Tejer los versos, silbar las notas y besar las huellas

Corría un ventoso diciembre del año 2010 cuando el lustroso Premio Adonáis de Poesía voló hasta Burgos recayendo en las manos de José Gutiérrez Román y en Los pies del horizonte. El jurado, seducido por la colección de poemas que el escritor burgalés presentó al célebre galardón, determinó que en esas estrofas «realidad e imaginación se aúnan a través de un pensamiento tan hondo como sencillo». Tres temas muy íntimos para el autor articularon el andamiaje narrativo del poemario: Portugal (y sus poetas), la memoria (y su naturaleza esquiva y traicionera) y el amor (el asunto poético por antonomasia). Crítica y público lo recibieron con parabienes.

El dios Eolo ha seguido soplando desde aquella fecha. Y la melena de ‘Jose’ bailando en verso libre. Mientras, siguió reuniendo ‘allegro ma non troppo’ otro acopio de poesías. Pasan los años, sucede la vida.

En noviembre de 2018, casi ocho años después del Adonáis, presentó en el Salón Rojo del Teatro Principal su segundo libro de poesía, Todo un temblor, que ha sido recibido con hambre y entusiasmo por sus lectores. Además lanzó un órdago a los asistentes y prometió un nuevo volumen para dentro de unos meses. Su recua de incondicionales deberá abandonar esa imagen, forjada desde el cariño, de poeta errático y lento tejedor de versos. «Tengo mi ritmo», confiesa el poeta con humor.

El año pasado Gutiérrez Román, mientras finiquitaba Todo un temblor, recibió una sorprendente propuesta. Javier Gil, inquieto y animoso ‘agitador cultural’, se sacó de su jubón de trovador un plan que enseguida entusiasmó al vate burgalés: volcar sobre un pentagrama los versos de Los pies del horizonte y concebir una colección de canciones inspirada en aquel premiado trabajo. Javier, confeso admirador del poeta, le prometió con entusiasmo a ‘Jose’ que volvería a hablarse de tan «magnífico libro». Y se lanzó a la aventura.

El primer paso fue ponerse en contacto con un músico. Y ahí emergió la figura de Diego Galaz, que desde el principio conectó con la iniciativa. Además ejerció de guía de Gil en los procelosos mares de la producción musical, campo artístico del cual Javier apenas sabía nada. Poco a poco, a través de decenas de llamadas, correos electrónicos y casuales encontronazos -o no- el ‘alma mater’ de La Poesía es un Cuento juntó un formidable racimo de artistas de Burgos. A partir de ese momento los diferentes cantantes e instrumentistas comenzaron a trabajar con los textos de Gutiérrez Román, cada uno silbando las notas con su propia identidad. En Besar las huellas nuestros oídos se toparán con tonadas flamencas, canciones recitadas con alma, música instrumental o baladas pop, entre otros estilos.

José Gutiérrez Román es conocido por su labor literaria, pero entre sus costillas lleva escondida un alma rockera. Desde muy joven, guitarra adolescente en ristre, admira a los poetas del rock, esos músicos que entre la electricidad de sus cuerdas cuelgan brillantes versos que tendrían hueco en cualquier antología. Cita nombres como Rafael Berrio, Santi Balmes (Love of Lesbian) o José Ignacio Lapido (091) como algunos de los letristas que más le remueven.

Está muy agradecido con Javier Gil y todos los artistas que se han reunido entorno a Besar las huellas, título pescado entre los versos del último poema de Los pies del horizonte. «Siento muy lejana la escritura de este libro y volver a él a través de esta maravillosa iniciativa me trae muchos recuerdos», añade.

Micromecenazgo

Javier Gil reivindica esta forma de levantar un proyecto tan especial como Besar las huellas al poner al destinatario final de la música en el centro del proyecto, «que la persona que va a disfrutar del disco se sienta partícipe apoyando económicamente la iniciativa desde el principio y ayude, cada uno según la recompensa que elija, a hacerlo realidad». Desde 10 euros uno se puede hacer con la copia digital del trabajo y por 16 con el disco en formato físico. A partir de ahí hay una combinación de ‘premios’ que van desde el cedé acompañado de los poemarios de Gutiérrez Román, una reproducción de la fotografía de la portada -obra de David Palacín- hasta una actuación de La Poesía es un Cuento. Todo ello lo pueden encontrar en el sitio web lanzanos.com, donde se aloja la campaña de micromecenazgo.

«Con esto no vamos a ganar dinero. Es un proyecto con una clara vocación cultural», apunta Javier Gil. Explica que los beneficios de Besar las huellas, tras una testimonial remuneración que recibirán las personas que han trabajado en esta feliz peripecia, irán destinados a Nanga Deff, una ONG en la que colabora el fotógrafo David Palacín, que desarrolla en Dakar programas de inclusión social para los más jóvenes a través de la cultura y el deporte.

Los nombres que hacen el disco

Música y voz: Diego Galaz y Jorge Arribas, Gemma Sanz, Daniel Guantes, Sioqué, Alfonso Gutiérrez y Alex Hache, Monismáticos, Isra y Dani, Atypical Dúo, Álvaro Barriuso, Alexandre Fernandes y Montse Sing. Con la colaboración de Rosalía Santaolalla y José Gutiérrez Román.

Idea y coordinación del proyecto: Javier Gil (La Poesía es un Cuento).

Grabación: Yon de la Cámara (Estudio 5).

Libreto del disco: Diseño: Blanca Guinea; Fotografía: David Palacín; Presentación: Óscar Esquivias.

Vídeo de campaña: José Luis García Ubierna.

Web donde colaborar: www.lanzanos.com/proyectos/besar-las-huellas

Vídeo de la campaña de micromecenazgo