"Ya no me preocupo de nada, solo me ocupo"

El libro tiene un título que ya es una declaración de intenciones, ver siempre el vaso medio lleno.

Pregunta.- ¿Hay que desdramatizar, ver el vaso medio lleno como la imagen que ilustra el libro?

Respuesta.- Hay que darse cuenta de que necesitamos muy poco para ser felices. Sólo el agua y la comida del día.

Una vez te das cuenta de esto (¡de verdad!) ya no dramatizas ni con el trabajo, ni la salud ni nada... Pero tenemos que saber renunciar a todas las súper exigencias que nos imponemos todos los días. Es absurdo vivir en el Primer Mundo, con todas sus ventajas, y estar siempre quejándose.

P.- ¿Se puede estar siempre alegre como las monjas de Burgos que visitó?

R.- Un diez por ciento de la gente está ‘encendida’ siempre. Llena de energía, feliz de estar vivo, maravillado de la vida. Todos podemos alcanzar ese estado porque todo está en la mente. Ya lo dijo Epicteto: «No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede». Pero, a veces, la vida presenta situaciones que no ayudan a mantener esa alegría.

Pero cuando estás fuerte a nivel mental, son pequeñeces que no oscurecen una alegría por la vida esencial. Puedes tener un duelo por la muerte de tu padre, pero al mismo tiempo, sabes que hay tanto por hacer disfrutar.

P.- ¿Qué diferencia este libro de los anteriores?

R.- En este libro se habla mucho de los temores; sobre cómo erradicarlos. Es algo que se puede lograr totalmente. Y entonces alcanzas una libertad increíble. Ya no temes a la muerte ni a la propia ansiedad. Te vuelves intrépido y te encanta aventurarte.

P.- ¿Cuánto tiempo debemos preocuparnos de las cosas para que no acaben siendo un problema mayor?

R.- La ‘preocupación’ es siempre un error. Yo ya no me preocupo de nada. Sólo me ‘ocupo’. ¿Que no sale bien una conferencia? Pues bien: yo no necesito dar conferencias. Es así de simple y real. No necesito trabajar ni tener pareja ni nada. De todas formas, me gusta tener proyectos y que salgan bien. Pero muchos no lo harán y me la trae floja. Al margen de la comida y la bebida del día, todo lo demás es diversión.

P.- De hecho, señala en el libro que podemos ser felices prácticamente siempre

R.- Con la mentalidad correcta, sí. Y todos la podemos adquirir. Stephen Hawking, el científico en silla de ruedas se decía a sí mismo: «Mi parálisis es una anécdota; un problema mínimo». Yo te aconsejo, delante de cualquier adversidad, que te preguntes: «¿Qué me diría Stephen Hawking de mi problema?».

P.- En el libro habla de gozar en el trabajo todavía más, pero es posible que haya quien no disfrute nada. ¿Cómo se desactiva esa negatividad?

R.- Tienes que abrir la mente al disfrute. Cualquier trabajo ofrece más oportunidades de disfrutar que ‘jugar al tenis’, por ejemplo. Ser gasolinero o zapatero tiene más matices, más oportunidades que cualquier cosa de ocio. Entrégate a ello con dulzura y pasión: disfrutarás y además tendrás mucho éxito.