxito de su primera maqueta, Precipicios.La flor abre este disco. Adelantada ya en plataformas como Spotify, es un canto a la vida y a la amistad. «Quería hacer una fotografía del verano, de los momentos con los amigos, de nostalgia cálida al término de un festival y de deseo de volver a repetir la experiencia», observa sobre esta composición que ya cuenta con un videoclip estival grabado en las playas de Galizano.El Camino de Santiago acompaña los versos de Un punto medio. Con la guitarra al hombro, emprendió la ruta jacobea y tanto le sedujo que dejó el trabajo que tenía para completarla. «Es muy inspirador. Te encuentras a mucha gente distinta y, además, leí El alquimista, de Coelho. Se juntó todo», señala y agrega que la letra de esta obra es la historia de un amor platónico.Su mundo más próximo se perfila como caladero de versos. El divorcio de los padres de un amigo alentó Cuando quieras de verdad y el diagnóstico de cáncer de la madre de otro, Mamá. Dos composiciones que, en su opinión, revelan el punto de madurez de este nuevo trabajo frente al anterior.La primera se detiene en espantar el sentimiento de culpa que puede acechar a un hijo ante la separación de sus progenitores, en los cambios que provoca y en lo que se mantiene intacto como es el amor, y la segunda nació tras recibir la carta de un amigo desde Baleares con esa noticia. «Mi respuesta fue esta canción, que escuchó cuando vino a un concierto mío», recuerda sobre este tema con el que obtuvo el tercer premio en el último Certamen de Cantautores de la Diputación y con el que ha colaborado con la Asociación Española Contra el Cáncer.El letrista más intenso y reflexivo aflora en Mi armadura, con la que ganó el Certamen Internacional Abril para Vivir de Granada, en la que se pregunta si el destino le pondrá en el camino a la persona con la que se encuentre cómodo y pueda ser él al cien por cien; Normas de cristal, en la que habla de alguien que se libera de ese corsé que es vivir en función de lo que los demás quieren; y La sombra del campo, «que pinta un paisaje nevado, en el que emerge un refugio de madera, como reflejo de cómo me puedo sentir».
Como la más simple de contenido define Parece funcionar, la historia de una relación con sus altos y sus bajos, que sigue adelante cuando se encuentra el punto de equilibrio en el que ninguno de los dos intenta cambiar al otro.Daniel Guantes tiene grandes planes para El tiempo es un espacio irrepetible, aunque será después de su regreso de Camboya. Al país asiático viaja como voluntario para trabajar durante tres semanas en un colegio dando clases de actividades deportivas. La guitarra, por supuesto, se va con él.«Luego seguiré poco a poco, pero con más ganas, porque el objetivo ya es vivir de la música y disfrutarla con la gente», aventura el artista, que el sábado se quitará las pantuflas aunque sabe que toca en casa.